Por periodistas integrantes de Marcha, La Primera Piedra y NAN / Foto: Tadeo Bourbon
Nadia Lizet Rojas, una adolescente de 14 años de la Villa 20 de Lugano, se encuentra desaparecida desde el 9 de junio. La comunidad educativa, su familia y amigas, convencidas de que se encuentra captada por una red de explotación sexual, se organizaron para que el caso sea investigado y la joven, encontrada. Sin embargo sus rastros parecen perderse frente a la negligencia y complicidad estatal.
“Necesitamos que aparezca Nadia, pronto y salva por favor”, canta un grupo de adolescente de 14 años en la puerta de Comodoro Py el lunes 3 de julio a la mañana. Son las compañeras de escuela de Nadia Rojas, y bajo la bandera de la Escuela Media Nº1 “René Favaloro” reclaman por la aparición de su amiga con un cancionero hecho por ellas mismas. Desde el 9 de junio, en su aula hay un banco vacío. Nadia desapareció esa mañana y al día de hoy no se conoce su paradero. Desde entonces la comunidad de Lugano se puso en alerta: el caso de Nadia no es uno aislado sino que uno más dentro de una red sistemática de secuestros de chicas preadolescentes. “Hay un montón de pibas que desaparecen sistemáticamente en esa zona, entonces exigimos que la justicia y el Estado pongan las herramientas necesarias a disposición de la búsqueda”, explica Micaela de la organización Hagamos lo Imposible (HLI), una de las que acompaña a la familia y docentes en la búsqueda.
El reclamo por la inmediata aparición de Nadia viajó de Lugano a la puerta de los Tribunales federales al mismo tiempo que lo hizo el expediente judicial que investiga su desaparición. Luego de que días atrás, la Justicia nacional derivara en el fuero federal la investigación por considerar que se trata de de un caso de trata de personas, el lunes pasado el juez Rodolfo Canicoba Corral -a quien le tocó el caso- opinó lo contrario y lo rechazó por considerar que no había elementos suficientes para entender tal cosa. La protesta en la puerta de Comodoro Py no solo contó con docentes y compañeros de escuela de Nadia, sino también con referentes de HLI y otras organizaciones sociales, como el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), la Campaña contra las Violencias hacia las Mujeres, el Plenario de Trabajadoras del Partido Obrero (PO) y la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) que desde hace semanas exigen juntas la inmediata aparición de la joven y trabajan, a diario, en un sistema para visibilizar la situación de vulneración de libertades y derechos en el barrio.
Por eso Elena Rojas, la madre de Nadia, acudió a la Cámara Federal de Casación para apelar esta decisión e insistir en que en que la Justicia federal lleve adelante la investigación por la desaparición de su hija. Tras salir de la Cámara, Elena se paró al lado de sus compañeras. “¡Elenasa!”, le dijeron cuando llegó. Es que desde el día cero lucha por encontrarla. Y asegura con firmeza, una vez que se anima a dar una declaración: “No voy a dejar de meter presión”.
“La comisaría está de adorno”
Las movilizaciones por Nadia se vienen sucediendo desde el día de su desaparición frente a la escuela a la que debería seguir yendo. Unas semanas antes de la manifestación del lunes frente a Comodoro Py, los vecinos del barrio, las y los docentes de Nadia, sus familiares y amigos, y miembros de las organizaciones presentes en el barrio realizaron un corte de tránsito en Callao y Corrientes, con el fin de visibilizar una situación sistemática en el barrio de Lugano y también en otros. Nadia fue vista por su mamá la mañana del 9 de junio pasado, cuando se fue de su casa hacia la escuela. Ese día tenía doble turno, por lo que debía regresar. No lo hizo. “De su casa no se llevó los documentos ni ropa ni nada. No volvió nunca más”, afirmó el abogado de Elena, Facundo Vicente.
Desde comodoro Py, Susana, una vecina de Villa Lugano, comentó: “Es la primera vez que nos organizamos por una desaparición así en la Villa 20”. Si bien ya hubo muchas movilizaciones por temas relativos a violencias contra las mujeres, en este caso la organización viene también a suplir una ausencia estatal: “La comisaría está de adorno. No se hace cargo. Tres policías por cuadra pero no cuidan a los jóvenes”.
“Hay un montón de elementos que dan a entender que estamos frente a una red de trata”
El abogado de la familia de Nadia Rojas que lleva la causa aseguró que hay elementos que indican que la desaparición se trata de un caso de trata. Y eso fue lo que volcó en el recurso que presentó ante la Cámara para discutir la decisión del juez federal Rodolfo Canicoba Corral, quien este lunes se declaró incompetente. “Según él, sería sólo cuestión de desaparición de una menor así que consideró que el expediente lo tenía que llevar la Justicia nacional. Pero el fiscal Delgado ni nosotros estuvimos de acuerdo, así que recurrimos. Para nosotros hay un montón de elementos en la causa que dan a entender que estamos frente a una red de trata”, postuló Vicente.
La causa comenzó a ser investigada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 57, a cargo de Anselmo Castelli, y quedó registrada en el Juzgado N° 50 dirigido por Carlos Manuel Brunard. Al principio las dirigencias de la investigación estuvieron a cargo de la Comisaría del barrio de Lugano, la 52, la que, se sospecha, está vinculada a los hechos que suceden en el boliche El Bacilón de Liniers, al que la familia y los docentes miran con más atención a la hora de hipotetizar sobre el destino de Nadia. Luego, el juez “decidió trabajar” con la División Delitos contra la Salud, perteneciente a la Superintendencia de Investigaciones de la Policía de la Ciudad, señaló el abogado. Brunard decidió trasladar la causa al fuero federal al coincidir con el fiscal Castelli en el análisis de los elementos que integraban el expediente que, según ellos, indican que Nadia es víctima de una red de trata de personas con fines de explotación sexual vinculada a El Bacilón de Liniers.
“La mayor cantidad de datos fueron aportados por los vecinos que se vienen movilizando hace mucho por la desaparición de las pibas en los barrios, no sólo en Lugano sino también en Soldati y Bajo Flores, hay sistemáticamente casos de pibas menores de edad que desaparecen y no se van por su propia cuenta, con lo cual reclamamos al Estado que se haga cargo”, mencionó Juana de HLI. Entre las pruebas reunidas figura un caso previo, aportado por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), de una nena que sufrió abusos en el boliche ubicado en Avenida General Paz 10838, numerosas veces clausurado en ocasiones anteriores. “Nadia fue vista por última vez el 9 de junio. De la casa no se llevó ropa, no se llevó los documentos. Está captada. No puede volver a su casa porque, como mínimo, la tienen amenazada”, añadió el abogado.
En el barrio de Lugano y alrededores no hay quien no conozca al Bacilón. Nadia le había comentado a su mamá, Elena, algo de todo lo que las versiones de vereda dicen que sucede allí con los chicos y chicas que acuden fin de semana tras fin de semana: venta de drogas y prostitución además de escuchar música, bailar y divertirse. Sin ir más lejos, la estructura del boliche se conecta, desde adentro, con otra construcción que cuenta con 15 habitaciones en donde “las chicas tienen sexo por dinero”, indican fuentes sin identificar entre las fojas del expediente.
Las sospechas sobre lo que ocurrió con Nadia dibujan el recorrido de “captación” de adolescentes que llevan adelante los regenteadores del boliche: “Les ofrecen hacer presencia por dos pesos, luego pasan a ser camareras, de ahí las tientan para hacer bailes eróticos y vender estupefacientes; el último paso es la prostitución”, enumeraron fuentes judiciales que, además, señalaron que “a las nenas las amenazan con que van a lastimar a sus familiares si cuentan algo”. Mientras se espera que defina la Cámara a qué fuero corresponde, el expediente sigue en manos de Canicoba Corral, aunque “no tomó ninguna medida”, remarcó Vicente.
“A nuestras pibas las desaparecen”
Este recorrido aceitado como una maquinaria y conocido por los vecinos y vecinas organizadas/os en Lugano parecería ser ignorado por los agentes estatales destinados a impedirlo. “Las villas están repletas de policías que no cuidan a los jóvenes de los barrios”, aseguraba Susana en Comodoro Py. La comunidad educativa, junto a sus amigos y familiares seguirá movilizándose para que Nadia aparezca y para visibilizar la realidad que viven sus barrios. “Reclamamos al Estado que se haga cargo, consideramos que es responsable. Tienen que explicar por qué una nena hace 20 días no está en su hogar”, exclamó Juana de HLI.
Las y los docentes de la escuela “René Favaloro” se manifestaron, además de las movilizaciones, en varias cartas desde que la joven desapareció: “Son cientos las pibas que nos faltan. Queremos traspasar los muros de la escuela, que se conozca lo que está pasando en la Ciudad de Buenos Aires, queremos a todas nuestras pibas en donde tienen que estar: estudiando, con sus profesoras y profesores y en sus casas, con sus familias”. En esta zona hay al menos quince historias registradas de jóvenes que desaparecen y sus casos no son investigados. “Nuestras pibas no se pierden, a nuestras pibas muchas veces las desaparecen”, aseguran las docentes de Nadia decididas a continuar la lucha.