Por Orlando Agüero
Tras largos años, Francisco “Barba” Gutiérrez se acomoda como uno de los nuevos barones del conurbano, codeándose con aquellos que en otras oportunidades decía estar enfrentado. Hoy, de cara a su tercer mandato como intendente del distrito del sur bonaerense, muestra su verdadero perfil.
En el partido de Quilmes viven hoy más de seiscientas mil personas. Históricamente, en sus localidades hay una mayoría de familias trabajadoras. El desarrollo productivo impulsado en el cordón industrial del Gran Buenos Aires situaba a Quilmes en un lugar de privilegio a la hora de contar las plantas fabriles y talleres de distintos tipos.
Francisco “Barba” Gutiérrez es un poco producto de ese proceso de ascenso de los trabajadores en asumir la representación sindical de sus compañeros, alentada desde el peronismo. Para la década de 1970, “el Barba” fue delegado de la fábrica Saiar y militante montonero. Detenido por la dictadura militar, estuvo preso hasta que llegó la democracia. Una vez en libertad, ganó la UOM (Unión Obrera Metalúrgica) seccional Quilmes Varela y Berazategui. Construyó poder político desde el ámbito gremial y por distintos tipos de vinculaciones con algunas luchas de carácter social. Fue diputado nacional y se postuló como candidato a intendente, en el momento de crisis del gobierno municipal de Sergio Villordo, un adlater de Aníbal Fernández, que destruyó su gestión mandando una patota a golpear a los estudiantes de la Escuela Municipal de Bellas Artes. Estos se encontraban luchando por mejoras integrales en la educación y la escuela.
Así es como en 2007 el Barba Gutiérrez se encontró en el Estado Municipal, como resultado del vacío generado por el derrumbe del gobierno de alfil de Aníbal. Hasta ahora viene cumpliendo con un récord en el distrito: ser el primer intendente re-electo desde el advenimiento de la democracia.
Las bases de su gestión
Sin dudas que las obras generadas desde la gestión oficial dejaron mucho que desear. Si bien se realizaron extensiones de Aguas y Cloacas en distintos barrios, se llevaron a cabo de una forma no muy clara, pero con una visible precariedad en el trabajo de los obreros de las empresas tercerizadas que toman algunos tramos de las obras. Pudimos observar en su primera gestión cómo se utilizó uno de los módulos del Programa Argentina Trabaja para construir una capa de mejorado en calles de tierra. Este tipo de asfalto se denomina Vitumé y fue realizado en general por la empresa Calatox. Fue denunciado en varias oportunidades por la oposición, por haberse hecho a través de contratación directa, impidiéndose la intervención de los distintos sectores en dicha contratación.
Podemos decir que esta política de utilizar el programa de cooperativas para realizar una obra pública a través de una empresa privada pareciera no estar muy bien, sin embargo a él le dio muy buenos resultados, ya que el supuesto asfalto había llegado a lugares donde nunca había existido y le permitió ganar la reelección. Meses después de las elecciones, el vitumé se rompió todo y desapareció de la mayoría de las barriadas.
Ya en el segundo mandato, el conflicto con los camioneros de Moyano, por el control del negocio de la basura, lo llevó a centrar mucho del presupuesto a controlar la recolección y el tratamiento de los residuos sólidos urbanos desde el Estado Municipal. La empresa que tenía a su cargo la responsabilidad de los residuos era Covelia, quien prestaba un pésimo servicio.
Sin embargo, tampoco fue mejor con la municipalización del servicio ejecutada desde la gestión del Barba. Hoy en los barrios de Quilmes, con suerte se recolecta la basura tres veces a la semana. Nunca se pudo solucionar desde su gobierno el problema que plantea la basura en ciudades de las dimensiones de este distrito. Siguen existiendo basurales a cielo abierto y montículos en las calles.
De todos modos, es válido señalar que no resolvió positivamente para el conjunto de la ciudadanía ninguno de los problemas que señalamos anteriormente, así como tampoco las distintas dificultades que observamos en barrios como Villa Itatí, que es la villa más grande todo el conurbano bonaerense, donde viven por debajo de las necesidades básicas un conjunto de sesenta mil personas, todas pobres. Que en uno de sus costados se formó una cava, donde se asentaron alrededor de tres mil personas, que sufren inundaciones y contaminación.
Tampoco queda exento el problema del narco-tráfico en distintos lugares del distrito. En los comienzos de su campaña esto configuró parte importante de su discurso. Luego quedó solo en eso, así es que muchos jóvenes de los barrios caen en las redes de la droga o la delincuencia.
Para muchos, este podría haber sido un verdadero gobierno popular. Sin embargo, firmaron con Techint la construcción de un símil de Puerto Madero del sur, sobre los humedales de las costas quilmeñas. Gracias a la movilización de lugareños y organizaciones, se logró suspender provisoriamente ese avance. Hoy para un sector importante del pueblo quilmeño dejó de ser la figura que pudo haber sido en algún momento.
El mandato en números
En 2007 ganó con 75 mil votos. Ciertamente, en ese momento se veía como un gobierno que generaba algunas expectativas y fue así que en 2009 aumentó su cantidad de votantes a 105 mil. Pero luego, en 2011 en la re-elección y gracias a los famosos vitumé, llegó a sacar 115 mil, que luego fue perdiendo sistemáticamente al ser tan notorios los deterioros de las apuestas de su gestión. Es así que en 2013 volvió a los orígenes y sacó 71 mil votos y en las PASO recientes, sólo sacó 56 mil. Es decir que en las últimas elecciones sacó 59 mil votos menos que en su mejor momento, sin dudas producto de su propia política. Además en las elecciones pasadas la existencia de serias posibilidades de fraude sacude la escena política en Quilmes. El robo de boletas de candidatos opositores, tanto de adentro del FPV como las de los competidores de otros partidos, que fueron blanco de irregularidades que se notaron a la hora del escrutiño. En varios casos la falta de coincidencia entre la cantidad de votantes de las mesas y la cifra que finalmente se presentaba en los telegramas a la junta electoral fue escandalosa (https://www.facebook.com/FraudeEnQuilmes?fref=ts).
Ahora, todos juntos
Gutiérrez construyó su política en contraste con Aníbal Fernández, quien es actualmente uno de los referentes del proyecto kirchnerista y candidato a gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Pero el Barba les ganó a Sergio Villordo y Daniel Gurzi, los dos delfines de Fernández en el distrito; y hoy intenta traducir esas victorias en capital político.
Por eso la semana pasada ya se reunió con el Jefe de Gabinete de Ministros en sus oficinas de la Casa de Gobierno, y prepara un nuevo encuentro entre ambos para esta semana en el Palacio Municipal Quilmeño. Ya no parece interesarle la disputa que mantuvo durante años ni las diferencias políticas que parecían insalvables, y se prepara para convertirse en aliado de Fernández de aquí en adelante, uno de los principales responsables políticos de la Masacre de Avellaneda, que le costó la vida a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki.