Por Juan Manuel De Stéfano. Borghi y Argentinos unidos por una misma cruzada: salvar al Bicho del descenso…
Se quedaron detenidos en el tiempo, de lo contrario no se entiende. Cómo esos locos vestidos de rojo saltan, cantan y alientan a su equipo como si fuera la última oportunidad.
Ya no es Vidallé el arquero, ni Domenech el 3, ni el enorme “Checho” Batista es el mediocampista central, y el habilidoso y genial “Bichi” Borghi ahora está de la línea de cal para afuera. Tóquenlos, avísenles que hoy por hoy la historia es otra. Hace siete partidos que no se gana y el descenso toca a la puerta después de cada encuentro. Pero no, ellos parecen no escuchar, saltan, gritan, festejan y aplauden a rabiar a un equipo que se juega la vida en cada pelota. Bajo la lluvia y el frío perdonan todos los errores y bancan la parada sin dudarlo. Están ciegos, ensimismados a más no poder en esos gloriosos colores.
Y no vaya a creer que es únicamente por el amor a la camiseta. Que existe y es enorme. Pero no lo aplauden sólo por eso. Éste Argentinos 2014 de Borghi respeta los mandamientos históricos del club, sí, parece una locura, pero no lo es. Dentro de sus limitaciones, el conjunto de la Paternal tiene la pelota, la trata con cariño y va en busca del arco contrario en todos los encuentros. Pero falla seguido en la definición, ahí radica el problema principal, ese que le impidió ganar varios partidos.
El entrenador es clave en toda esta trama. Él decidió volver al club que lo vio nacer y no tuvo dudas ni reparos a pesar del mal momento del equipo. Eso es amor por el Club, por los colores y por la propia historia personal. Y eso que tenía más por perder que por ganar. Pero es su lugar en el mundo. De no ser Argentinos, el “Bichi” ya estaría desocupado. Así le ocurrió en Independiente, Boca (en la fecha 3 ya quería renunciar) y en la Selección de Chile. Pero se siente seguro, cobijado por la gente que disfrutó del mejor Borghi entrenador y jugador. “Las urgencias no permiten armar un proyecto serio y a largo plazo. Se nos va modificando el objetivo, y eso no nos ayuda. Más allá de los resultados yo debo seguir. No estamos en un buen momento, pero el compromiso está. Por otra parte, me parece injusto pedirle al plantel que haga un mayor esfuerzo y yo renunciar”, dijo el DT en una de esas maravillosas declaraciones por las que se destaca. Su honestidad moral, discursiva y humana forjan en el “Bichi” un personaje entrañable y querible, además de un buen entrenador. No tiene filtro. Declara lo que quiere y lo que piensa. “El fútbol tiene estas cosas. Argentinos debe refundarse en sus convicciones y sus gustos. No podemos ser campeones y descender a los cuatro años”.
Borghi lo sacó campeón en el Clausura 09 y retornó para dar una mano. Luego de la derrota ante Estudiantes comentaba con extremada lucidez: “Estamos muy complicados por el descenso. Pero si nos vamos debe ser así, no pegando patadas. Los cambios que hicimos fueron para proponer un equipo ofensivo, lejos de querer defender. Yo entiendo que la gente de Argentinos no está conforme porque lo del descenso está latente. Pero el equipo quiere jugar”. Los hinchas lo saben y por eso ante Vélez premiaron la actuación de un equipo plagado de pibes y de buenas intenciones. A priori, la empresa se suponía muy dificultosa. Sin Pisculichi ( hizo 4 de los 7 goles del equipo en el torneo) y último en la tabla de los promedios, había que ganar de cualquier manera. O mejor dicho, a la manera del “Bicho”: pelota contra el piso, toque, circulación e ir a buscar el partido.
Lenis por la derecha del mediocampo brindó una actuación memorable y luego de un gran desborde, Ramírez puso el 1 a 0. Luego vendría el empate del “Fortín” y ahí sí un murmullo raro en los hinchas.
Duró poco, muy poco. El equipo siguió proponiendo, atacando y demostrando lo que pregona su entrenador: buen fútbol, ir al frente con hidalguía y no pegar patadas. Y la lluvia y el frio que no afecta y a saltar se ha dicho. Y nada de murmullo, confianza y amor, mucho amor y paciencia para ofrecer a sus jugadores. ¿O acaso no es un acto de cariño lo que hacen los hinchas del bicho? En el fútbol actual irse al descenso es tomado como una tragedia para propios y extraños. Generalmente, en una situación así, los simpatizantes ya comienzan a insultar a los jugadores, a los dirigentes, a la AFA, la FIFA y a todo el mundo. Por la Paternal se respiran otros aires.
Es verdad que la presencia de Borghi aliviana todo y brinda una protección extra. Pero como decíamos, no es el único componente. El romanticismo sigue vivo en algunos ámbitos, el respeto a la trayectoria y al cómo no pasan de moda. Por eso, tanto afecto y estoicismo les sirvieron a los jugadores para intentarlo hasta el final. El error de Cubero y el oportunismo de Bárzola hicieron el resto. La Justicia se hizo presente en el Diego Maradona y la lucha va a ser terrible hasta el final. Las armas con las que luchará Argentinos están claras y ya fueron definidas: la cabeza erguida y mucho pero mucho temperamento para defender una idea que viene desde hace rato y marcó una historia llena de buen fútbol, sentido de pertenencia hacia un estilo, una forma, una manera de sentir y jugar al fútbol.
¿Hablábamos de pertenencia?, ahí va otra sabia reflexión del gran Borghi: “Veo que las grandes figuras vuelven a Newell’s y me da un poco de envidia. Me quiero juntar con los referentes del club para que nos den una mano. Hay que devolverle a la institución todo lo que nos dio”. Un análisis sesudo de la realidad, con conceptos claros y llenos de pasión y amor… Sí, amor, una de los sentimientos que no deben faltar jamás en ninguna actividad y lo que le sobra al plantel, cuerpo técnico e hinchas en instancias decisivas. En tiempos de injusticia, violencia e urgencias insoslayables, el amor hace la diferencia y no morirá jamás. Cualquier duda darse una vuelta por la cancha del “Bicho” para reafirmar y contemplar lo que es el Amor en los Tiempos de Cólera.