Por Florencia Alcaraz y Laura Salomé Canteros* / Foto: Solange Avena
Con reivindicaciones urgentes e históricas, se realizó la primera Asamblea feminista rumbo al Paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans el próximo 8 de marzo. Se pidió por la vuelta de una joven madre migrante expulsada del país y se rechazó el imperialismo y la intervención sobre Venezuela, el racismo, el fascismo y la represión de los gobiernos de derecha en la región.
El techo del Galpón de la Mutual Sentimiento, en el barrio de Chacarita, no alcanzó para albergar la cantidad de pibas, mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries que llegaron en colectivo, tren, subte, bicis o caminando. Tampoco fueron suficientes las botellas de agua que circulaban para sofocar la sed que provoca el verano porteño. Ni los abanicos de las que llevaron uno y lo pasan de mano en mano. Todo desborda en una Asamblea feminista en Ciudad de Buenos Aires. No hay punto de comparación en términos de convocatoria y transversalidad con otro espacio político.
La cita era a las 18 pero dos horas antes ya había compañeras sentadas en el playón esperando o preparándose en grupos. Dos chicas habían tirado un paño y vendían remeras con consignas feministas. Tuvieron que correrse más tarde para ceder el lugar a las participantes del encuentro. También llegaron temprano las que llevaron el sonido y las sillas que alcanzaron para unas pocas. A la hora pautada ya había alrededor de mil personas que no se iban a ir hasta que se hizo de noche a pesar del calor sofocante y los rayos que cruzaban el cielo amenazando tormenta.
El viernes 8 de febrero fue la primera reunión del año que se realizó para organizar el Paro internacional del 8 de marzo de 2019. Se trata de la tercera huelga mundial. El poder feminista de la Argentina, el de tres décadas de Encuentros, el que viene disputando sentidos comunes desde Ni Una Menos, que logró debatir cómo garantizar el derecho al aborto en ambas Cámaras parlamentarias en 2018 y que conquistó media sanción, se concentró acá: heterogéneo, desbordado, diverso, transversal, conflictivo por momentos, conmovedor por otros, rabioso, irreversible. Los feminismos se multiplican en Asamblea. Hay fuerza ancestral en el reclamo de plurinacionalidad de las Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, hay potencia juvenil en más caras de las que toman nota de todo y las que hacen stories para Instagram con el celular, hay futuro feminista en la nena que pide silencio para poder escuchar con su remera que la describe: “Femiñina”.
“Acá no sobra nadie”, dijo la investigadora del colectivo Ni Una Menos, Verónica Gago y plantó bandera para saldar rumores de intentos de exclusión por parte de distintos grupos hacia las travas y las trans. La misma frase había dicho Norita Cortiñas al cerrar la lectura del documento el 8M de 2018. El feminismo es para todo el mundo. Y el desborde así lo demuestra. Los únicos que van a quedar afuera son dos varones cis que se camuflaron en la marea. La Asamblea en su conjunto los echó. También hay un piso de acuerdos, un acumulado sobre el cual se va avanzando año tras año. Por eso las palabras iniciales tejen continuidades con aquellas pronunciadas el año pasado.
América Latina va a ser toda feminista
Una Asamblea feminista es un espacio que no tiene fronteras geográficas, un ejercicio político de puesta en común sin más intermediarixs que un micrófono e intérpretes en lengua de señas para poder escucharnos y leernos mejor. Es una apuesta interseccional e intergeneracional. En cada Asamblea hay linaje feminista, hay un presente que arde urgente y hay futuro. Algunas son participantes recurrentes y se conocen entre sí, otras es la primera vez que vienen, muchas están organizadas y representan espacios políticos partidarios u organizaciones sociales, tanta otras vienen sueltas, con amigas y compañeras. Todas pueden anotarnse en la lista de oradoras y tomar la palabra. Cada vez que una lo hace todas siguen atentas. Una Asamblea feminista es un ejercicio de escucha. Cuando alguien interrumpe a la oradora, siempre hay quien interviene para pedir respeto.
Las intervenciones iniciales fueron voces urgentes de activistas latinoamericanas, quienes trazaron la primera característica del movimiento feminista: el internacionalismo,la solidaridad sin fronteras. El primer nombre propio que apareció fue el de Vanessa Gómez, la enfermera peruana expulsada injusta y arbitrariamente por Migraciones y separada de dos de sus hijos la semana pasada. Doris Quispe, de Perú, de Ni Una Migrante Menos dijo: “Hace dos años vine a contarles las consecuencias del DNU 70. Hoy las estamos viviendo”, señaló para compartir la historia de la joven enfermera. “Que esta Asamblea se pronuncie por la vuelta de Vanessa”, agregó y fue aplaudida masivamente.
Luego habló Verónica Zapata de la Asociación Boliviana de Laferrere, el lugar donde velaron a Diana Sacayan en 2015. Zapata pidió que la Asamblea acompañe a la senadora boliviana Adriana Salvatierra que está siendo atacada, sobre todo en las redes sociales, por ser la primera política feminista y joven en la historia de ese país. Una Asamblea feminista es un espacio de apoyo: la reivindicación de que estamos para nosotras.
“Estamos a pie de lucha”, afirmó enérgicamente Farelis Silva, de Venezuela. “Las mujeres somos las que sostenemos la revolución”, agregó, “la intervención en Venezuela es la intervención a nuestra región”. En la Asamblea nos declaramos dueñas de nuestros cuerpos y también defensoras de los territorios libres. La asamblea feminista es cuerpo y es territorio. “La crisis y el bloqueo en Venezuela existen, pero lo vamos a resolver con la organización popular, no con ayuda humanitaria”, afirmó la activista y recibió el aplauso de las que ansiamos la paz dando ejemplo de diálogo y que no queremos guerra en nuestra región.
También se habló de la importancia de tener presente el ejemplo de lucha de las mujeres kurdas y se expuso la situación y exigió la inmediata liberación de las 52 presas políticas en Nicaragua. Además de internacionalista el carácter de esta asamblea es antiimperialista.
El 8M es con todas y todes
Luego de las voces de las latinoamericanas, fue el turno de las trabajadoras organizadas y en lucha. Las parejas de los trabajadores despedidos de la fábrica Pilkinton pidieron apoyo a la asamblea. También las trabajadoras de SIAM, la gráfica Madygraf –ex Donneley– y las trabajadoras despedidas del INTI. A su vez, intervinieron familiares de distintas víctimas de femicidio que pidieron a las presentes que acompañen sus reclamos de justicia.
Paula Arraigada forma parte del Parlamento de las Mujeres de la Legislatura porteña. Es referenta trans de Unidad Ciudadana y fue la encargada de hablar antes de dar comienzo formal a la lista de oradoras. Otra militante trava, Alma Fernández, fue quien cerró. Se trató de un claro mensaje a quienes intentan expulsar a las disidencias de las Asambleas feministas y del 8M específicamente. Sus palabras emocionaron e hicieron estallar los aplausos. “No estamos dispuestas a resignar derechos conquistados”, dijo Arraigada “Que en 2019 sea ley compañeras”, arengó Fernández, “yo se que ustedes saben que no puede haber un jardín sin mariposas”.
“Acá en la Asamblea trabajadoras somos todas”, dijo Georgina Orellano, en representación de AMMAR. La sindicalista abrió un largo listado de oradoras para el que no alcanzaron las pocas horas: fueron 90 las anotadas para tomar la palabra. Sandra Chagas fue la primera que nombró a Milagro Sala en la asamblea feminista. “El racismo goza de buena salud en Argentina”, dijo. Las diputadas del Frente de Izquierda, Nathalia González Seligra (PTS) y Romina del Pla (PO) fueron las únicas legisladoras presentes en el espacio.
Nina Brugo, de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguo y Gratuito dijo que “el pañuelo verde es nuestra libertad”. Otra referente de ese espacio de articulación, Celeste Mac Dougall, reafirmó la importancia del carácter internacionalista del 8 de marzo. En un año electoral en Argentina, ante la avanzada neoliberal en los gobiernos de la region y el intento de restauración heterosexual, los feminismos demostraron en esta asamblea que son la verdadera fuerza opositora. “El enemigo es Macri pero también las iglesias católica y evangélicas”. Mac Dougall informó sobre las próximas actividades en la agenda de lucha: el 19 de febrero habrá actividades en todo el país a un año del masivo pañuelazo que empujó el inicio del debate parlamentario y entre fines de marzo e inicios de abril, una nueva presentación del Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, ocasión para la que se pidió que en el documento final la Asamblea se exprese en apoyo.
Tras un enero de odio, crueldad y guerra machista que provocó un femicidio cada 28 horas, el nombre de Fabiana Tuñez, titular del Instituto Nacional de Mujeres (INAM), organismo encargado de cumplimentar la Ley 26.485 de Protección Integral, se escuchó para pedir su renuncia. El feminismo de las villas, representado por las pibas de la Garganta Poderosa y de Mujeres en Lucha, llevó la propuesta de un acampe feminista en la previa al 8 de marzo en la puerta del INAM.
Se construye un feminismo rebelde y antirrepresivo. María del Carmen Verdú, de la Correpi, informó que según los registros, en 2018: uno de cada 5 femicidios fueron de parte de integrantes de las fuerzas de “seguridad” y con armas reglamentarias. “Se potencian las violencias cuando hay un gobierno antipopular como el de Macri y Bullrich”, afirmó. No casualmente este movimiento es oposición y prepara el cuarto paro nacional en la era del gobernante de Cambiemos.
La única deuda de la primera reunión para organizar el paro fue la conformación de una comisión coordinadora que pueda llevar adelante la Asamblea. Estos encuentros desde 2016 son convocados por el colectivo Ni Una Menos. Sin embargo, el año pasado se dio un saldo organizativo y cualitativo: el 2 de febrero en la primera Asamblea de cara a la huelga quedó conformada una comisión en la que participaban distintas representantes de organizaciones y activistas feministas. La comisión llevó adelante la tarea de coordinación, moderación, registro, autocuidados y organización. También permitió la pluralidad. Esta vez no pudo conformarse.
El próximo viernes habrá otra Asamblea y volverán, volveremos, a ser cientas escuchando atentas las estrategias para seguir construyendo un feminismo para la liberación de todes. Estarán las gordas, las travas, las putas, las periodistas feministas; las músicas, las poetas, las históricas y las curiosas. Debatiremos y nos organizaremos en las comisiones que prepararán otra fecha histórica. Esta vez estamos llamadas a ser ingeniosas; el conservadurismo político y los fundamentalismos religiosos saben que vamos por todo. El feminismo es poderoso y está dispuesto a demostrarlo una vez más. Su novedad es que lo construimos todas y todes.
*Periodistas feministas