Por Camila Parodi. Caridad Caballero León, es educadora popular del Centro Martin Luther King Jr. de Cuba. En su visita por Buenos Aires puso de manifiesto para Marcha, el accionar cotidiano con el que re-piensan y re-crean el socialismo desde abajo.
“No es en las ideas socialistas donde puedan estar las dificultades, es en los errores que cometemos los hombres en cualquier tarea humana, en cualquier tarea social, en cualquier tarea revolucionaria”. Fidel Castro, en el XXXIV Aniversario del Asalto al Palacio Presidencial y a Radio Reloj. 13 de marzo de 1991.
Desde el Centro, los educadores y educadoras populares se proponen construir desde la práctica cotidiana un socialismo pensado. Que se construye todos los días desde abajo, contribuyendo a la participación popular, liberadora, contextualizada y crítica del mismo socialismo. Este, es un proyecto de experiencias transformadoras y perseverantes desde el cual se fortalece la capacidad revolucionaria del ´no conformarse´. Por ello se proponen promover valores emancipadores día a día en los barrios.
–Practicar el socialismo lleva a la permanente crítica y auto critica. En ese marco, ¿cuál es la tarea que realizan para construir ese ´repensar el socialismo desde el cotidiano y desde abajo´ que proponen?
Nuestro socialismo no es acabado ni en mi país, ni en el que lo están construyendo, por eso la necesidad de educadores y educadoras populares. Somos parte de una red que existe a lo largo de todo el país, pero yo vengo de la Habana. La misma está organizada en nodos que tienen que ver con territorios físicos determinados. Por ejemplo, en la Habana está el Ceiba, de donde vengo yo, pero también estamos en distintos barrios, como en el municipio de Habana del Este que tiene dos nodos y así el centro que abarca los barrios antiguos, hasta completar toda la capital y todo el país.
Pero además hay otra red que se llama Red Ecuménica Fe por Cuba que incluye a las y los cristianos que están haciendo el trabajo a favor de la revolución y el fortalecimiento del socialismo desde la propia práctica comunitaria.
Específicamente yo lo hago en un barrio que pertenece a Playa que se llama la Ceiba, barrio antiguo, con una tradición obrera y de participación popular muy fuerte inclusive antes del triunfo de la revolución.
–¿Y cuál es el trabajo concreto que realizan desde la red?
El trabajo que hacemos es desde el diagnóstico de la realidad, la planificación estratégica y la asesoría al consejo popular y al gobierno municipal, todo desde la metodología de la educación popular. Trabajamos desde el debate y el análisis con niños/as y jóvenes para que entiendan el proceso revolucionario que no vivieron ni ellos, ni sus padres, que les queda en la memoria de lo que le contaron sus abuelos, pero que la realidad es otra. Es un trabajo el debatir y pensar en cómo hacerlo mejor, critico y próspero y para eso estamos.
Y que como bien dijera Raúl Castro, estos cambios van a ser ´sin prisa pero sin pausa´, para un socialismo sostenible y triunfante. Y que entiendan ese proceso, que no se dejen engañar por todas las campañas con todo el dinero que pone Estados Unidos en contra de nuestro país.
–En este contexto, ¿cuál es el principal problema con el que se encuentran que obstaculiza la construcción del ´socialismo sentido y repensado´?
El problema central es la comprensión de que Estados Unidos es un enemigo presente siempre, el cual genera una carencia material que traba. Entendemos el gobierno que hace su esfuerzo pero el bloqueo y ataque es muy complejo de revertir. Y de eso suelen hacer responsable a la revolución, de algo que es en realidad directamente impulsado por el enemigo, que en América aplasta a los movimientos y en Cuba nos asfixia por necesidades materiales.
–¿Por eso la necesidad de impulsar nuevas formas de garantizar el trabajo?
Exacto. Nos encontramos en un momento político de búsqueda y construcción de un modelo en el que ningún cubano ni cubana se quede sin trabajo y para ello se está impulsando el cooperativismo en las diversas ramas de la economía. Para lograr así una satisfacción plena de nuestras necesidades.
–En otra intervención hacías mención a que, como hombres y mujeres nos encontramos en permanente construcción, que no somos sujetos acabados. Por lo que es en ese camino que construimos en la práctica donde se encuentran las contradicciones cotidianas. ¿Cuáles son los desafíos con los que se encuentra?
Raúl nos convocó a cambiar todo lo que deba ser cambiado, a no callarnos, a opinar, a estar en desacuerdo, a no ser siempre personas que aceptamos, y eso es una gran contradicción: nos acostumbramos a que todo lo que nos hacia la revolución estaba bien hecho. Y entonces hay que trabajar desde ahí, superando desde las prácticas esa contradicción para continuar siendo un aliento para los pueblos de América Latina. Pero además para fortalecer día a día en nuestro pueblo el que no vamos a volver atrás, a ese mundo horrible que es el capitalismo, de eso no hay marcha atrás.
–¿En particular cómo trabajan el lugar de las mujeres en el proceso revolucionario?
Por ley, tenemos todos los derechos garantizados. Pero culturalmente todavía permanece esa discriminación a las mujeres y esa violencia hacia el interior del hogar, en eso estamos trabajando. Sobre todo con las mujeres que se han comprometido o casado desde muy jóvenes y han abandonado sus estudios. Entonces trabajamos el acercamiento y la autovaloración en primer lugar, así demostramos que son mucho más que lo que les dicen que son. Que en verdad son seres transformadores y de suma importancia para la revolución. Lo mismo los lugares que las mujeres ocupamos en los distintos espacios de construcción; los estamos ocupando pero aún son insuficientes.
–¿Y en cuanto a la discriminación racial?
Ese es el otro tema, relacionado con la victimización racial. Hemos creado una red barrial de afrodescendientes para trabajar todo el tema cultural y hemos contado con el apoyo de investigadores y artistas de mucha importancia que han ido a nuestra casa comunitaria a hablar de este tema, a darle relevancia y ponerlo como eje central. Con ello pusimos de manifiesto que es necesario aplicar estas vivencias a nuestra realidad, que no debemos callarnos ante ninguna discriminación ni por género, ni por color de la piel, preferencia sexual, ni ninguno de los motivos.
–¿Y estos son debates nuevos?
Si, en realidad el derecho escrito siempre estuvo, pero no los visibilizábamos. Cuando empezamos a ver tales situaciones las mujeres nos preguntamos por qué llegamos hasta ahí y empezamos a hacerlo visible. Y cumplimos con dos cosas, ese papel que tenemos como mujeres de hacer avanzar el mundo desde nuestras posiciones y creencias, y también hacer avanzar a la revolución y esa política que tiene el país de cambiar la realidad y hacerla mejor.
*El título de la nota alude a una frase expresada por el Comandante Fidel Castro Ruiz, en La Habana, Cuba el 13 de marzo de 1966.