Por Pablo Potenza.
El viernes 12 de junio a las 21 horas el dúo de guitarras “Eguía-Romero” presenta, junto a músicos invitados, su primer disco, al cruce, en el Espacio Tucumán. Antes dialogó con Marcha sobre sus inicios, sus ideas y su futuro.
Son el dúo “Eguía-Romero”. Se conocieron tocando en la “Orquesta El Guitarrazo” –que actualmente dirigen junto a Daniel Schneck y Lucas Bragán– pero terminaron de cruzarse en la carrera Tango y Folklore del Conservatorio Manuel de Falla. Ignacio Eguía me recibe en la puerta de su casa. Enseguida, mientras avanzamos por el pasillo largo, se escucha el sonido de la guitarra de Ignacio Romero que viene desde el fondo y se desparrama en esa suerte de canal amplificador. A los vecinos no parece importarles. Interrumpo un ensayo que continuará luego de mi partida. Están afiladísimos para el show presentación de su disco al cruce, que brindarán este viernes 12 de junio en Espacio Tucumán. Mientras tanto, hablamos de varias cosas.
¿Cómo se armó el dúo?
Eguía: Salió cuando en el Conservatorio nos pidieron hacer un arreglo a dúo. En ese momento ya hacía un año que veníamos trabajando con otro grupo que tenemos, “Trina la diuca” (cuarteto que, además de las guitarras, lleva las voces de Laura Luz De Iudicibus y Dolores Usandivaras), pero creo que ahí entendimos que trabajábamos bien juntos y que además nos gustaba lo que podíamos llegar a hacer. Ese trabajo fue el tango “Decarísimo” y hoy está en el disco. Después, se terminó de armar cuando vino Juan Falú, que era nuestro maestro en el Conservatorio, y nos dijo: “¿Quieren tocar hoy en el ‘Festival Guitarras del Mundo’?” Era en el Teatro Cervantes. Fuimos y tocamos este tema que era el único que teníamos. Más tarde, Juan nos propuso participar en el Festival del año siguiente, así que eso ya nos condicionó y nos empujó a armar más temas en dúo.
Cuando uno los escucha tocar siente un cruce de voces en todo momento. No hay una voz principal y un acompañamiento, sino un cruce constante, un intercambio de roles permanente. ¿Cómo arman eso?
Romero: A los dos nos gusta tocar las dos cosas, acompañar y tocar una melodía, pero no está muy pensado eso, se trata solo de ir variando. Tenemos una dinámica de trabajo conjunta. Antes nos tomábamos mucho tiempo, era probar un acorde, otro, cambiarlo. Ahora tomamos decisiones más rápido, vamos probando cosas juntos y eligiendo.
E: No tenemos un patrón. Se da porque en el proceso de buscar el tema sale algo que te gusta y queda así. El disco de Juan Falú y Ricardo Moyano es parte importante de nuestra formación. Ahí escuchás todo el tiempo ese juego, cómo ellos se comunican y se escuchan y pasan de uno a otro. Venimos de ese lado. Es una forma de agarrar la música.
R: Sí, son elecciones estéticas. Aunque esté ese cruce nosotros arreglamos todo, hay poco de improvisación; tal vez en cómo uno frasea la melodía, pero no mucho más. La creación está en el arreglo.
Eso se nota en los temas del disco, porque hay temas de ustedes y temas de otros compositores, pero todo tiene un mismo nivel, un mismo tratamiento que de alguna manera les da un estilo propio, como si ustedes se apoderaran de los temas ajenos.
R: Sí, aunque el otro día un amigo me dijo lo contrario. Pero sí, hay un color similar en los temas a partir de recursos que uno va usando más habitualmente y le van dando esa personalidad que sale de la manera de arreglar o también de cómo sonar. El sonido de la guitarra también te da identidad: uno vuelve a ciertos lugares que hacen que el disco tenga ese sonido de dúo.
E: Además, en el disco no hay música de una sola región, entonces, cada vez que te encontrás con un estilo para arreglar lo vas conociendo en la medida en que lo hacés; uno le va poniendo lo que conoce: capaz que es algo tradicional del estilo que se mezcla con algo de lo que usamos nosotros.
¿De dónde surge esa necesidad de abordar ritmos tan diferentes que incluso los lleva a mezclar tango y folklore?
E: Es que yo no veo al tango y al folklore de una forma distinta, los veo como música de diferentes partes del país. Por el lugar en el que vivimos, parece que uno tendría que decir que el tango es su música, pero yo no siento que sea la única música que me pertenece ni la única que me gustaría conocer.
R: Yo lo vivo todo más separado. Cuando el folklore me empezó a gustar encontré una conexión entre las músicas del país aunque fueran todas de características distintas. El tango me parece una música increíble y me encanta, pero emocionalmente tengo una distancia.
Pero, entonces, ¿por qué lo abordan? La pregunta sería: ¿éste es un disco de folklore?
E: No, porque incluso hay un merengue venezolano. Para mí la razón de todo esto va más allá de la música misma y es el amor por la guitarra: esto surge de lo que nos ha propuesto la guitarra. Por eso los temas nuestros son todos distintos, porque por ahí estás investigando cómo es una chaya y se te ocurrió una idea y entonces hiciste un tema; te salió un ritmo de otro lugar que nació de la guitarra y capaz nazcan otras cosas que sean incluso de otras músicas, algo brasilero, un candombe. Igual hay una decisión estética de armar un repertorio que tenga de todo.
R: Para mí también hay una decisión ideológica. Estamos en esta parte del mundo y está bueno hacer esta música porque te permite conocer un montón de otras cosas del lugar de uno que van más allá de la música misma. Nosotros hacemos música instrumental, pero si vas a mirar las letras terminás conociendo un paisaje, una comida, un lugar, cosas que están vivas, vigentes y uno tal vez por otro lado no las conocería. La música es una puerta para conocer el lugar de uno y la identidad de las distintas culturas que habitan un país o una región.
De todas maneras, hay cruces de otras cosas.
R: Sí, hay música que uno ha escuchado en distintos momentos de su vida que están en lo que hacés; si uno es sincero, eso va apareciendo. No se trata de copiar lo que hace otro sino de hacer tu propio camino, y en esa búsqueda todo lo demás aparece aunque no se repitan fórmulas. Juan es un referente pero nos despegamos de ahí, no es que queremos tratar de tocar como él.
¿Cómo fue la participación de los invitados en el disco?
R: Bueno, con Falú fue más libre, pactamos alguna melodía o algunos acompañamientos pero nada más.
E: Por suerte, pudo venir a un ensayo antes de grabar, pero fue más por tranquilidad nuestra que de él. Después, cuando grabamos tocó algo totalmente distinto. Hicimos tres tomas y las tres fueron distintas y estaban buenísimas. Elegimos la que más nos gustó. Con Dani y Lucas ya había un arreglo y los roles estuvieron más definidos: armamos un cuarteto con tres voces y un acompañamiento, un poco como funcionamos en “El Guitarrazo”.
R: Con Juan Sicardi también ensayamos para la grabación. Después con las chicas, bueno, ahí ya directamente no son invitadas sino que es “Trina la diuca” lo que suena, es un tema del repertorio del grupo que lo incluimos acá.
¿Este disco cierra una etapa?
E: Sí, es un repertorio que venimos haciendo hace tiempo y que se concentró en este disco. Cerramos pero también abrimos, porque queremos ver cómo funciona, qué repercusión tiene, y tenemos que presentarlo. Ahora está la fecha central en Espacio Tucumán, pero el 2 de julio volvemos a tocar en un ciclo de dúos y en agosto vamos a tocar en Córdoba.
R: Ya para un próximo disco la cosa apunta a que haya mayoría de temas nuestros.
E: en este disco están las músicas que hemos ido aprendiendo en todos estos años.
Tal vez por eso se llama al cruce. No es el título de ningún tema sino una manera de nombrar esto que está pasando ahí.
R: Sí, es una mezcla de cosas. Cruzar distintas músicas, pero también el dúo en sí mismo, este habernos cruzado nosotros y habernos metido en esto. Además, es pensar el cruce como un encuentro: ir al cruce para ver qué pasa.
E: Toda nuestra formación, toda nuestra música y lo que nos ha pasado sale de cruzarse con gente que hace algo que te despierta. Si no salís a ese cruce, te quedás, o por lo menos te perdés muchas cosas que están buenísimas.
al cruce se presenta este viernes 12 de junio a las 21:00 hs. en Espacio Tucumán (Suipacha 140).