Por Nicolás Cannone y María Lorena Salazar
Entrevista al diputado uruguayo Eduardo Rubio, de la Unidad Popular -un desprendimiento del Frente Amplio-. Las razones de la ruptura, la lectura político-económica sobre la región y la situación de ocupación en Haití.
¿Cómo fue el proceso de desprendimiento, de alejamiento del FA?
Fue un proceso complejo, doloroso, nosotros en lo personal y colectivamente como fuerza política, fuimos parte fundacional del Frente Amplio (FA), fuimos parte de esa construcción: pasamos la dictadura, la cárcel, el exilio, la reconstrucción y la pelea de todo un pueblo para construir una alternativa al modelo económico, político y social. Ya en los años previos al triunfo del FA, se vivía una fuerte disputa entre aquellos que estaban planteando que el objetivo primordial era ganar las elecciones como fuera, sin importar los contenidos e incluso yendo más allá, planteando la necesidad, en última instancia, de abandonar los objetivos reales de la lucha que habíamos llevado adelante. Una vez que se ganaron las elecciones y desde el primer momento de Tabaré Vásquez, empiezan a darse pasos de negación total de un programa de izquierda, antiimperialista, ni siquiera de un programa progresista: el compromiso con el FMI fue más entreguistas que los que venían de los gobiernos de la derecha tradicional. A partir de allí la sucesión de medidas que tienen que ver con la liberización total de la economía, los privilegios al capital financiero, la trangerización de la tierra, la consolidación de la impunidad a los criminales de la dictadura, manteniendo la Ley de impunidad. La vinculación muy estrecha que se estableció desde el inicio con el gobierno de Bush, que terminó con una visita de tres días al país, el conflicto con Argentina por la instalación de las plantas de celulosas que llevó a una política chauvinista lamentable, poniendo como enemigo central al pueblo argentino para defender a las transnacionales de las celulosas.
Todo esto fue abonando a una necesidad de romper, y en un momento difícil porque cuando rompimos la mayoría de nuestros pueblos seguía creyendo que ese gobierno, era un gobierno de cambio, un gobierno popular. La mayoría de nuestro pueblo no entendía como podíamos dar ese paso. Para nosotros era imprescindible; desde el punto de vista de la conveniencia personal, grupal, económica, todo aconsejaba quedarse a la sombra del poder, bastaba con que te “tiraran un Ministerio”, un cargo de confianza, y vos podías hacer el verso de que estabas trabajando desde adentro para cambiar esa realidad, pero nosotros entendimos que ese era un camino infructuoso, y entre la conveniencia y la coherencia, nosotros elegimos la coherencia.
Así se inicio el camino de construcción de un espacio unitario nuevo, primero fue la Asamblea Popular con el cual nos presentamos en las elecciones del 2009 sin llegar a alcanzar ninguna banca en el Parlamento, y luego con la Unidad Popular -un espacio más amplio-, que reafirmando un programa antiimperialista, de liberación nacional, de ruptura de la dependencia, y con el horizonte puesto en la transformación social profunda, pudimos en esa última elección quebrar ese bloqueo y acceder al Parlamento. En esta última etapa, la reafirmación de un camino, del camino elegido por el gobierno de consolidación del modelo neoliberal y en momentos de crisis de golpear el sector de los trabajadores en beneficio del Capital, han abierto hoy en la lucha por el presupuesto, por la educación, un horizonte distinto en el proceso político Uruguayo.
¿Usted considera que Uruguay está atravesando la misma crisis que los gobiernos progresista de la región?
Estos procesos que se han dado en América Latina, en lo que se ha llamado gobiernos progresistas, antiimperialistas, yo creo que hay una diferencia esencial. Para ubicar los matices que hay en la realidad latinoamericana nosotros dividimos a los procesos que se dieron: Bolivia, Venezuela, Brasil, Uruguay, Chile, los dividimos en dos sectores. Son todos procesos complejos, son procesos contradictorios, son procesos con insuficiencias grandes, pero hay una línea divisoria entre aquellos gobiernos que, aun con retrasos muy importantes confrontan contra el imperialismo, a procesos que con retrasos muy grandes concilian con el imperialismo. Yo pongo un ejemplo, estuvo Evo Morales en Uruguay en el momento que iba a asumir Tabaré Vásquez que fue muy significativo, estuvo el día antes y se fue. Allí dio una conferencia en la Universidad y habló del proceso boliviano y ubicó que la contradicción central estaba entre América Latina y el imperialismo y con toda su experiencia personal de confrontación con el gobierno de los Estados Unidos, las imposiciones, entonces después leo la realidad boliviana y noto sus insuficiencias pero este gobierno enderezó contra el enemigo principal. Lo mismo pasa con Venezuela, con todas las dificultades, insuficiencias, contradicciones: Venezuela sufre un ataque del imperialismo mucho más fuerte, pero por algo hay una confrontación, intento de asesinato de los presidentes, guerra económica. En cambio en Uruguay me encuentro que la Embajada de Estados Unidos es la casa más familiar para los gobernantes del FA, que Obama y el Departamento de Estado felicitan pública e internacionalmente al gobierno de Uruguay por ser un gobierno ejemplar y aliado central en el Cono Sur para los Estados Unidos. Uruguay es el país que tiene más soldados en proporción a la población que tiene en las misiones de Paz, que son las misiones que Estados Unidos propone a las Naciones Unidas para hacerle el trabajo sucio en la ocupación de Haití, en la ocupación del Congo. Viene un momento de crisis de la economía, hay una crisis grave en el mundo capitalista mundial, eso afecta nuestra región, entonces acá viene la prueba para los gobiernos ¿cómo se paran frente a la crisis? ¿El recorte es para los trabajadores o el recorte es para los privilegios del capital? Allí va a estar el rumbo que asuma cada gobierno.
¿Cómo se expresa este proceso, esta crisis del capitalismo, en Uruguay?
Estamos en plena discusión presupuestaria. Se instaló en Uruguay una dura batalla popular por el tema presupuestal que ha tenido como vanguardia a los gremios, a los trabajadores de la educación que han confrontado con la política del gobierno y con la cúpula del movimiento sindical que opera como un legitimador social de las políticas del gobierno. Hay un fenómeno muy importante en este momento que es que la movilización popular que rompió los diques de contención que se forjaron en estructuras sindicales afines a la política del gobierno. ¿Cuál es el mensaje del gobierno? El mensaje más reaccionario, un ajuste durísimo para los trabajadores. En el tema salarial, voy a manejar cifras: un maestro en Uruguay cuando empieza a trabajar el sueldo se le va en el alquiler. Nosotros planteamos un proyecto de Ley para un Plan Nacional de Vivienda Popular donde el Estado asuma, reasuma porque un tiempo en el Uruguay eso existió, el rol de viviendas para garantizarle a la gente el acceso a la vivienda digna con una cuota que no exceda el 10% del ingreso familiar. Estamos proponiendo la reactivación del transporte ferroviario. En una reunión con el Ministro de Economía le preguntamos si iba a modificar la política tributaria en el Uruguay, porque las Multinacionales, el sistema financiero no pagan un peso. El otro día se votó en el Parlamento que los inmuebles rurales pagasen también el impuesto primaria, -si vos tienes una casa pagas una cuota de impuesto para la educación primaria-, el gobierno promovió extenderlos a los inmuebles rurales pero quedan exonerados los campos de las empresas forestales, o sea, los principales latifundios del Uruguay no van a pagar el impuesto a la primaria. Esa es la política tributaria que propone este gobierno.
Usted fue parte de una comisión que fue a Haití en el marco de acciones que se vienen llevando a cabo en Latinoamérica para el retiro de tropas. ¿Cuál es el escenario que se encontró en Haití?
Lo primero que tenemos que dejar claro, como definición, es que en Haití no hay tropas de paz, en Haití lo que hay es una ocupación militar: Haití es un país ocupado militarmente por las tropas de la Minustah que está al servicio de los intereses del imperialismo norteamericano. Allí lo que hay es una tropa de ocupación que su principal acción es la represión al movimiento popular haitiano. Allí no están cuidando de que no maten a la gente, de que no violen a las mujeres, no. En realidad las tropas son las que violan: existen 243 denuncias de abusos sexuales desde que está la Minustah, denuncias comprobadas, denuncias que deben ser un 10% de las que suceden realmente. Nosotros que como fuerza política estamos contra esta ocupación, pensaba ¿por qué la ocupación de Haití? Un país de 27 mil kilómetros cuadrados, ¿qué es lo que tiene? Haití tiene una posición geográfica estratégica, tienes a Cuba al lado, Venezuela al frente, el ingreso a América. Otra razón: temas económicos, en Haití han aparecido yacimientos cuantiosos de oro, se calcula entre lo que está descubierto, 20 mil millones de dólares en reservas, y casualmente todas las minas que han sido descubiertas han sido denunciadas por empresas yanquis y ya están siendo explotadas al estilo de mina de cielo abierto.
Además se han instalados gigantescas zonas francas en donde se producen vaqueros de marca, zapatillas, lentes, entre otras cosas. Un trabajador de Haití en la zona franca, por día, gana cinco dólares, y les pagan a algunos, no es que cumplan la Ley, los inspectores del Ministerio del Trabajo en Haití no existen. Entonces siguen sobre-explotando a la población haitiana y generan cuantiosas ganancias porque en la escala de mano de obra puedes incluir Panamá, Honduras, Haití es el costo más bajo. Se han establecido zonas francas agrícolas, en Haití desalojan a los campesinos de un pueblo eminentemente campesino de sus tierras y viene la Unity Free, instalan una zona franca agrícola y producen banana de primera calidad que exportan a los EE.UU. porque Haití hoy importa Banana de Santo Domingo para el consumo interno. Por Haití pasa el 12% de la cocaína que se produce en EE. UU.; hay 15 bases militares de distintos Ejércitos, donde la Marina Norteamericana tiene barcos alrededor, en la aviación, los radares ¿cómo no los descubren? Allí la ocupación está para que siga pasando la droga, estas son las razones de la ocupación, esto es insostenible. Además de esto que es dramático, de la miseria que hay, de que no se reconstruyó nada después del terremoto, que se robaron toda la plata, por otro lado te encontrás con un pueblo muy digno que odia la ocupación y que se sienten hermanados con aquellos que incluso siendo originarios de los países que los ocupan se manifiestan en contra de la ocupación. El pueblo haitiano lo que necesita es el derecho a ser libre, autodeterminarse. Cuba no manda soldados a Haití, manda médicos, agrónomos, alfabetizadores que además no dicen lo que tiene que hacer el haitiano, se ponen al servicio de lo que los haitianos creen que deben hacer.