El pasado 19 de diciembre se cumplieron 40 años del secuestro y desaparición de la poeta, escritora, pionera del feminismo latinoamericano, Alaíde Foppa. Este es un breve recorrido sobre su vida y su obra para mantenerla en nuestra memoria.
Por Beatriz Barrera
Alaíde Foppa, nació en Barcelona el 3 de diciembre de 1914. Hija de padre argentino, Tito Livio Foppa -referente del teatro, periodista y diplomático- y de Julia Falla, guatemalteca, – concertista de piano, proveniente de familia cafetalera-.
El trabajo de su padre hizo que la infancia y adolescencia de Alaíde tuviera lugar en varios países, entre ellos Argentina y algunos países europeos. Con estudios universitarios concluidos en Italia, se radicó en Guatemala, adoptando la nacionalidad del país centroamericano.
“Llegué en vísperas de la Revolución democrática de 1944; viví en pocos meses ese estado de angustia y opresión que ahora se ha renovado y está cada vez peor. Fue la primera vez que sentí a la gente, el miedo, la angustia, la enorme injusticia social, la pobreza, la explotación del indio. Para mí fue impactante. Comprendí que de alguna manera yo tenía que participar en todo aquello” (Entrevista realizada por Carmen Lugo, publicada en 1981, en Excélsior, México, después de su desaparición).
Alaíde formó parte de la Junta Directiva de la Unión Femenina Guatemalteca pro-Ciudadanía, ejerció en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Además, participó en la fundación del Instituto Italiano de Cultura en Guatemala.[1]
Si hay algo importante a destacar de la Revolución de octubre en Guatemala, es el haber salido por primera vez de largos períodos de oscurantismo dictatorial y tener las primeras elecciones libres . Alaíde fue partícipe y se involucró en las primeras campañas de alfabetización, sin dejar de observar y hacer señalamientos sobre el lugar en el que ubicaban a la mujer en los manuales.
En 1945 se casó con Alfonso Solórzano, fundador del Partido Guatemalteco del Trabajo, un hombre comprometido con el proceso Revolucionario. Tras la invasión de 1954 orquestada por el Departamento de Estado de los EEUU, en complicidad con los sectores de poder guatemalteco, se generó el exilio forzoso de miles de guatemaltecos, en los que se incluye a Alaíde y su familia, sus bienes personales fueron decomisados por el gobierno de facto de Castillo Armas.
Refugiados en México, el matrimonio Solorzano Foppa, con cinco hijos- 2 mujeres y 3 varones-, se fueron incorporando en el país vecino. Alaíde que no dejó de escribir poesía, realizaba traducciones, críticas literarias, columnas en diarios, se incorporó a la universidad de la UNAM desde donde creó la cátedra Sociología de la mujer, enseñaba literatura italiana y conducía un programa de radio llamado Foro de la Mujer. Sentando así las bases de los primeros programas de estudios de la mujer.
Acá, un fragmento de uno de los programas radiales que da cuenta de un encuentro de mujeres ocurrido en 1975:
Qué difícil es decir lo que ha pasado en el curso de 10 o 15 días entre las miles de mujeres que participan, como delegadas oficiales a la conferencia internacional, como libres expositoras de sus ideas en la tribuna, como observadoras, como periodistas en el encuentro de periodistas, como curiosas, como convencidas, como escépticas, como feministas ardientes, como amas de casa y madres de familia un tanto escandalizadas.
Decía, que en la tribuna los temas han sido más variados, la discusión más dispersa y el tono sin duda más político. Algunas, han protestado incluso por el acento político de ciertas intervenciones,y es verdad que a veces este acento no correspondía estrictamente al tema tratado pero, de una forma general ¿puede acaso eliminarse el aspecto político si se trata del destino de la mitad del género humano?
Betty Friedan con mucha demencia hizo un llamado a la unión dirigido más o menos a todas las mujeres del mundo por encima de razas, credos políticos, religión y todo lo que se suele enumerar en estos casos. Dijo incluso que debían unirse las ricas y las pobres y una muchacha latinoamericana del público le preguntó entre otras cosas, si era posible que estuvieran en la misma lucha la patrona y su sirvienta, Betty Friedan eludió la respuesta, porque evidentemente quiere eludir el hecho de que las mujeres no constituyen una clase. Si “proletariado de todo el mundo uníos” fue y sigue siendo un grito capaz de establecer universales nexos para la lucha común, porque los proletarios o los obreros tienen en todas partes carencias, exigencias y reivindicaciones similares, no sirve mucho decir “mujeres de todo el mundo unidos” porque los conflictos que afligen a las mujeres varían mucho según la clase y según el país al que pertenecen, de ahí que sea correcta la posición tercermundista de que no se puede cambiar totalmente la suerte de las mujeres, si no se modifican las condiciones generales de la existencia para hombres y mujeres.
Sin embargo, tampoco el cambio de estructura modifica automáticamente la situación de las mujeres, Guisèle Halimi dijo aquí el año pasado a este propósito “el socialismo es necesario pero no suficiente”, vistas las cosas a la inversa también se podría decir: el feminismo es necesario pero no suficiente.
Los escépticos dirán que de todo esto no salió nada que “mucho ruido y pocas nueces” la prensa se dedicó a señalar todo lo que aparecía como negativo escandaloso o por lo menos chistoso: “la tribuna puro relajo, la conferencia pura política ya salida, las viejas armaron escándalo y mire usted hasta las prostitutas, hasta las lesbianas”.
Sin embargo, hay un hecho que no se puede negar, por primera vez en la historia de la humanidad cerca de cinco mil mujeres de todas partes del mundo, se reunieron en el mes de junio de 1975 para tratar sus problemas, que no están desligados por supuesto de los problemas del mundo. Algo va a cambiar seguramente en cada uno de esos ciento y tantos países representados cuando las mujeres delegadas oficiales o no, mujeres funcionarias o no, vuelvan a sus hogares, cuando les cuenten a las otras mujeres lo que vieron, lo que oyeron y lo que dijeron. (Transmisión de radio de Alaíde Foppa, Foro de la Mujer)
En ese mismo año, la casa de Alaíde pasó a ser la sede de encuentros para trabajar y desarrollar un proyecto pensado por ella y Margarita Garcia Flores: cubrir un espacio en los que se abordarían asuntos de mujeres. Incorporando a otras mujeres feministas, en octubre de 1976 nació FEM, la primera revista pionera de América Latina como medio de comunicación de corte feminista.
La primera editorial de FEM aclara: “Fem se propone señalar desde diferentes ángulos lo que puede y debe cambiar en la condición social de las mujeres; invita al análisis y a la reflexión. No queremos disociar la investigación de la lucha y consideramos importante apoyarnos en datos verificados y racionales y en argumentos que no sean sólo emotivos”.
La impresión y distribución se logra por un convenio gestionado por Alaíde con un diario, un tiraje de 12 mil ejemplares, para ser distribuido a los lectores del diario, y 3 mil ejemplares que el grupo de FEM vendía en el ámbito universitario. Esta revista llegó a leerse clandestinamente en Guatemala.
Algunos de los sugerentes artículos que circulan de Alaíde incluidos en distintos números de las revistas son: Anatomía no es destino es el primer aporte de Alaíde en FEM , una lectura obligatoria por su vigencia sobre cómo han sido consideradas las mujeres. ¿Salario para el trabajo doméstico? Aporte sobre investigaciones realizadas sobre el trabajo doméstico como trabajo invisible, la división social del trabajo y los sectores populares, y Lo que escriben las mujeres.
De ese último escrito se desprende lo que la escritura le significó: “para afirmarse, valorizarse en cuanto mujeres”. “se pretende escribir como mujer”. Coherente con su poesía, esta es rescatada, reconocida y reproducida por los movimientos feministas: Elogio de mi cuerpo, Mujer, Mis hijos, Ella se siente.
Después de la invasión del ’54 en Guatemala, el país retornó a ser gobernado por gobiernos dictatoriales, todos los logros de la Revolución de octubre se fueron retrotrayendo, los derechos y garantías en su mayoría se fueron suprimiendo, querían borrar de raíz la única experiencia democrática que la población había vivido. Los exilios y las desapariciones forzadas empezaron a ser cada vez más frecuentes, el país entró en un conflicto armado interno que duró 36 años. Tres de los hijos de Alaíde se habían incorporado a la lucha armada. Una de las noticias que golpeó a la familia Solorzano Foppa, fue el enterarse que uno de sus hijos había sido asesinado por los militares guatemaltecos en junio de 1980. Al poco tiempo, el esposo de Alaíde fue atropellado por un auto provocándole la muerte. En diciembre del mismo año, Alaíde viajó a Guatemala a ver a su madre. El 19 de diciembre, en una calle principal de Guatemala, hombres armados de las fuerzas de seguridad de Lucas Garcia, la secuestraron junto al chofer de su madre, Leocadio Ajtún Chiroy. Muchas fueron las jornadas nacionales e internacionales para pedir por su aparición con vida. La Revista FEM, empezó a dejar una hoja en blanco que correspondía al aporte de Alaíde.
En el año 2014, se cumplieron 100 años de su nacimiento, muchas fueron las actividades programadas, en Guatemala, México, Buenos Aires. Este acontecimiento ha generado acceso a algunos materiales, un documental titulado La Sin Ventura que contiene muchos testimonios de quienes la conocieron. La UNAM permite el acceso libre a escuchar sus programas radiales, en Guatemala se ha creado la cátedra en la Universidad pública, y se ha creado una orquesta sinfónica compuesta integrada por chicas jóvenes. En Argentina, queda pendiente ubicar tanto su casa como la escuela a la que asistió los primeros años de su vida.
Elena Poniatowska nos dice que Alaíde Foppa rompió con los modelos de una familia de clase alta, añade; su sensibilidad y desarrollo intelectual la llevaron a cuestionar la injusticia social, las inequidades de formación y género, la importancia del arte comprometido y la reivindicación de la democracia en América Latina, temas vigentes. De ahí la importancia de que las nuevas generaciones recuperen la memoria de la poeta.
MUJER…
Un ser que aún no acaba de ser
no la remota rosa angelical
que los poetas cantaron
no la maldita bruja
que los inquisidores quemaron
que la temida y deseada prostituta
no la madre bendita y burlada solterona no la obligada a ser bella
no la obligada a ser mala
no la que vive porque la dejan vivir
no la que debe siempre
decir que sí
un ser que trata de saber quien es
y que empieza a existir.
De todas éstas, ¿de cuál estás hablando?
Fuentes:
- Archivos, hemeroteca UNAM
- Testimonios hijos de Alaìde Foppa
- Antologia del pensamiento feminista nuestroamericano.
Tomo II Movimiento de liberación de las mujeres.
Francesca Gargallo Coordinadora.
- Diario la Jornada.
- Notas de Ana Silvia Monzon, a cargo de voces de mujeres. USAC
[1] Notas sobre el centenario del nacimiento de Alaìde Foppa 2014, por Ana Silvia Monzón.