Por Adriana Rodríguez Caguana
El Levantamiento y el Paro confluyen como ríos caudalosos para juntar pueblos y sus tradiciones de lucha y rebeldía bajo el mismo horizonte.
Armando Muyolema
En junio de este año se conmemoró los 25 años del primer levantamiento indígena del Continente de la segunda mitad del siglo XX. (Ver Ecuador: 25 años del primer levantamiento indígena). Posteriormente sucedieron cinco levantamientos más: en 1992 contra el gobierno socialdemócrata de Rodrigo Borja por la adjudicación de tierras y contra el festejo de los 500 años de “Conquista de América”; en 1994 contra la Ley del Desarrollo Agrario; en 1997 el levantamiento se adhirió al paro nacional contra el gobierno populista de Abdalá Bucaram y por una nueva Asamblea Constituyente. Petición que finalmente llegó con la Constitución de 1998, la cual consagró los derechos colectivos de los pueblos indígenas. El quinto levantamiento ocurrió en enero de 2001 en contra de los tratados de libre comercio, que produjoel derrocamiento de Jamil Mahuad. Hasta entonces, los cinco levantamientos tuvieron como bandera reivindicativa la resistencia al modelo neoliberal que había empobrecido al país.
La primera década del nuevo milenio tuvo un cierto repliegue del movimiento por la fallida alianza con el partido Sociedad Patriótica,que llevó a la presidencia a Lucio Gutiérrez en el 2003, quien fue derrocado dos años después. El gobierno de Gutiérrez no cumplió con las expectativas del movimiento que lo había respaldado. En este sentido, el neoliberalismo continuó intacto en las políticas del Estado.
Con la llegada a la presidencia de Rafael Correa en el 2007 se proyectó un cambio en la política ecuatoriana. El nuevo discurso del mandatario anunciaba el fin de “la larga noche neoliberal” que convocaba a la izquierda y al movimiento indígena, quienes mantuvieron su respaldo durante el primer año de gobierno. La nueva Constitución de 2008 prometía también una transformación jurídica con la consagración de los derechos de la naturaleza, así como la declaración de plurinacionalidad e interculturalidad del Estado, tradicionalmente unitario y monolingüe. Sin embargo, el primer conflicto con la comunidad de Dayuma (2007) anunciaba un modelo de desarrollo que no era el concertado con la izquierda ni con el movimiento indígena. Algunos economistas críticos han llamado a este modelo como “neodesarrollismo”. Este modelo no abandona la política económica internacional del neoliberalismo, sino que la profundiza. Si bien es cierto que las políticas sociales al interior se expandieron para fortalecer al Estado, sus relaciones de dependencia con el capital internacional continúan intactas.
Por otro lado, al interior del país, en concordancia con el modelo de acumulación, se promulgaron leyes como la Ley de Aguas, Ley de Tierras y el nuevo Código de Justicia Laboral. Además, se aplicaron políticas de reforma en el acceso a la Universidad Pública, a la planificación familiar y al Código Penal Integral que promueven el control social y el patriarcalismo.
La CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) desde el 2008 ha venido movilizándose en rechazo al Estado neodesarrollista. A lo largo de estos ocho años no han sido convocados al diálogo, sino a la aceptación de las leyes que se promulgaban. Uno de los puntos más tensos de la relación del Estado con el movimiento se lo vivió en el 2014 con un dictamen administrativo que ordenaba el desalojo de la Casa sede de la CONAIE en la ciudad de Quito. El acto fue suspendido recientemente. A esto se agrega la persecución a los líderes indígenas, el cierre de cientos de escuelas interculturales bilingüesy la suspensión de la Universidad Amawtay Wasi.
Junto a la CONAIE se encuentran los demás sectores clasistas: Frente Único de Trabajadores, movimiento de mujeres, ecologistas y estudiantes universitarios. Esta plataforma intersectorial ha creado el Colectivo Único que convocó al Paro Nacional este 13 de agosto. La alianza intersectorial con esta fuerza de convocatoria es histórica, puesto que desde 1990 el movimiento obrero en el Ecuador, después de la caída del bloque socialista en la URSS, estaba debilitado. Durante la década del noventa el movimiento indígena tuvo que enfrentarse casi en solitario contra la envestida neoliberal. Con la rearticulación del movimiento obrero, así como el auge y consolidación de nuevas organizaciones de lucha durante los últimos años, la alianza se ha fortalecido y promete una propuesta política con independencia de clase.
Desde el dos de Agosto la CONAIE y demás organizaciones indígenas emprendieron la marcha “Por la vida y la dignidad de los pueblos” desde el sur del país, provincia de Zamora Chinchipe, pasando luego por la sierra central. Desde allí continuó la marcha hasta la ciudad de Latacunga donde llegaron el 10 de agosto, día que se conmemoraba el primer grito de la Independencia (10 de agosto de 1809).
La marcha que recorre al país, a pie y en autos, ha sido acompañada por una gran Vaca alcancíaque recoge dinero de los simpatizantes en el camino; además, la gente en los pueblos y ciudades ofrecieron alimentos y bebidas para los manifestantes. No se han registrado incidentes con el oficialismo, salvo los insultos racistas cotidianos y el haber manchado a la Vaca con pintura roja. Se espera que la marcha indígena llegue a Quito el 13 de agosto para juntarse con los demás sectores clasistas y anunciar así el Paro Nacional. Las peticiones de la movilización ya han sido publicadas en el Manifiesto de la CONAIE: derogatoria de la Ley de RecursosHídricos, de la Ley para la Justicia Laboral, de las enmiendas constitucionales que llevarían a la reelección indefinida al presidente; así como la suspensión del cierre de las EIB y el libre acceso de la Universidad pública, entre otras.
La Vaca entrará a la ciudad de Quito sin las pretensiones bélicas del caballo de Troya, sino con la sencillez y la tenacidad de cientos de años de resistencia. La unidad anuncia la vigencia de la vieja consigna de los estudiantes miristas de los años setenta: “Con la fuerza de los trabajadores romper las leyes de los explotadores”.