Marcha
    Facebook Twitter Instagram YouTube
    Facebook Twitter Instagram
    MarchaMarcha
    • Quienes somos
    • Sin Fronteras
      • Democracia
      • Derechos Humanos
      • Economia
      • Extractivismo
      • Migraciones
      • Política
      • Opinión
    • Feminismos
      • Derecho a Decidir
      • Violencias
      • Entrevistas
      • Librelocalab
      • Nuestra América
      • Trata y explotación sexual
      • Opinión
    • Especiales
      • ¿Quién defiende a lxs defensorxs?
      • #SomosMultitud
      • Defensoras. La vida en el centro
      • ¡Nosotres Sim!
    • Niñez
      • Crianzas
      • Derechos
      • Educación
      • Nuestramérica
    • Deportes
      • Opinión Deportes
      • Crónica
      • Pinceladas
      • Otras Yerbas
    • Culturas
      • Películas y series
      • Libros
      • Entrevistas
      • General
      • Especiales
      • Música
      • Teatro
      • Yo estuve ahí
    • Marcha 10 años
      • Ciencia y Tecnología
      • Economía
      • El País
      • Especiales
      • Opinión Nacionales
      • Policiales
    • Archivo Fotográfico
    Marcha
    Home»Sin categoría»Desguace y vaciamiento PRO (Primera parte)
    Sin categoría

    Desguace y vaciamiento PRO (Primera parte)

    16 mayo, 201213 Mins Read
    Compartir
    Facebook Twitter LinkedIn Pinterest Email

    Desguace y vaciamiento PRO (Primera parte)

    Por Mara Oliveira (Marcha) y Ana Guzmán (Red Eco). El Centro Cultural San Martín se encuentra en estado de emergencia edilicia y, como contracara, es el primer ejemplo del proyecto macrista de privatización de plazas. Negocios, vaciamiento y desalojos.

    En el Centro Cultural San Martín funciona sólo uno de los cinco ascensores, aunque muchos días ni siquiera; y el edificio, hoy en deplorable estado, se encuentra en obras hace más de seis años. Como contracara, en febrero pasado comenzó a funcionar un bar en la entrada del Centro Cultural y tres vigilantes custodian el ingreso al lugar, que se encuentra enrejado.

    Quien trabaja o camina usualmente por la calle Sarmiento al 1500 notará una diferencia. Unas luces de colores y la disposición de sillas y mesas en la plaza seca del Centro Cultural San Martín (un bar del que no se tiene claridad sobre quién usufructúa la concesión) vistieron la fisonomía del lugar con un nuevo “look”, netamente PRO, que hace realidad la propuesta del macrismo de privatizar el espacio público con el proyecto de baños pagos y bares en las plazas porteñas.

    La legisladora Gabriela Alegre, del Frente para la Victoria, presentó un pedido de informes para conocer en detalle la situación del Centro Cultural y sus cursos. En diálogo con Marcha y Red Eco, explicó: “Desde la Legislatura no hemos autorizado ninguna concesión, eso tendría que haber pasado por la comisión de Hacienda. Deben estar haciendo una trampa pero tiene que ver con un proyecto más amplio del macrismo. Hay un proyecto del diputado (del PRO y vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian) Ritondo que habla de la privatización del espacio público poniendo barcitos y baños en los distintos parques y plazas de la ciudad y tiene resistencia por parte de la oposición. Esto es un ejemplo de lo que quieren hacer”, afirmó Alegre.

    Sin embargo, al interior del Centro Cultural la realidad es otra. La torre principal, de doce pisos, que contiene las salas centrales, las radios de la Ciudad y donde ahora funciona también el canal Ciudad Abierta, está en ruinas: cuatro de cinco ascensores rotos, la sala A-B cerrada y utilizada como depósito, y techos agujereados forman parte de la fisonomía del deterioro. La remodelación de las obras comenzó en el gobierno de Jorge Telerman y se paralizó en diversas oportunidades debido a la falta de pagos.

    El deterioro edilicio es evidente. En efecto, no hay mantenimiento de ningún tipo y hace poco menos de un mes, varias personas quedaron encerradas en uno de los ascensores. Una escena que se repite. Hoy, quienes trabajan allí y tienen problemas de salud no pueden ingresar al edificio, ya que la única vía para ingresar es subiendo por las escaleras (en algunos casos hasta doce pisos).

    Según el legislador de Buenos Aires Para Todos, Fabio Basteiro, “el problema no es seguir haciendo pedido de informes. Hay una situación que es muy grave que tiene que ver con la lógica del capitalismo de amigos, al contratar a Riva SA, con el vaciamiento y el saqueo, y por otro lado con un concepto de cultura que está sometido a la lógica del negocio y del megafestival, despreciando las propias estructuras culturales”.

    Negocios oscuros

    Las obras en el Centro Cultural comenzaron en 2005 e incluían tres partes: el Bajo Plaza, la Sala AB y el Edificio Torre. El plan original contemplaba la ampliación y remodelación total del edificio y el objetivo era reinaugurarlo en 2010. Un informe de la Auditoría de la Sindicatura General previo revelaba que el Centro se encontraba en estado de emergencia debido a la falta de funcionamiento del sistema de extinción de incendio, la falta de mantenimiento de ascensores, las filtraciones y la precariedad edilicia, entre otros puntos. Varios años después, lo único que avanzó fue el subsuelo, un negocio millonario, tanto para la empresa concesionaria, Riva S.A, como para algunos sectores vinculados a la industria del espectáculo. En tanto, la Sala AB continúa inhabilitada y la torre en estado de emergencia.

    En el intervalo de esos años, a poco de asumir Mauricio Macri su primer período de gestión, el Gobierno porteño dejó de pagar y, ante la falta de financiamiento, las obras se paralizaron. Desde entonces fueron aprobadas seis readecuaciones de presupuesto a la empresa Riva S.A. y, en estos momentos, a excepción del Bajo Plaza, las obras avanzan a paso de hombre. La sala AB, con capacidad para 900 personas, fue desmantelada en 2007 y desde entonces está inutilizada. Los trabajadores del edificio denuncian la cuasi paralización de las obras y aseguran que, al igual que en el Teatro Colón, muchos materiales fueron desapareciendo.

    La empresa Riva S.A.

    Su ingreso como empresa contratista en la Ciudad de Buenos Aires se dio durante el gobierno de Fernando de la Rúa y desde entonces sumaron cada vez más obras en la ciudad. La constructora es una de las empresas que más juicios ha iniciado contra el Estado porteño, denunciando demoras en los pagos por parte del gobierno. A lo largo de los años, esto aparece como patrón de la empresa: inicia juicios mientras paraliza obras que le han sido adjudicadas.

    Los casos son numerosos, pero uno de los más significativos es el del hospital neuro-psiquiátrico infantil Tobar García. Allí, las obras deberían haber finalizado a mitad de 2006 y hoy en día, 2012, no han sido terminadas. De hecho, los trabajadores del hospital denunciaron judicialmente a Riva S.A. por demoras en la conclusión de las obras.

    En un pedido de informes realizado en abril de este año por la legisladora Virginia González Gass, del Partido Socialista Auténtico, la diputada afirmó: “Así es como en este momento, las obras se encuentran casi paralizadas por decisión de la empresa contratista RIVA S.A., quien aduce el incumplimiento del contrato por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que debe proceder a la liquidación de las certificaciones a los treinta días (30) de la fecha de su emisión, lo cual es virtualmente imposible en términos del cumplimentar las sucesivas fases burocráticas. Prueba de esa ´casi paralización´ de la obra es que, actualmente, hay solamente un obrero trabajando en el Hospital Infanto Juvenil C. Tobar García”.

    Además del Tobar García, Riva S.A. estuvo a cargo de la remodelación del Gutiérrez y del Metrobus, obra por la cual el diputado Claudio Lozano pidió aclaraciones ya que la información presupuestaria era contradictoria y daba lugar a posibles sobrecostos. También estuvo a cargo de las obras en el Teatro Colón, donde hubo numerosas denuncias, y de la nueva sede del Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González.

    La empresa Riva S.A., además, conoce a Macri hace largos años, de hecho, tuvo a cargo desde 1996 la construcción de la nueva tribuna oficial de Boca, entre otras obras en la cancha. El legislador Fabio Basteiro se refirió a la empresa contratista y criticó la falta de transparencia en la gestión y en las contrataciones: “Riva tiene una historia muy triste en nuestro país, no solo como contratista en la dictadura. Fue accionista en Austral y formó parte del deterioro de la aerolínea, que terminó estatizada por el gobierno ante la posibilidad de cierre. Se trata de contratistas amigos, no solo fue una empresa que hizo mucha obra durante la dictadura sino que paralizó decenas de obras durante el macrismo”.

    Las obras que sí se realizaron

    Con bombos y platillos (y notas elogiosas en Clarín y La Nación), a fines de noviembre de 2011 el gobierno porteño inauguró el Bajo Plaza. Las obras en los subsuelos del Centro Cultural incluyeron un centro multimedia, dos salas con capacidad para cien personas cada una, cuatro aulas, un microcine y el archivo digitalizado del Núcleo Audiovisual Buenos Aires (NABA), donde se puede consultar el archivo fílmico del centro.

    Las versiones periodísticas se contradicen sobre la inversión que demandó la obra. En algunos medios escritos se habla de 36 millones de pesos. En otros, se habla de una inversión de 40 millones de pesos en infraestructura y 8,8 millones en equipamiento. Finalmente, en otras fuentes el número asciende a $ 85 millones. Las versiones encontradas alcanzaron tal punto de contradicción que la Legislatura porteña hizo un pedido de informes para saber cuánto dinero había recibido Riva SA.

    “Este centro cultural será de referencia para América Latina. Es un orgullo que esté en la Ciudad de Buenos Aires”, dijo Hernán Lombardi en la inauguración de las obras. Las palabras del ministro de Cultura porteño; quien influyó para la designación del actual director de Radio Ciudad, Baltazar Jaramillo (hijo de su ex pareja Soledad Silveyra), y quien disputa con el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, por los negocios de obra pública; sonaron a burla para los trabajadores que denunciaron la desidia del Centro Cultural, inundado en los últimos días por las fuertes lluvias.                                                                          

    Meses después de ser inaugurado el sector Bajo Plaza, se abrió un bar denominado “Las bambalinas”, del cual no se conoce su dueño y tres custodios privados vigilan el ingreso al centro cultural, ahora con rejas.

    Qué es el Plan de Reconversión Integral

    El Decreto 1988 firmado en el año 2000, por el entonces jefe de gobierno Aníbal Ibarra, establecía modificaciones en los objetivos, tanto artísticos como edilicios, del Centro Cultural. Comenzó a priorizarse la promoción y desarrollo de actividades en un ámbito de “experimentación e introducción de las nuevas tecnologías aplicadas a las industrias culturales, vinculando las actividades del sector público con el privado”. En este marco, se habló de un cambio de paradigma, pasar de ser un espacio contenedor a un productor de contenidos. Según puede leerse en la propia página del Centro Cultural, “a la oportunidad histórica de la remodelación edilicia (se suma) la voluntad de modernizar las gestiones administrativa y cultural”. La reconversión contempla “el diseño de espacios versátiles adaptables a múltiples objetivos”, “sin invalidar la tradición y la continuidad de las actividades existentes”.

    Cualquier persona que recorra hoy las instalaciones del Centro Cultural se dará cuenta que nada de esto ha ocurrido; teniendo en cuenta que estas obras comenzaron hace más de seis años, difícilmente se encuentre con un escenario que pueda relacionarse con la palabra “modernización”, sumado a que las actividades culturales que aún logran subsistir en este intento de vaciamiento son permanentemente hostigadas.

    “En 2005, (el entonces jefe de gobierno Jorge) Telerman planteó que cuando él era ministro de Cultura tenía un proyecto de políticas de cultura con una proyección a diez años. En esa proyección a diez años estaba implícita la reconversión del Centro Cultural San Martín, una reconversión no solamente edilicia sino también de políticas culturales. Llevar a cabo estas políticas culturales en definitiva era plantear al centro cultural como un centro neurálgico de la vanguardia, de las tendencias que se dan hoy en día, que sería el arte multimedial, todo apoyado con dispositivos audiovisuales, etc.”, relató a Marcha y Red Eco un integrante de la Toma y Autogestión de la Sala Alberdi, ubicada en el sexto piso del Centro Cultural.

    Un poco de historia

    El Centro Cultural y el Teatro San Martín se crearon juntos durante la década del ´60. En los orígenes de este proyecto, fueron pensados como un gran Complejo Cultural, pero lo concreto es que hoy se trata de dos organismos totalmente independientes. Cada uno cuenta con su director general, aunque ambos se encuentran bajo la órbita del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

    En un comienzo, la mayoría de los espacios del Centro Cultural estaba cedida a organismos de formación contenciosa al arte de carácter público. Luego fueron sumándose otras dependencias, y sobre todo sectores administrativos del gobierno porteño. Así fue como empezaron a convivir, con el correr de los años, en los doce pisos de Sarmiento 1551: LS1 Radio Municipal (hoy Radio de la Ciudad, junto a la FM 2×4, y el Canal Ciudad Abierta), el Conservatorio Municipal Manuel de Falla, Dirección General de Cultura, de Música, de Promoción Cultural, de Enseñanza Artística, Instituto Vocacional de Arte Infantil, Banda Sinfónica Municipal.

    Desde su inauguración en 1970, el Centro Cultural San Martín fue protagonista de grandes obras de teatro, recitales, talleres y también fue centro de cómputos en las elecciones del 30 de octubre de 1983, y sede de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) durante la elaboración de su informe que sería publicado en el libro Nunca Más.

    Un relevamiento realizado por la Auditoría General de la Ciudad en 2005 señaló que quien decide y autoriza la ocupación del edificio es la Secretaría de Cultura, pero que no posee un reglamento interno que regule los usos permitidos y las normas que deben cumplir los organismos que lo ocupan. La Dirección General del Centro Cultural es responsable de aspectos relacionados con el mantenimiento edilicio en general y limpieza de espacios comunes, pero no tiene poder de fiscalización sobre las áreas ocupadas por otras dependencias.

    En relación a los ascensores, el informe de la Auditoría subrayó que en diciembre de 1991, (a través del Decreto Nº 4.507/91) se firmó un contrato de concesión entre la entonces Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y la firma EMECOM S.A. En una de sus cláusulas se adjudicaba a esta empresa la concesión de obras y mantenimiento de los ascensores del Centro Cultural “otorgándole a cambio la explotación de la playa de estacionamiento subterránea del citado edificio”. Según se indica en el listado de concesiones del gobierno de la Ciudad, publicado en su sitio oficial, la explotación del estacionamiento por esta empresa está prevista hasta el año 2017.

    La Auditoría detalló además el envío de notas (en abril de 2002) de parte de la Dirección General del Centro Cultural a la Dirección General de Concesiones y Privatizaciones, en las que se indicaba que “…se observa claramente y sin necesidad de tener idoneidad técnica que el estado de funcionamiento y de mantenimiento de dichos elevadores no es correcto ni eficiente”… “y pone en peligro la seguridad de los trabajadores”. A su vez, se destacaba que en 2005 (tras una consulta de la Auditoría), la Dirección General de Fiscalización de Obras y Catastro confirmó que “los ascensores existentes en el Centro Cultural (Sarmiento 1.551) no poseen antecedentes de habilitación”.

    ¿Qué diría hoy la Auditoría respecto de que actualmente funciona, a veces, sólo un ascensor? ¿Qué diría hoy la Auditoría sobre la circulación en los pisos, cuando en el octavo hay desde hace cuatro meses sillones, mesas, armarios, escritorios, y hasta “oficinas” en el pasillo? 

    También te puede interesar

    8M en Argentina: un pacto feminista contra un gobierno asesino

    7 marzo, 20243 Mins Read

    Balotaje 2023: todes con Massa contra Milei y la casta del PRO

    9 noviembre, 20235 Mins Read

    Argentina: Esta no es una elección más

    19 octubre, 20233 Mins Read
    Podcast

    Marcha Noticias

    Domicilio legal: Llerena 2579, Código postal 1427
    Dirección de correo electrónico: marchanoticias.org@gmail.com

    Registro de Propiedad intelectual RL-2021-78108500-APN-DNDA#MJ

    Ciudad Autónoma de Buenos Aires
    ARCHIVO
    MARCHA_ARCHIVO
    Descargar
    Manual
    Facebook Twitter Instagram YouTube

    Enter para buscar. Esc para cancelar.