Ana Sol Alliegro (izquierda) y David Rivera (derecha). Crédito: Aporrea
Un escándalo de corrupción se dio a conocer en la campaña electoral estadounidense en la Florida. Un candidato republicano financió la campaña de un demócrata en la interna partidaria. El personaje central: la hija de un instructor de la CIA y nieta de un importante funcionario de la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba.
David Rivera es republicano y miembro de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por el 25° distrito de la Florida. Una de sus asesoras es Ana Sol Alliegro, está involucrada en un caso de corrupción que actualmente la encuentra prófuga de la justicia. Acusada de financiar ilegalmente la campaña de un candidato demócrata Alliegro, que se había ofrecido a colaborar con el FBI, desapareció de su domicilio el mismo día en que tenía que ir a declarar.
El enemigo de mi enemigo es mi amigo, sobre todo si es un desconocido
La interna del Partido Demócrata por el 25° distrito de la Florida se disputó entre dos candidatos: Joe García, favorito y quién había enfrentado a Rivera en la elección general anterior, y el desconocido Justin Lamar Sternad. El ganador pelearía con el republicano, en noviembre, el escaño en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos.
Según las encuestas, García tiene serias chances de derrotar a Rivera y arrebatarle una banca a uno de los más fieles socios de la oposición cubana de Florida. Antes de ser representante, David Rivera fue miembro de la Office of Cuba Broadcasting financiada por el Departamento de Estado de los EE.UU. desde donde se emiten TV Martí y Radio Martí. Dos señales que interfieren el espacio radioeléctrico cubano con noticias falsas y ataques al gobierno de la isla.
Ante la posibilidad de perder su banca, Rivera barajó una estrategia que tuvo como principal impulsora a su asistente Ana Sol Alliegro. El plan consistió en introducir fondos en la campaña del demócrata Sternad, pero sin declararlos conforme a la ley, buscando que triunfe un candidato menos complicado para Rivera en las elecciones de noviembre. Fue así que, entre otras cosas, una firma distribuidora de folletos publicitarios usada por el candidato republicano, Rapid Mail & Computer Services, fue también contratada por Alliegro que pagó 47 mil dólares en efectivo por sus servicios para la campaña de Sternad.
De todas formas, la jugada les salió mal. No solo porque ahora están siendo investigados por la Justicia estadounidense, sino porque en las primarias demócratas del 14 de agosto pasado se impuso Joe García.
Un extenso curriculum
Tanto Rivera como Alliegro tienen un historial poco auspicioso al momento de tener que presentarse a la justicia.
El representante republicano cuenta con una denuncia de violencia doméstica del año 1993 que no avanzó en la Justicia. En 2002 se vio envuelto en un choque donde, curiosamente y según la investigación, el auto de Rivera obligó a salirse del camino a un camión que trasladaba folletos de su oponente a las elecciones de aquel entonces. Todo el material se perdió en el choque.
Como todo funcionario, David Rivera tiene que realizar una declaración jurada de ingresos. En 2010 se le inició un proceso judicial por haber declarado que recibía dinero de sus prestaciones como consultor a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID). La agencia desmintió que el representante haya colaborado alguna vez con la institución. Finalmente, y antes de este nuevo escándalo, Rivera es investigado también por lavado de dinero, malversación de fondos de campaña y negocios de juego clandestino. Bonitos antecedentes.
La tradición de la familia
Ana Sol Alliegro no se queda atrás de su correligionario de partido. Hace algunas semanas, mientras el FBI allanaba su apartamento, Alliegro era arrestada por la policía de Miami por manejar con un permiso suspendido. Esto le valió un fin de semana en la cárcel.
En el 2009, fue arrestada por robarse un par de sandalias de $29.99 de una tienda de Ross en Biscayne Boulevard. El cargo fue retirado más tarde. En enero del 2007, fue arrestada en una disputa con su ex esposo, Moshe Cosicher a quién amenazo con un arma. También En el 2007, intentó registrar una nueva compañía (además de las varias que ya tiene) pero no lo pudo hacer cuando su cheque de $130 a la División de Corporaciones del Estado rebotó.
Pero Alliegro no es una novata, su familia cuenta con interesantes antecedentes políticos en la historia de nuestro continente. Su padre, Anselmo Alliegro, fue uno de los instructores de la CIA que entrenó a los Contras, un grupo paramilitar que atacó ilegal e irregularmente al gobierno sandinista de Nicaragua durante la década de 1980. También fue candidato a la cámara estatal de Florida en 1998 pero no ganó.
El abuelo de Ana Sol, Anselmo Alliegro y Milá fue sucesivamente diputado, primer ministro, senador y presidente del Senado bajo la dictadura de Fulgencio Batista en Cuba (1952 – 1959). Tiene además el privilegio de ser la persona que Batista dejó como “presidente” cuando abandonó el país el primero de enero de 1959 al triunfar la revolución llevada a cabo por Fidel Castro y su ejército rebelde.
Con estos antecedentes no se puede esperar menos del representante y su asesora. Una pequeña historia de republicanos y otros demonios.