Por Brasil de Fato.
En vísperas de la votación final del impeachment, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (PT), participó del “Acto Contra el Golpe”, realizado en la noche del martes (23) en la capital de São Paulo.
Durante el evento, ella afirmó que, al contrario de lo que parte de su generación imaginó al finalizar la Dictadura Militar, la defensa de la democracia brasileña aún no se finalizó. “Exige lucha diaria”, declaró.
El evento, promovido por los frentes Brasil Popular y Pueblo sin Miedo – articulaciones nacidas en 2015, que reúnen diversas entidades – contó con la presencia de representantes de más de 40 organizaciones sindicales, estudiantiles, feministas, de negros y campesinos.
Golpe
El discurso de Dilma sobre la exigencia de defender la democracia se dio en un contexto en el cual explicaba porque el proceso contra su mandato puede ser entendido como golpe. “Si entendemos el régimen democrático como un árbol, el golpe militar es un hacha. Ahora, los golpes parlamentarios actúan como parasitos”.
La presidenta recuerda su histórico de resistencia a la Dictadura Militar: “Yo luche toda mi vida. Contra la tortura, contra el cáncer, y, ahora continuaré luchando por la democracia”.
Para ella, lo que está en juego en este momento en Brasil es la definición de cuales sectores sociales pagaran por la crisis. “Hay un conflicto distributivo. En es contexto, mi presencia es incomoda”.
Dilma comentó sobre las Olimpíadas, cuyo proceso de preparación comenzó en el gobierno Lula y continuó en el suyo. “Lula y yo no fuimos mencionados, y ustedes saben por quien. ¿Me preguntan como me sentí? Es como si organizan una fiesta, ordenan la casa y, el día de la fiesta, no los dejan entrar”.
Pos votación
Guilherme Boulos, del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), afirmó que, caso el impeachment se confirme, habrá resistencia. “Los golpistas dicen que, si Temer fue confirmado, habrá estabilidad. Ocurrirá justamente lo contrario: inestabilidad y tensión social”, previendo un proceso de contestación a las medidas anunciadas por el gobierno interino.
Otros lideres apuntaron a las amenazas de un posible gobierno de Temer. Carina Vitral, presidenta de la Unión Nacional de los Estudiantes (UNE), afirmó que el futuro de la juventud esta en riesgo como el proceso de impeachment. Ellos quieren acabar con el pre sal, elementos fundamentales para el financiamiento de la educación en el país”.
Para el alcalde de São Paulo, Fernando Haddad (PT), la confirmación de la deposición de Dilma indica que un escenario grave estar por llegar: “Primero ellos quitan derechos. Luego, podrán atacar también los derechos políticos”.
Los pasos finales del impeachment
El rito final de enjuiciamiento a la presidente apartada, Dilma Rousseff, ya fue definido por el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandowski, quien preside el proceso. La decisión salió tras una reunión con el presidente del Senado, Renan Calheiros (PMDB-AL), y lideres partidarios. El proceso tendrá inicio el jueves, 25 de agosto, a las 9h (horario de Brasília). Si por lo menos 54 de los 81 senadores votan a favor del impeachment, Dilma será definitivamente apartada.
Según estimativa del STF, el rito durará mínimo cuatro días. Los dos primeros días serán dedicados a la presentación de cuestiones de orden y a la audición de los testigos. El lunes, 29 de agosto, está marcada la audiencia con la presidenta Dilma Rousseff. El proceso será finalizado con la votación de los senadores.
Fin de semana
Unos de los puntos más polémicos en las definiciones del proceso fue en relación a las secciones durante el fin de semana. A pesar de las controversias en relación a la duración del proceso, sectores aliados al gobierno de Temer insistieron a Lewandowski seccionar durante el sábado (27) y el domingo (28).
Concediendo al pedido, se decidió que las audiencias de todos los ocho testigos – dos por la acusación y seis por la defensa – no serán cortadas durante el fin de semana, calculando que podrá extenderse hasta la madrugada del sábado.
Según los cálculos realizados por el senador Lindbergh Farias (PT-RJ), no va a dar plazo de escuchar todos los testimonios dentro del plazo estimado por el presidente del STF, y el juzgamiento ocupará todo el fin de semana. “Nosotros hicimos las cuentas y si 40 senadores preguntan a cada testigo, calcularemos ocho horas y media [para cada testigo]”, explicó, contrariado.
Audiencia de Dilma
Agotada esta etapa, el lunes (29) los trabajos serán retomados con la audiencia de la presidenta apartada Dilma Rousseff que, por la primera vez, irá personalmente al Senado para defenderse de las acusaciones de crimen de responsabilidad. Ella tendrá 30 minutos para realizar su defensa, pero, según Lewandowski, ese tiempo podrá ser prorrogado por el tiempo que fuera necesario.
A partir de ahí, el presidente del STF, senadores, acusación y defensa tendrán cinco minutos para hacer preguntas a Dilma. No habrá limite de tiempo para las respuestas.
Concluida la participación de la presidenta apartada, la acusación y la defensa contaran con una hora y media para debatir el proceso. Inmediatamente después, los senadores inscritos también podrán discutir el proceso, teniendo un tiempo máximo de 10 minutos cada uno.
En la etapa siguiente, el presidente del STF leerá un resumen del proceso con la fundamentación de la casación y de la defensa. Dos senadores favorables al impeachment de Dilma y dos contrarios tendrán cinco minutos para encaminar la votación final.
Acto seguido, Lewandowski preguntará a los senadores: “La acusada, señora presidenta de la República, Dilma Vanna Rousseff, ¿cometió los crímenes de responsabilidad correspondientes a la toma de prestamos junto a la institución financiera controlada por la Unión y la apertura de créditos sin autorización del Congreso Nacional, que le son imputados y debe ser condenada a la perdida de su cargo, quedando, en consecuencia, inhabilitada para el ejercicio de cualquier función pública por el plazo de ocho años?”.
Votación
La votación será nominal, vía panel electrónico. Si por lo menos 54 de los 81 senadores votan a favor del impeachment, Dilma será definitivamente apartada y quedará imposibilitada por ocho años a partir del fines del 2018, cuando sería concluido su mandato. Caso ese mínimo de votos no sea alcanzado, el proceso es archivado y la petista reasumirá el mandato.