Por Orlando Agüero.
Una crónica sobre acciones en Córdoba y Tucumán, previo a cumplirse 16 años de los asesinatos de Darío y Maxi, con l con la presencia de Alberto Santillán.
Junio es un mes de frío, gris y lloviznoso. Esta vez no tiene porqué ser la excepción. Un viento frío se desliza por el ambiente, intentando bajar las temperaturas de los cuerpos. El sol débil pretende elevar el mercurio del termómetro, pero su suerte es poca. Solo llega a unos pocos grados. Sin embargo, Junio también arde. Fuego y calor son las variables que juegan en este mes donde se conmemora un nuevo aniversario de la Masacre de Avellaneda. La lucha por justicia que tiene a Darío y Maxi como centro, le otorga un primer lugar de protagonismo a los sectores populares. En este mes, sus familiares, compañeros y compañeras redoblan la apuesta en su búsqueda de justicia. Es que este 26 de Junio se conmemoran 16 años de aquella represión sucedida en el año 2002, donde el gobierno nacional de Eduardo Duhalde y el de la Provincia de Buenos Aires a cargo de Felipe Sola, reprimieron salvajemente una multitudinaria movilización de desocupados y desocupadas en la ciudad de Avellaneda, al sur del conurbano bonaerense. El resultado fue el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. También produjeron más de treinta heridos con balas de plomo, muchos otros con balas de goma y cientos de detenidos en distintas comisarías.
Estamos en condiciones de afirmar que este es un fenómeno que se da en muchos lugares de nuestro país. Por ejemplo las provincias de Córdoba y Tucumán, durante el fin de semana del 15 y 16 de Junio, se convirtieron en el epicentro de acciones rebeldes que demandan Justicia Completa para el caso Kosteki y Santillán.
Ciudad de Córdoba – Viernes 15 de junio
Alberto Santillán (papá de Darío) acompañado por Orlando Agüero (miembro de la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi) cerca de las cuatro de la tarde llegan a las escalinatas de los Tribunales Federales de la Provincia de Córdoba. Allí los espera una multitud formada por centenares de compañeros y compañeras. Banderas rojas y negras se agitan en el aire como verdaderas mareas invitando con una fuerza sin igual a saltar, a aplaudir y a cantar consignas a los gritos. El sonar de los bombos y la batucada, marcan el pulso. Son como amplificadores de los latidos de los excitados corazones que se aceleran por la adrenalina del momento. Cientos de gargantas corean sin parar “A Darío y a Maxi los vamos a vengar con la lucha popular”. Un clásico de las movilizaciones que desde las barriadas más humildes nace bien desde abajo. Humea en un rincón de la explanada del Palacio de Justicia un fuego. Un fuego más. Las llamas calientan las ollas que contienen un chocolate cargado de valor y esperanza. Este sirve también como un arma en el combate contra el frío de la tarde y para subir la moral en la intensa búsqueda de terminar con la impunidad que encubre a los criminales. Apenas llegados a la actividad los saludos no se hacen esperar. Apretones bien fuertes de manos. Abrazos y miradas inspiradas en el amor y el respeto se cruzan en un entramado mágico. Formado ese tejido, las palabras de la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi y las del padre de Darío, suenan a través de los parlantes preparados para la jornada. Es que Alberto Santillán habla desde el corazón, pero sin perder la objetividad de la necesidad política de organizarse y luchar para conseguir justicia. Desde la Comisión por Darío y Maxi, que en esta ciudad organiza este encuentro, se plantea a través de sus voces que se asuma una Campaña Nacional para que los responsables políticos de los asesinatos no sean candidatos de ningún partido y a ningún cargo y que solo sean candidatos a la cárcel. La actividad, cargada de rebeldía combativa, antipatriarcal y sumamente popular, comienza a finalizar luego de los mensajes de las principales referencias de colectivos cordobeses. Madres de víctimas del gatillo fácil, comunicadores sociales y militantes de distintas organizaciones completaron un escenario improvisado sobre las escaleras de ingreso a los tribunales.
Minutos antes, una delegación de esta comisión por justicia, se había entrevistado con el Presidente de la Cámara de Apelaciones de los Tribunales Federales de Córdoba, al que se le entregó una nota, donde se le exige al Juez Federal Ariel Lijo que acelere el proceso de la causa que está a su cargo y que debe investigar las Responsabilidades Políticas de Eduardo Duhalde Felipe Sola y todos los que tuvieron que ver en la planificación del operativo represivo del 26 de junio del 2002. Así es que comienza a caer la tarde. La escenografía del lugar se oscurece. Los árboles de todo el alrededor, sumados al impresionante techo de la explanada del frío edificio, colaboran a la desconcentración de la impresionante cantidad de familias que se dieron cita en el lugar. Queda vacío el espacio que había sido colmado hasta hacía unos minutos. Las familias vuelven a sus barrios a continuar la lucha cotidiana. La soledad del Poder Judicial vuelve a ser la de siempre. Solo los uniformes azules y los sacos y corbatas quedan suspendidos en su hostil universo. Una realidad que seguramente cambiará cuando realmente en nuestro país exista un verdadero cambio social.
San Miguel de Tucumán. Sábado 16 y domingo 17 de junio
La noche abrazadora, acuna el viaje en micro por ruta rumbo a Tucumán. Las estrellas del oscuro firmamento no alcanzan a alumbrar los campos que bordean el camino. La calefacción del ómnibus solo invita a descansar. Es que un nuevo día de lucha se viene preparando en la ciudad de San Miguel. El partido de Argentina, en el mundial de Rusia, no es impedimento para esta nueva acción rebelde. El fútbol en este caso no es un opio. Es solamente una pequeña escala para luego concentrarse en avanzar hacia la actividad en una gran avenida tucumana. El Frente Darío Santillán de Tucumán organizó un escenario con banderas que reivindican la lucha que representan Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Pancartas que ponen bien en alto sus vidas. Lienzos gigantes que demandan justicia para ellos. Carteles que exigen Cárcel YA! Para Eduardo Duhalde, Felipe Sola y los demás responsables políticos de aquel operativo criminal. La movida se comunica como Acto y Merienda Popular. Así como en Córdoba y en todos los lugares donde se llevan a cabo encuentros de carácter popular, humea el fuego. Las ollas, por montones, conservan el mate cocido y el café caliente. Las mesas preparadas con souvenires y manteles en rojo y negro, también le dan color a la multitud que sobre la avenida se concentra. Banderolas flamean en un impresionante mar de personas que provienen desde diferentes barrios y localidades de la provincia, como así también desde otras geografías del noroeste argentino como Santiago del Estero, Catamarca y Salta. Sobre el escenario participan las representaciones de las distintas expresiones que se dieron cita. Es decir, referentes de las delegaciones que se aceraron, en la que hay que destacar que en su inmensa mayoría son mujeres. El papá de Darío y el portavoz de la Comisión Independiente Justicia por Darío y Maxi, se mezclan con todas las delegaciones. Los micrófonos se abren de la mano de los coordinadores de la palabra. Una compañera y un compañero dan comienzo al acto con cantos de lucha. Se escucha “No te des por vencidx ni aún vencidx…”. Aquellas estrofas de Almafuerte que componen una de las más poderosas consignas que la lucha de los de abajo construyó en los últimos diez y seis años. Así van tomando la palabra todos quienes han sido convocados a hablar. Cortas intervenciones en agradecimiento a la lucha, a la organización y sobre todo a Alberto Santillán por su demostración de fuerza ante las tremendas adversidades que le toca pasar hace casi 16 años. La concurrencia superan las mil personas. Atentos y atentas escuchan y vivan cada una de las intervenciones. Una infaltable batería de percusión le pone el corazón de bombo a la jornada. Sobre el cierre del acto las palabras del referente del Fpds Tucumán y el vocero de la Comisión x Darío y Maxi producen el preámbulo necesario para escuchar las palabras de cierre de Alberto. Entre sus expresiones dijo: “Que nadie piense que somos unos tibios, hacemos lo que tenemos que hacer, que es luchar y luchar..” en clara alusión a quienes descreen que se pueda lograr algo en el terreno jurídico y político. Aplausos, gritos, banderas flameando, agite, bombos y redoblantes, dan cierre al acto. Nadie quiere perderse de tomar alguna foto que los acerque un poco más a la lucha por Justicia. Comienzan entonces los saludos casi uno por uno. Cada concurrente al acto se encarga de dar la bienvenida a los invitados de esta jornada. Concluye un día más. Sin embargo la verdadera despedida de tierras tucumanas fue el domingo. Casualmente es el día en el que se celebra el día del Padre en nuestro país. Los reconocimientos no se hicieron esperar. Abrazos por doquier a quien es el padre más querido, el papá de Darío, aquel que todos y todas reconocen como quien les ha otorgado los mejores ejemplos para comprometerse con el prójimo. Así, en una impresionante mesa con más de doscientas personas, todo finaliza como una gran familia. Compartir una deliciosa comida producto del trabajo de numerosos compañeros y compañeras tucumanas, son la excusa perfecta para una cálida demostración de cariño.
Córdoba y Tucumán son dos importantísimas provincias argentinas. En las dos se entretejen relevantes historias de luchadores y luchadoras que dieron todo por construir un mundo mejor. Hoy, como antes, están escribiendo su propio legado. La pluma son los cuerpos de las familias de los sectores populares y el papel sin dudas son las calles, ese lugar donde nuevamente se vuelve a construir y debatir la política y los destinos de nuestros pueblos.