Por vigésima vez la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenó la sanción que Estados Unidos impone sobre Cuba.
La resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba” obtuvo 186 votos a favor, en la 66° Asamblea general de la ONU.
Como es tradición el voto en contra fue de Estados Unidos acompañado solo por su aliado más incondicional, Israel. Las abstenciones , al igual que el año pasado fueron de las islas del pacifico sur: Marshall, Micronesia y Palaos, protectorados de Estados Unidos. Por su parte, Libia y Suecia se ausentaron de la votación.
En dialogo con el programa Llevalopuesto de Radio La Tribu,Vladimir Mirabal Regueiro, Segundo Jefe de Misión Embajada de Cuba en Argentina, resaltó esta victoria de la resistencia cubana y la importancia que refleja el asilamiento diplomático que vive Estados Unidos en la ONU. Cuba interpone año a año este pedido en la ONU desde 1992, cuando solo obtuvo 59 votos a favor.
Regueiro resaltó lo interesante de este nuevo rechazo, que involucra un notable crecimiento de la adhesión de los miembros de la asamblea general a la defensa de la soberanía cubana, Hoy son 127 Estados mas que adhieren a la defensa de la autodeterminación del pueblo cubano.
El representante de la embajada llamó la atención sobre el pobre argumento que esgrimió el representante de la Casa Blanca, Ron Godard, para amparar su voto en contra al decir que se trata meramente de un asunto bilateral.
Esta explicación olvida que las leyes que sostienen el bloqueo a Cuba también generan sanciones a empresas de terceros países. Y que en el momento de su sanción, los objetivos del bloqueo han sido, según el memorando del Gobierno de los Estados Unidos del 6 de abril de 1960 “provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria […] debilitar la vida económica de Cuba negándole dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
También desconoce que la ONU pretende ser un instrumento que garantice el bienestar de los pueblos, ingnorando así el gran daño que causa el bloqueo a la población cuban
La solidaridad internacional mayoritaria hacia Cuba, refleja también el asilamiento que esta situación le da al voto de Estados Unidos en su incesante sostenimiento del andamiaje legal que imprime en Cuba altos costos para su población, y nos permite confirmar la continuidad que existe entre la administración actual y las restricciones impuestas por George W. Bush en la gestión anterior. El presente presidente, distinguido hace dos años con el Premio Nobel de la Paz, mantiene este embargo criminal y actúa desconociendo la apreciación colectiva de la ONU.
Estas decisiones de la asamblea general si bien tienen carácter no vinculante, presentan un camino de construcción de opinión que si bien no obliga a los Estados a tomar decisiones, genera una posición política e ideológica contundente que Estados Unidos pretende desoír.
No está demás recordar que esta misma Organización de las Naciones Unidas legitima guerras, y calla ante “intervenciones” estadounidenses en algunos países, y que muchos de los Estados que allí participan continúan demandando una mayor democracia en la toma de decisiones.
El bloqueo a Cuba fue anunciado en 1960, luego instrumentado en 1962 y profundizado en 1996, cuando se codificó hasta “la intervención directa” de Estados Unidos a Cuba, según la ley Helms Burton de ese año, que hoy entones continúa.
El complejo entramado de leyes y reglamentos que forman parte del bloqueo contra Cuba produce daños sociales, ambientales, y humanos difíciles de cuantificar. En cambio existen aproximaciones del daño económico directo que esta política impone en cuba, ayer el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en su discurso ante la ONU dijo que “el daño económico directo ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del bloqueo supera ya los 975 mil millones de dólares, calculado al depreciado valor del dólar frente al oro”.
Mientras líderes empresariales estadounidenses cifran en 3 mil millones de dólares anuales sus pérdidas por la imposibilidad de hacer negocios con la isla, mercado natural de Estados Unidos hasta 1959.
A su vez, este bloqueo desconoce todo tipo de derechos, desde el derecho a la autodeterminación de los pueblos, como de las reglas del libre comercio cimentados por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y de la propia esencia de la ONU.