Se cumplen dos años de la desaparición de Delia Gerónimo Polijo, joven de 14 años oriunda de la localidad de La Paz, valle de Traslasierra. Familiares, vecines y organizaciones sociales continúan movilizándose y exigiendo verdad, memoria y justicia.
Por Romina Pezzelato y Débora Cerutti
El viento ronda la casa donde habitan Modesta y Mario. El polvo que levanta nuestro andar tiene el color del calor. Los hornos de ladrillo funcionan a pleno sol, en esa zona árida del sur del valle de Traslasierra. En uno de los parajes del pueblo de La Paz, habita una familia que no se silencia, que marcha, que exige justicia. Llegamos junto a Roxana Bonafont. Ella, con mirada clara, sus palabras precisas y sus gestos de amor, acompaña a la familia Gerónimo Polijo desde hace dos años. En medio de un dolor que nos entraba por la piel, procuramos sombra y silencio. Dispusimos las sillas. Rondamos el inicio con cautela. Mantuvimos la conversación con cuidado. Con delicadeza.
Saber. Tan simple como eso. Saber dónde está Delia: “Durante dos años estamos llevando este dolor. No podemos olvidar, siempre queremos saber, ver qué pasó con ella. Está muerta, está viva, pero saber”, nos dice Mario, papá de Delia.
La búsqueda de Delia Gerónimo Polijo toma las calles aún en pandemia. En esta pequeña localidad de poco más de mil habitantes, Mario comienza diciéndonos que hasta hoy, no saben nada. No duda de que no van a olvidar, ni quedarse atrás. Que van a seguir reclamando por esta lucha hasta el último, hasta saber qué pasó con su hija. La pregunta que moviliza a todo el valle del oeste cordobés sigue sin respuesta: ¿Dónde está Delia?
Delia, ¿dónde está?
Llegamos en los días previos al segundo 18 de septiembre en el que Delia no está. Dos años de su desaparición y un mundo de interrogantes plagados de rumores, de incertezas. La pregunta permanente pulsa la angustia y el caminar exigiendo respuestas.
Ir a la casa de Delia, era de por sí desafiante. Reconocer los caminos por donde ella transitaba. El ingreso al predio de los hornos en los que trabajan Mario y Modesta. La casa, su casa que se presenta ante nuestros ojos por primera vez. Pasar por la cancha de fútbol en la que jugaba con sus amigos y amigas. Avanzar ahí, en su ausencia misma. En donde Delia no está.
“Delia es hermosa, ¿saben?. Delia es hermosa, por fuera y por dentro. Sus compañeros y compañeras de la escuela la amaban. La habían elegido como reina de la primavera. Pero esa primavera no hubo festejo, hubo marcha…”. La voz de Camila, una adolescente de la misma edad de Delia, suena en el spot que se grabó para acompañar y difundir las acciones de esta semana en la región.
Delia del amor
Nacida en La Paz, a lo largo de los años fue tomando un carácter cariñoso y parlanchín. Mario esperó su nacimiento afuera de la sala donde estaba Modesta, temblando de ansiedad. Delia nació de un parto doloroso y fue recibida con mucha alegría. Su mamá la parió hace 16 años. Ella nos cuenta que a sus hijas, las quiere a toditas por igual. Y que su dolor, que es mucho más grande que el de cualquier parto, no va a cesar hasta saber qué pasó con su hija, dónde está.
Delia era muy inteligente nos dice Modesta. Recuerda que la ayudaba a cocinar, a cuidar sus hermanas y hermanos. No quería faltar ni un día a la escuela ni dejar de cumplir con su tarea: “Era muy alegre ella. Partidos de fútbol hacía ella. A María Elena [una de sus hermanas] le gustaba mucho jugar. Se juntaban en la canchita”.
Delia tenía una compañera no vidente que vive en Loma Bola. Eran muy amigas, dice Roxana. Y recuerda su testimonio cuando contó que a Delia le decían la topadora: “cuando corría jugando a la pelota no la podía parar nadie. Tenía mucha fuerza, era muy solidaria”.
Sopita, arroz y papa son las comidas que Delia cocinaba, recuerda su mamá: “Ya estaba aprendiendo a cocinar bien. Preguntaba en qué te ayudo mami, hago esto, voy a cuidar bebé. Me hacía jugar, bromear, sabíamos cantar, me decía ´te lo canto mami´. Cuando recuerdo, gran pena me da”.
Cronología de la desaparición
18 de septiembre de 2018. El horario de salida de la escuela de Delia era a las seis de la tarde. Ese día les estudiantes se retiraron a las 16 horas, pero sin darle aviso a las familias. Mario nos cuenta que el día en que desapareció su hija, no habían recibido ninguna notificación: “Siempre mi hija Delia nos mostraba la notita y a ´esa hora voy a salir´ nos decía. La estábamos esperando a la hora que tenía que salir, pero no estaba más”.
A partir de ahí, comenzó la búsqueda. Fueron hasta la plaza principal del pueblo. La buscaron de nuevo por el barrio. Caminaron los 300 metros que Delia recorrió sola antes de llegar a su hogar. La distancia que siembra las preguntas. ¿Qué pasó en ese trayecto? ¿Quién se le acercó y se la llevó a plena luz del día?
Rondando la tardecita Mario y Modesta realizaron la denuncia y toda la comunidad de La Paz comenzó a recorrer campos, a hurgar en rincones, a rastrear pasos, a gritar su nombre esperando un eco que permitiera al menos advertir su presencia.
Para Mario, la policía actuó muy mal desde el principio. “En esos tres días tenían que trabajar bien para saber todo. Ahora ya es medio complicado. Por eso ahora nos está llevando tan largo tiempo”, dice.
Roxana se suma a la reconstrucción de esta cronología: “El 19 empieza a venir la policía, un helicóptero. Al principio se organizaron por familias para recorrer el campo cercano a donde había sido vista por las compañeritas por última vez. La primera marcha fue el 20”. Sostiene las palabras conteniendo el llanto y recuerda también que ella junto a otras personas estaban en un paraje contiguo a La Paz que se llama La Guarida, lugar donde se la vio a Delia por última vez y donde se encontraron algunas de sus pertenencias.
Recuerda que había algunos carros de bomberos estacionados con personal arriba de los mismos. Esperando no sé qué, dice Roxana: “Nos dejaron entrar sin tocar nada, pero a eso de las 17 nos hicieron salir porque venía una perra (una división de canes para buscar indicios de Delia). Esa noche cortamos la ruta porque la perra no llegaba. A mí me hicieron responsable del corte. Como para asustar a toda la comunidad, tratándome de rebelde”.
Un suicidio que suma silencio al silencio
El 23 de diciembre de 2018 Anabel Pereyra, vecina de La Guarida, se dirigió a la comisaría con un amigo de la familia a radicar la denuncia en contra de Mauro Martínez (27) por violencia de género. Él había estado presente en esas primeras horas desestimando los recorridos que se proponían para los rastrillajes.
Anabel declaró que Martínez, en medio de una discusión que sostuvieron, le confesó alcoholizado y afectado por el consumo de drogas, la amenazó con tirarla “al pozo de Pinocho” como había hecho “con la boliviana” en referencia a un pozo de agua en la que habría arrojado el cuerpo de Delia.
En la jornada siguiente, día de inicio de la apertura de temporada en la localidad de La Paz, Mauro Martínez apareció ahorcado. En su casa encontraron su ropa quemada, la que habría utilizado en el día que Delia desapareció. Pertenencias de Delia. Los peritajes oficiales informaron que él se suicidó. De esa línea de investigación, se desprenden muchas dudas: “Él no aclaró nada. De la noche a la mañana apareció ahorcado, no sabemos muy bien. La señora fue a declarar todo, y parece que el jefe de personal de la Municipalidad llevó a declarar. No sé si es verdad o es mentira. Todo eso a veces me llega al corazón”, afirma Mario.
Los rumores hablan de “desprolijidades” en la investigación del suicidio. Entre La moto de Martínez apareció en un basural, lo que impidió el correcto peritaje de evidencias, por ejemplo.
En la zona en la que se encuentra el campo de “Pinocho” (Paraje La Guarida) hay alrededor de 60 pozos. Se realizó un rastrillaje en el que no se obtuvieron resultados relevantes, pero Mario y Modesta desconocen si fueron rastrillados todos. “Son pozos perforaciones, chicos de tamaño, pero profundos. De los que se hacen para buscar agua”, afirma Mario. ¿Qué sabía Mauro Martínez?, ¿quiénes más lo sabían? ¿había intenciones de hacerlo callar?
La casa de la “Niña Nieves”
“Hasta ahora dos años pasó y no hay ningún detenido en La Paz. Eso me duele, me enoja, no hay ni una desde aquel día que desapareció mi hija, no hay ningún sospechoso ni detenido”, dice Mario. Y continúa: “Está por acá nomás mi hija. Alguien sabe de acá del pueblo y no quiere hablar” (Mario Gerónimo Polijo)
A mediados del año pasado, cobró fuerza la hipótesis de que Delia había permanecido en una casa “abandonada” en el bajo de Corralito (paraje cercano a La Guarida) conocida como la casa de “Niña Nieves”, mujer fallecida, casa contigua a la casa de los hermanos de Anabel.
En La Paz es un secreto a voces que en esa casa había trabajadoras sexuales y se hacían fiestas clandestinas. Sin embargo, no fue hasta meses después que se allanó el lugar y se obtuvieron evidencias de la presencia de Delia allí, pero a la fecha se desconocen los resultados.
¿Qué pasaba en la casa de “Niña Nieves”?, ¿Quiénes la administraban?, ¿Quiénes la frecuentaban?, ¿Quiénes estaban ahí en los días cercanos a su desaparición?, ¿Por qué nadie habla?, ¿Qué dicen las autoridades locales respecto al funcionamiento de este espacio en una localidad de mil doscientos habitantes?
Ni Mario ni Modesta saben con certeza qué pruebas se obtuvieron en el lugar: “No sabemos quién nos hace daño. Nuestro sueño, hasta las últimas, es saber quién nos hizo daño, a dónde fue, dónde está”. La familia de Delia está convencida de que hay muchos silencios en el pueblo. Que alguien sabe y no quiere hablar: “está por acá nomás mi hija. Alguien sabe acá en el pueblo”.
Desde el primer día de la desaparición hasta la actualidad hay gente del pueblo que acompaña a el reclamo por verdad, memoria y justicia. Que ayudan y acompañan la búsqueda. Pero “hay algunos vecinos que capaz se molestan cuando salimos a marchar, yo así lo siento. Varios vecinos que saben muy bien todo. Acá en La Paz mismo, capaz hasta no nos quieren ver”, afirma Mario y piensa que en el caso de su hija hay “gente de poder” involucrada.
La causa hoy
La causa que investiga la desaparición de Delia se encuentra desde mediados del año pasado a cargo de la Fiscal Lucrecia Zambrana responsable de la Fiscalía de Primera Nominación de Villa Dolores.
Hasta la fecha han pasado por la causa 4 abogades y 2 fiscales. Han intervenido la Policía de la Provincia, la Policía Federal y Gendarmería. La división de Bomberos D.U.A.R. (Departamento Bomberos de Alto Riesgo). La División Canes de la Policía de la Provincia de Córdoba. La Dirección de Investigación Operativa (DIO), dependiente de la Policía Judicial de la Provincia. El Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), dependiente del Ministerio de Seguridad. La Asociación “Missing children” Argentina publicó su búsqueda en facturas de impuestos de la provincia de Buenos Aires. Hay una recompensa provincial y una nacional para quien aporte datos relevantes a la causa
El pueblo organizado y autoconvocado ha marchado semanalmente a lo largo del primer año y luego una vez por mes hasta el inicio de la pandemia, lo que ha significado más de 120 marchas en la localidad de La Paz, bajo la consigna “No hay Paz sin Delia”.
Delia, Silvia, Yamila, Marisol, Luz
“Hoy nos tocó. Algún día le puede tocar a otros”, afirman Modesta y Mario. Y es que esta certeza, ha hecho también que se junten con otras personas familiares de desaparecidas. Recuerdan el encuentro con la familia de Silvia Gloria Gallardo, de Marisol Reartes y Luz Oliva: “Ellas también están llevando un dolor. Nosotros estamos llevando dos años, otras capaz son cinco, seis años. Igual que nosotros, no saben. Pero siguen en la lucha”.
Mario y Modesta agradecen el acompañamiento mutuo entre familiares y organizaciones en este camino de dolor y reclamo de justicia. Remarcan el encuentro con Soledad Cuello, hermana de Yamila Cuello desaparecida en la ciudad de Córdoba desde el año 2009: “con ellas siempre estamos, cuando nos toca salir de reclamo estamos juntos, vamos a seguir junto con ellas”, dice Mario. Y Modesta agrega: “Nos dan fuerza para seguir adelante. Están sufriendo como yo. Ojalá que haya justicia para todos, que esclarezca todito para ellas y para nosotros”
Marchar por Delia
A lo largo de la semana Mario y Modesta han brindado notas a gran cantidad de medios. En la región se multiplican los carteles en autos y comercios con la foto de Delia que interpela: Delia, ¿dónde está?
Por impulso de un grupo de vecinas y activistas de la región, la Municipalidad de La Paz declarará este 18 de septiembre “Día del compromiso con la búsqueda de las personas desaparecidas de Traslasierra”
El mismo viernes se planificaba la inauguración de una muestra de fotos en la Oficina de Turismo que retrata las acciones realizadas a lo largo de estos dos años, y una marcha en La Paz, eventos postergados hasta nuevo aviso dado el escenario de nuevos casos de covid 19 en la zona.
Seguiremos exigiendo justicia y preguntando por Delia