Por Laura Cabrera
El director de la mini serie web “No lo harías en tu casa” habla de ella, la primera ficción de la productora independiente Mate Amargo, que explica teorías y funcionamientos de la economía a través de imágenes y diálogos que cualquier pareja podría tener en la vida cotidiana.
Mate Amargo nació en 2007 (aunque todavía no se llamaba así), de la mano del género documental. A eso se abocaban. ¿Para qué? Para contar conflictos regionales y registrar la realidad así, cruda, tal como sucede. Con esa esencia, la de hablar de lo que “nos pasa” llega en 2015 “No lo harías en tu casa”, la primera ficción de la productora independiente.
“La ficción tiene una llegada y una capacidad de síntesis que el documental no tiene. Si juntás todos los documentales hechos sobre la revolución escocesa y contás la cantidad de público que los vio, seguramente es un número chico en relación a la cantidad de gente que vio Corazón Valiente”, comenta Daniel Waisberg, director de la miniserie que explica la economía a partir de ejemplos domésticos y que esta semana estrenará el tercer capítulo.
La síntesis y la propuesta de tomarse alrededor de ocho minutos promedio por capítulo para entender procesos económicos a través de diálogos de una pareja y la intervención de un presentador bastante particular en sus formas, son el atractivo que lleva al espectador a interesarse por al menos escuchar y ver algo vinculado a la economía, sin que la palabra suene a “eso que difícilmente entendería”.
Derribando al mito según el cual “de economía no entiende cualquiera”, el director de la serie que ya lleva estrenados “La deuda” y “Noticias ácidas”, dialogó con Marcha sobre “No lo harías en tu casa”, que esta semana estrena “Cuentos chinos”, tercero de la primera temporada de seis episodios.
Es la primera ficción. Después de la experiencia de hacer documental durante mucho tiempo, ¿cómo encara Mate Amargo esta nueva área de trabajo?
Es un quilombo pero está buenísimo. Veo en comparación con el documental que es menos extensivo en tiempo pero más intenso. El documental es más largo pero en el momento del rodaje es menos intenso, salvo que estés filmando acciones que tengan que ver con represión, por ejemplo. La ficción implica mucha más gente, más actores y además son muchas más las cosas a las que tenés que darle bola. Nos parece que está buenísimo.
Todos hablamos de economía. Sin embargo pensamos que de eso no entendemos. ¿Por qué pensás que no todos le dan importancia a este tema que paradójicamente está en muchas de las acciones que realizamos a diario?
Para esta serie pensamos en una frase de Salabrini Ortiz que nos gusta. El decía que la economía era fácil, que alcanza con sumar y restar, que si alguien te explica la economía y no la entendés, tenés que volver a preguntar. Si volvés a no entender, volvés a preguntar. Y si esa vez no entendés, es porque te están cagando. Y nosotros creemos eso, que si no entendés en realidad es porque hay algo que no te están diciendo. Yo creo que una posibilidad de por qué sucede eso es porque parte del trabajo de quienes hacen economía para cagarnos es hacer que nos parezca imposible de entender. Nosotros con la serie queremos romper con eso. En realidad si querés ver cómo resolver el hambre podés fijarte por ejemplo, lo que pasó en La Matanza en 2001, la gente sabe cómo resolverlo porque la gente sabe más de economía de lo que cree que sabe, eso es lo que creo. Pero el trabajo de los que tienen que resolver esos problemas también es hacernos creer que es imposible de resolver, de que no sos capaz. Y creo que por eso la gente no se mete, por lo que le dicen.
Al hablar de economía se abren diversas posibilidades y temas, ¿cómo seleccionaron los temas en estos primeros seis capítulos?
La deuda externa es el tema que se nos ocurrió primero y de ahí salió toda la serie. Elegimos esto porque es lo que siempre está en debate. De ahí en adelante fuimos pensando en aquello que entendemos que es importante, de coyuntura, y que a la vez podría ser trasladado de manera simple a un episodio. En algún punto pensamos que no todo se puede transportar. Nos pasó que empezaron a llegar a la página de Facebook mensajes del público que nos pedía que expliquemos la inflación, por ejemplo. Pero a mí no se me ocurre cómo explicar eso porque hay temas que no podes contrastar con una situación. Desde lo que somos capaces de transportar y de lo que nos parece importante cuestionar, surge esto.
Son seis capítulos financiados a través de la autogestión. Actualmente impulsan la campaña “200 click por semana”, ¿en qué consiste?
Al principio hicimos una campaña en IDEAME, que es una plataforma de financiación colectiva en donde quien quiere puede apoyar al proyecto que le interese. Con esa campaña llegamos al diez por ciento del objetivo, luego IDEAME nos ofreció otra campaña igual que esta pero que además tiene la posibilidad de que quien colabore pueda hacerlo con un click. Por cada click, es decir, cada visita a la página, Movistar dona diez pesos al proyecto. A nosotros nos sirve y además está bueno porque no nos condiciona el producto. Son 200 clicks por semana, que es la cantidad de clicks para llegar a los 15 mil que estamos juntando.-