Medios, multimillonarios, gobiernos y cancillerías dan batalla a 180 años de la ocupación inglesa de las Islas Malvinas. Mientras tanto, Londres avanza en la militarización del Atlántico Sur.
“No toquen nuestro territorio”, amenaza el diario sensacionalista británico en una solicitada publicada anteayer en el rotativo porteño de habla inglesa, Buenos Aires Herald. Convencido de embarcarse en una suerte de patriada británica, el medio londinense, propiedad del magnate australiano-norteamericano Rupert Murdoch recientemente cuestionado por el escándalo del News of de world, respondió por su cuenta a la carta que Cristina Fernández envió al primer ministro inglés David Cameron al cumplirse 180 años de la invasión de las Islas Malvinas. Según el tabloide, la disputa ya se resolvió hace treinta años en el campo de batalla, y ‘recordó’ que las Malvinas son parte de las posesiones británicas desde 1765, “antes de que existiera la República Argentina”.
La guerra de Malvinas de 1982 fue el gran trampolín para The Sun, que utilizó el conflicto para disparar sus ventas a través de un discurso patriotesco y feroz con el cual apoyó sin vueltas la política de la entonces primer ministro Margaret Tatcher. Durante los combates, el diario sensacionalista llegó a tildar de traidores a los periodistas y directivos de la BBC por la ‘falta de compromiso’ que demostraron con la causa británica. El mismo Murdoch, reconocido admirador de la ‘Dama de Hierro’, se vio favorecido en los últimos meses por el gobierno británico ante el juicio en contra de su compañía, News Corporation, por las escuchas ilegales que sus periodistas practicaron sistemáticamente en contra de ciudadanos ingleses.
El mismo medio publicó ayer, a modo de chicana, la información luego confirmada por el secretario de la presidencia Oscar Parrilli, acerca del alquiler de más de 800 mil dólares de un avión británico por parte del gobierno argentino, en vista de la gira presidencial, y por temor a nuevos ataques de los fondos buitre en el extranjero. Politica interna y diplomacia se cruzan entonces en el reclamo de soberanía sobre las Malvinas, que sumó en los últimos días un nuevo capítulo.
“Es absolutamente primordial que tengamos aviones de caza y tropas estacionados en las islas Falkland”, declaró en una larga entrevista televisiva el mandamás británico el domingo pasado. El escenario fue el show dominical que el periodista ‘progre’ Andrew Marr conduce en la BBC. Luego de repasar la situación británica con respecto a la Unión Europea -el gobierno evalúa en estos días su permanencia o no en la Comunidad Económica-, Cameron aseguró que el Reino Unido “luchará” para mantener bajo su dominio las islas Malvinas, y que para eso es fundamental que allí permanezcan tropas y “veloces jets de combate”. “Recibo reportes regulares sobre este asunto porque quiero estar seguro de que nuestras defensas son fuertes, nuestra resolución es extremamente firme”, continuó Cameron. Y efectivamente la escalada militarista británica se vio incrementada durante el último año. En las islas permanecen estacionados cuatro aviones de última generación Eurofighter Typhoon, la Royal Navy ejecutó ejercicios misilisticos en junio, y hasta octubre mantuvo allí el destructor 45 HMS Dauntless. Según Londres se trató de “ejercicios rutinarios”, que sin embargo acompañaron el comienzo de las exploraciones de la petrolera norteamericana Noble Energy, concesionaria del 35% de las licencias de de la británica Falkland Oil & Gas.
Los movimientos ingleses en la zona durante el 2012 comenzaron temprano, cuando a mediados de diciembre del año anterior, el Foreign Office decidió rebautizar con el nombre de “Tierra de la Reina Isabel” un sector del territorio antártico reivindicado como propio por la Argentina. “Esta pretensión del Reino Unido demuestra, una vez más, las anacrónicas ambiciones imperialistas de ese país, lo que remonta a antiguas prácticas ya superadas, y no se condice con el espíritu de paz y cooperación que caracteriza al Sistema del Tratado Antártico”, fue la respuesta elevada por la cancillería en Buenos Aires en ese momento.
Y aún hoy, el Palacio San Martin volvió a tomar posición acerca de las declaraciones de Cameron, que entre otras cosas recordó que el Reino Unido posee “uno de los cinco presupuestos de defensa más importantes del mundo”. En un comunicado oficial, la cartera dirigida por Héctor Timerman denunció que “la agresividad de las palabras del primer ministro británico ratifica la denuncia realizada por la Argentina ante las Naciones Unidas sobre la militarización del Atlántico Sur y la posible presencia de armas nucleares introducidas por la potencia colonial. Los argentinos solicitamos que Cameron no utilice los legítimos y pacíficos reclamos que realizamos contra la usurpación de parte de nuestro territorio y en contra del colonialismo como excusa para seguir sosteniendo la industria armamentista en lugar de paliar la severa crisis social por la que atraviesa Europa. Los pueblos necesitan más trabajo y menos guerras”.
Mientras la cancillería argentina continúa en la búsqueda de una salida diplomática al conflicto, empresas inglesas con intereses en las islas como HSBC continúan operando en territorio continental pese a la reciente sanción de la ley nacional que lo prohíbe, y Londres sigue utilizando el argumento de la autodeterminación de los isleños para justificar su dominio en el archipiélago. Los días 10 y 11 de marzo próximo, se realizará en las Malvinas un referéndum para que los Kelpers sienten posición en la disputa territorial. Sin una campaña posible a favor del reclamo argentino, Cameron y el gobernador británico de las islas, Nigel Haywood -quien será remplazado en abril de 2014 por Colin Roberts- cuentan gustosos con la victoria en el bolsillo, y poder así esgrimir una nueva carta a favor en la vía diplomática, con las islas bajo control militar y político.