La banda de rock Divididos anunció que tocará en la Paternal, en la cancha de Argentinos Jr. Será una noche emotiva, en donde el Diego, sin duda, estará presente.
Por Pablo Nolasco Flores / Foto Archivo Divididos – Nahuel Carriaga
Tan solo era anunciar un nuevo recital en un estadio del fútbol argentino. Pero Divididos decidió crear una manera de comunicarlo construyendo un hilo argumental con una elevada carga emotiva para anunciar que el 26 de octubre van a tocar en el Estadio Diego Armando Maradona de Argentinos Juniors. Fútbol, barrio, patria y rock and roll. La banda que más metáforas futboleras tiene en sus canciones va a tocar en la cancha donde el más humano de todos los dioses fue realmente feliz jugando a la pelota.
No hay filo, fútbol, drogas. No hay sexo y poder
17 de marzo de 1991. No había pasado un año de aquellas lágrimas tras la derrota en la final contra Alemania en el mundial de Italia y el Diego recibía la noticia: doping positivo por consumo de cocaína.
26 de abril de 1991. Maradona se encuentra en su casa de Caballito. Lo despiertan las cámaras y la policía. Le encuentran merca. Le meten preso y después de pagar una fianza de 20 mil dólares, lo liberan. La revista Gente, la misma que en los 70 le explicaba a las familias como detectar un subversivo y denunciarlo, le dedicó una tapa al caso: La verdad, ¿desde cuando se droga Maradona?
14 de mayo de 1991. En Cemento tocaba Divididos. Mientras sonaban los primeros acordes de Leave me alone (Déjame en paz) de Sumo, un verborrágico Ricardo Mollo se despacha:
“Dedicado a la Gente que le hincha las pelotas a la gente grande. O sea, a los que no tienen poder, a los que son de verdad, como por ejemplo el Diego Maradona. Y yo, realmente, lo respeto mucho. Lo hacen mierda en una revista de mierda. Mientras hay otros tipos que siguen cargando el barquito con la bolsita y lo llevan para Europa. Andá a la puta que te parió. Este tema se llama Dejame en paz (Leave me alone).” (Archivo Divididos NC)
El público comenzó a agitar con un “Diego, Diego” para defender al ídolo popular. El rock se sumaba al aguante que se le hacía a Maradona en todas las canchas. En esos días, La doce cantaba:
“En la Argentina/hay una banda/hay una banda de vigilantes/que mete preso a Maradona /y Carlos Menem también la toma”
Mientras a Maradona lo metían en cana, el poder político y mediático se encontraban metidos en una enorme cantidad de hechos de corrupción. El público rockero y las hinchadas en las tribunas se refugiaban en la defensa del ídolo para cuestionar a un régimen que tardaría diez años en caer, al menos transitoriamente.
Cleptocracia grita el argentino
El plan de convertibilidad había entrado en vigencia. El Poder política y económico había puesto toda su fé para eliminar de cuajo a la inflación. ¿El costo? Privatizaciones, endeudamiento y desocupación.
Mientras tanto, la familia Menem estaba metida en un caso de corrupción por lavado de dinero y narcotráfico. Constancio Vigil, dueño de la Revista Gente, es descubierto por fraude, utilizaba una franquicia de discapacitados para importar autos de lujo sin pagar impuestos.
En ese marco, la clase política utiliza a Maradona como maniobra de distracción. Fernando Galmarini (hoy cuñado de Sergio Massa), secretario de deportes en esos años cuestionó a Diego:
“Es una mala imagen para el país, una vergüenza para Argentina, y al gobierno le preocupa su mal ejemplo para los niños argentinos”
Por su parte, Julio Mera Figueroa, ministro del interior se enorgullece de haber metido preso a Maradona, celebrando que en Argentina no hay impunidad. Hasta el mismo presidente Menem se expresó:
“Es un muchacho enfermo que necesita ayuda”
El Diego se convertía en carne de cañón en los primeros años de un régimen corrupto que montaba sus cimientos para construir el imperio de la pizza y champagne. Cuando la banalidad, la hipocresía y los mercenarios del papel y la tinta se usaban como pantalla para los ladrones de guante blanco, el rock y el fútbol, a partir de Maradona, se convertían en trinchera de resistencia y espacio de impugnación al sistema político.
Noticia muere al otro día, siempre vive la canción
En Fùtbol y patria (2002), Pablo Alabarces explica que Maradona es una suerte de significante vacío disponible para ser llenado según quién. El rock argentino empieza a llenar al significante Maradona. Quizás Divididos pateó la primera pelota en ese Cemento del 91.
Después de 33 años, ya sin el Diego, y a pocos días de su cumpleaños número 64, Divididos anuncia un show en la cancha de Argentinos Juniors. Lo hace construyendo una narrativa popular donde sintetiza a Pappo, Sandro, Maradona y la Paternal.
En tiempos de individualismo, de pensamiento débil y falta de significados colectivos, Divididos da un nuevo paso con un relato que recoge lo que está sólido y construye una manera de hacer las cosas que perdura, inspira y sensibiliza. En una época de descarte e inmediatez, lo que dura y se extiende en el tiempo es una manera de seguir resistiendo. Como Divididos. Como Diego.