Por Marcelo Luda. Cristina Fernandez de Kirchner anunció el comienzo de la tercera etapa del programa “Conectar Igualdad” (CI) durante un acto realizado en Usuahia el lunes pasado. Allí aseguró que se entregaron un millón 800 mil notebooks desde 2010.
El programa de CI es una apuesta ambiciosa del gobierno nacional para la revalorización de la escuela pública, la promoción de igualdad de oportunidades y la inclusión digital. Su eje principal es la entrega de 3 millones de netbooks a estudiantes de escuelas medias estatales, objetivo que se alcanzaría a finales del 2012. Esto debe ser acompañado por la creación de nuevos contenidos para uso en clase y por el equipamiento de las escuelas con infraestructura adecuada.
En la presentación del Programa Nacional de Voluntariado Universitario de este año el Ministro de Educación, Alberto Sileoni, expresó que el programa CI es una “excusa” para poder incidir sobre la educación secundaria desde la clase, marcando que el objetivo no es enseñar el uso de una herramienta sino la innovación pedagógica.
Diagnóstico inicial
El principal éxito del programa es, sin dudas, la incidencia social directa que representa el acceso a una netbook para miles de familias que hasta ahora no poseían siquiera una computadora de escritorio. En ese sentido, el impacto inicial es muy positivo e implica un avance muy importante para los sectores más postergados de nuestra sociedad. Sin desconocer el poder inclusivo del programa, cabe señalar que su implementación cuenta, a finales de su segundo año de aplicación, con algunos inconvenientes profundos que le impiden cumplir con sus objetivos educativos.
El principal problema radica en la falta de capacitación del personal técnico y docente. El mantenimiento de los sistemas básicos de seguridad y la asistencia técnica a cientos de estudiantes representan un trabajo constante que se vuelve excesivo ante la falta de conocimiento mínimo de procedimientos básicos, lo que acaba por entorpecer la labor docente.
La mayoría de los docentes tienen serios problemas para hacer uso de la notebook como herramienta educativa. En la facultad de Ciencias Exactas de la UBA se estuvieron realizando cursos para docentes que enseñen matemática y física con las netbooks. Los asistentes manifestaron su preocupación por que los chicos saben más sobre computadoras que ellos mismos. En dicho curso dijeron sentir “terror” ante la imposibilidad de “controlar” la clase y sostuvieron que no cuentan con conocimientos acerca de las formas en que se pueden usar las herramientas tecnológicas para estimular el aprendizaje.
Muchos sienten que el objetivo de las aplicaciones es reemplazar la tarea docente o resolver los problemas por los alumnos, cuando en realidad no puede haber nada más perjudicial para los estudiantes que la ausencia de un docente para acompañar la tarea de aprendizaje y orientarla hacia la construcción de conocimiento y la resolución de problemas desde una mirada crítica y creativa. Esto constituye el obstáculo más importante a superar para alcanzar los objetivos de innovación pedagógica si se pretende que el programa CI no se convierta simplemente en la distribución de una “calculadora sofisticada” entre estudiantes de escuela media.
Educar para la dependencia
Uno de los aspectos del programa que generó más críticas fue la decisión de que las netbooks utilicen Microsoft Windows como sistema operativo por defecto. Esto llevó al principal líder del movimiento mundial de software libre, Richard Stallman, a rebautizar el programa como “Condenar a Maldad”, en algunas de las declaraciones que hizo para los medios en su reciente visita a la Argentina.
Microsoft es uno de las principales exponentes del modelo de software privativo, en el que una empresa vende a los usuarios un software cerrado que no se puede compartir, estudiar ni modificar, por lo que la empresa tiene poder de control sobre el usuario. Por el contrario, el software libre es un software de propiedad social, que se desarrolla colaborativamente en comunidades virtuales y promueve que las ideas se compartan y que el control lo tengan las comunidades de usuarios.
El movimiento de software libre sostiene que en educación se debe usar software que promueva la solidaridad y el trabajo colaborativo, caracteríasticas que el software privativo no puede cumplir. A esto se le suma el perjuicio que produce utilizar las instituciones públicas para capacitar a estudiantes en el uso de productos particulares de una empresa reconocida por sus prácticas monopólicas. Según Stallman: “Las escuelas no deben enseñar nunca a usar programas privativos porque estarían enseñando dependencia”.
Las netbooks de CI incluyen una versión de GNU/Linux, un sistema operativo libre, pero las herramientas docentes solo están disponibles para Windows. Si a esto se le agrega la falta de capacitación específica, la existencia de esta alternativa pasa a ser solo declamativa.
Otras experiencias similares en Latinoamérica eligieron caminos diferentes. En Uruguay se implementó el Plan Ceibal en 2007, que consistió en la entrega de netbooks a estudiantes de escuela primaria con programas educativos basados en software libre. Si bien hubo partidas reducidas que salieron con Windows como sistema operativo, a finales de 2008, la experiencia educativa global estuvo planificada desde el software libre. En Venezuela, el Proyecto Canaima está repartiendo 800 mil netbooks con GNU/Linux en el sistema de educación primaria desde 2010. Es un proyecto socio-tecnológico para la apropiación y promoción del libre conocimiento y el desarrollo nacional con el objetivo de romper con la dependencia tecnológica.
Favorecer el uso de Windows en las netbooks constituye una decisión política que tendrá consecuencias en la profundización de la dependencia tecnológica, lo que pone límites importantes a los objetivos de innovación en materia educativa en cuanto a las direcciones que puede adoptar el programa en su conjunto. Solo el tiempo dirá si la determinación de los docentes y la presión de la comunidad de software libre pueden revertir ese proceso.