El próximo domingo 5 de febrero, se realizará una Consulta Popular en Ecuador, impulsada por el gobierno del derechista Guillermo Lasso. Lxs ecuatorianxs votarán en una consulta alrededor de 8 preguntas cuyo resultado es vinculante y en la que destacan aspectos de seguridad e institucionalidad. Más allá de las preguntas, la consulta representa una búsqueda de Lasso por recuperar legitimidad y mostrarse con apoyo.
Por Revista Ñawpa Foto Andrés Camacho
Jaime Duran Barba, el gurú en estrategia electoral de los partidos de derecha latinoamericanos, en una entrevista televisiva asegura que “el discurso antiguo (en referencia a las grandes narrativas) caducó, [a la gente] no le interesa”. Guillermo Lasso, fiel a su asesor de campaña, plantea la consulta popular como una guerra entre buenos y malos, entre los que quieren acabar con la delincuencia y quienes defienden a los narcotraficantes. Este discurso sencillo, pero claro, no explica nada sobre las implicaciones de las ocho preguntas y menos sus anexos, pero crea adhesiones y simpatías. Entonces, ¿Qué quiere mostrar y qué quiere ocultar el gobierno sobre la consulta popular del 5 de febrero?
Desde esta perspectiva simplificadora de la realidad para hacerle emocionalmente asequible a la gente, el gobierno de Lasso reduce las ocho preguntas, sobre todo los anexos, a tres temas sensibles: la seguridad, la independencia de la Fiscalía y la reducción del número de asambleístas. En estos temas no es muy difícil arrancar un SI, sobre todo si se depende únicamente de una lectura rápida o detenida, sin ningún contexto y ocultando los anexos, el SI puede ser visto como algo lógico, obvio.
La derecha no busca la reflexión, el conocimiento de la realidad, busca encausar el sentimiento de miedo y desesperanza extendido de la gente, producto de las duras consecuencias de la crisis económica, política y la violencia del crimen organizado, hacia respuestas espontaneas e inmediatas, y eso es lo que quiere conseguir con ese discurso simple pero efectivo.
¿Esta estrategia discursiva se limita a ganar la consulta? Todo indica a que no. Todas las encuestas evidencian que el gobierno y los candidatos de su partido político CREO se aprestan a sufrir una fuerte derrota, que, sumado a su poco espacio de maniobra política en la Asamblea, en adelante le resultaría sumamente difícil implementar todo su plan, al menos como lo tenía proyectado inicialmente. Con la consulta popular busca dos cosas inmediatas: desplazar el escenario electoral hacia el terreno donde el gobierno puede imponer el debate; y, en caso de ganar la consulta, minimizar su derrota electoral y con eso sostener y avanzar en la implementación de su proyecto neoliberal, particularmente en lo referente a privatizaciones y firmas de TLCs ya anunciados.
En los debates de los candidatos a los distintos niveles de autoridad local se pudo ver algo de eso. Los candidatos se detuvieron más en uno de los temas de la consulta: la seguridad. Sin ningún intento por definir y caracterizar este fenómeno se dedicaron a emitir propuestas demagógicas e incluso folclóricas, como eso de un “Plan Bukele”. El gobierno, en medio de una gran derrota, logra imponer agenda.
En política generalmente ni las derrotas ni los triunfos suelen ser absolutos y menos permanentes. En medio del posible triunfo del gobierno con la consulta popular, puede abrir al mismo tiempo el espacio para una nueva derrota: ninguna de las preguntas, así lo certifican sus anexos, es una respuesta efectiva a los problemas que promete resolver, sobre todo el de la seguridad, la independencia de la Fiscalía y la mejora de la representatividad de la Asamblea Nacional.
La extradición de los narcotraficantes no ha logrado eliminar el negocio de las drogas ni la violencia producto de ella, así podemos ver en dos de los países que aplican esta medida desde hace décadas atrás: México y Colombia. Incluso si se aplicara la extradición al día siguiente de ser aprobada la consulta, el gobierno no podrá enviar a los delincuentes masivamente, no se puede entregar presos a discreción sino únicamente a los que el país destinatario solicite y luego de un extenso proceso judicial y administrativo.
Respecto de la disminución del número de asambleístas, dada la metodología contenida en el anexo correspondiente, las representaciones provinciales serán disminuidas, menos de las dos principales: Pichincha (Quito) y Guayas (Guayaquil). Esto en nada mejorará la calidad de la Asamblea y de los asambleístas. Lo único cierto es que se volverá a concentrar la representación en Quito y Guayaquil. Esto más temprano que tarde, en lugar de traer calma, reforzará la conflictividad social política, con lo que el triunfo del gobierno puede convertirse en derrota. Pero para que esto sea posible es necesario que los sectores opuestos al neoliberalismo y al gobierno tengan capacidad de respuesta.
Otro de los objetivos inmediatos del gobierno con la consulta popular es concentrar el poder en sus manos, incluso más de lo que hizo el correísmo. Según los anexos, todas las preguntas necesitan una reforma de la Constitución o de la Ley correspondiente, los plazos se extienden hasta un año, con posibilidades de prórrogas, mientras esto suceda, el gobierno puede gobernar mediante Decretos, incluso con Acuerdos ministeriales; es decir, Guillermo Lasso por fin podrá gobernar sin la Asamblea, o lo que es lo mismo, sin ningún contrapeso.
Como podemos ver, Lasso no solo busca “lavarse la cara” sino evitar una derrota electoral inminente y sobre todo concertar poder y blindarse legal e institucionalmente para poder gobernar a pesar del poco apoyo social que tiene.
Por lo dicho, las organizaciones sociales, necesariamente tienen que tener las elecciones y el NO en la consulta popular como parte de su estrategia en esta coyuntura. Pero quienes se inscribieron en el CNE para la campaña por el NO en la consulta popular fueron muy pocos, solo lo hicieron el Movimiento Revolución Ciudadana, Unidad Popular, el Partido Socialista Ecuatoriano y la UGTE. Ninguna organización del movimiento indígena está, y eso es un grave error.
Pese a lo anterior, lo positivo es que la gran mayoría de las organizaciones y movimientos sociales se han pronunciado por el NO general a la consulta popular. Para el campo popular, particularmente para el movimiento indígena y Pachakutik un posible triunfo electoral va estar ligado al resultado de la consulta popular. Esto les obliga a tener una estrategia a dos bandas. Si Pachakutik logra tener buenos resultados electorales, que al parecer es muy posible, puede verse empañada con el triunfo del SI en la consulta.
Por todo esto, la estrategia debe ser amplia y más allá de la coyuntura, ya que la disputa política estará presente con otra dinámica al día siguiente de culminada las elecciones. Para eso es fundamental la unidad, esa es la gran tarea la dirección de las organizaciones sociales, sobre todo del movimiento indígena.
Originalmente publicado por Revista Ñawpa