Por Juan Manuel Repetto. Se creó en la UBA. Es una herramienta online que permite calcular el impacto del uso de herbicidas, insecticidas y fungicidas, según las diferentes dosis que se apliquen en el campo.
Diego Ferraro, docente de la cátedra de Cerealicultura, investigador del CONICET y uno de los ejecutores de la herramienta, explico que se ha desarrolado “una plataforma disponible en Internet (malezas.agro.uba.ar/ripest) para que los tomadores de decisiones tengan herramientas de criterio ecológico para apoyar sus decisiones productivas”.
Los usuarios pueden registrarse, ingresar online los nombres comerciales de los agroquímicos y las dosis que planean aplicar en sus cultivos, y estimar el riesgo asociado a la toxicidad de esos pesticidas sobre insectos y mamíferos. La información es almacenada para cada usuario en función del nombre del lote, del establecimiento al que pertenece, del cultivo y de la campaña analizada.
La base de datos de RIPEST contiene 3011 productos formulados que representan a 428 principios activos (o combinaciones) diferentes. Además, este modelo de cálculo de la FAUBA aporta una información sustancialmente mayor que las etiquetas de los productos comerciales, puesto que permite estimar el riesgo asociado a la cantidad de pesticidas que el productor aplica en un lote agrícola.
A partir de parámetros asociados a la toxicidad de cada pesticida y de la dosis utilizada en el lote, el sistema va sumando las unidades de toxicidad de cada aplicación en una campaña o cultivo, para finalmente calcular un valor total para el lote (en una escala de 0 a 1). El valor de riesgo máximo es equivalente a la toxicidad del pesticida más tóxico a la dosis más elevada.
Por ejemplo, el paquete tecnológico más frecuente para soja en la zona del Norte de Buenos Aires con herbicidas (Glifosato, 2,4 D, Clorimurón), insecticidas (Cipermetrina y Clorpirifós) y fungicidas (Carbendazim y mezcla de estrobirulinas y triazoles) alcanza valores de riesgo de 0,6 para mamíferos y 0,48 para insectos, según el modelo.
Ferraro señaló que si bien el software no mide el impacto real (como el nivel de mortalidad de organismos, la concentración de pesticidas en el ambiente o los efectos de deriva de pesticidas por malas prácticas por parte del aplicador), RIPEST es capaz de ponderar la probabilidad de impacto (o riesgo) en función de los pesticidas usados y su dosis. Así, permite comparar el riesgo de estrategias contrastantes en el control de adversidades (plagas, enfermedades o malezas) y jerarquizarlas en función de su mayor o menor riesgo ecotoxicológico.
“RIPEST ubica el valor de riesgo estimado en cuatro categorías: alto, medio alto, medio bajo, y bajo. De esta manera el usuario del modelo puede ponderar el riesgo asociado a la estrategia de uso de pesticidas elegida. La idea es que el productor o técnico complemente los resultados con otras evaluaciones de eficiencia en el control de la plaga considerada. De esta manera, a igualdad de eficiencia en el control deseado, el sistema puede ayuda a elegir una práctica en base al menor riesgo ecotoxicológico”, afirmó.
El investigador de la FAUBA advirtió que existe una diferencia importante entre el peligro y el riesgo toxicológico: “Hay productos que pueden ser peligrosos en sí mismos, pero el riesgo se asocia a la probabilidad de que efectivamente generen un daño. En el caso de los pesticidas, puede haber un producto muy tóxico, pero que usado en una dosis baja tenga un riesgo bajo, o viceversa. Este es un aspecto importante que permite determinar el modelo que pusimos en marcha”.
Además, subrayó que RIPEST va a ser de gran utilidad en el contexto actual de incremento de la problemática de malezas. “La aparición malezas resistentes generada por el uso sistemático y casi exclusivo de glifosato, el herbicida más extendido en la agricultura argentina, está provocando nuevos cambios en los paquete tecnológicos, que comienzan a volver a incluir productos de la década de los ´70 y ´80, con riesgos de ecotoxicidad más elevados”, señaló.
“Necesitamos saber qué va a pasar con las 35 millones de hectáreas agrícolas que tiene la Argentina si en muy pocos años cambiamos del uso de un solo herbicida a dos o tres productos distintos, con diferentes modos de acción, que actúan de otro modo sobre el metabolismo de las plantas y que también pueden generar en nuevas poblaciones resistencias a distintas herramientas de control”, dijo, y apuntó que, en este sentido, el calculador de riesgo ecotoxicológico de pesticidas integra un proyecto más amplio del grupo de investigación de la FAUBA, orientado a generar herramientas de simulación que también permitan evaluar el riesgo de aparición de resistencia a herbicidas o de enmalezamiento en lotes de cultivos.
Publicado originalmente en Ecoportal.net