Por Fernando López. En 4 meses el gobierno de Macri volvió a aumentar la tarifa. El boleto pasará de $3,50 a $5 desde este viernes, una suba de más del 400% desde 2012. Un racconto de los hechos desde el último aumento hasta hoy.
Con la excusa de la inflación Juan Pablo Piccardo, presidente de SBASE, usó esa justificación para subir el pasaje del subte de los actuales $3,50 a $4,50 en la audiencia pública no vinculante donde se debatió este tema. Y finalmente el pasado viernes al mediodía nos almorzamos la oficialización de la medida con la resolución 1995/SBASE/14. Desde este viernes viajar en subte saldrá $5 si se compra el subtepass, y $4,50 si es con SUBE o Monedero.
La audiencia pública fue el viernes 7 de febrero pasado bajo una torrencial lluvia en el Teatro San Martín. No fue anunciada por el Gobierno de la Ciudad, y para hallarla había que indagar en lo profundo de las webs del estado porteño. A ella asistió la plana mayor de SBASE, representantes de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, legisladores de la oposición, entre otros. Después de escuchar a Piccardo hablar de la inflación como causante del aumento y las mejoras que tiene preparado el organismo hacia el 2017 (extensión de la red, compra de coches, aumento de la frecuencia), el resto de los actores denunció que el aumento está basado en informes privados que “dibujaron” los números para poder argumentar la suba. Un estudio de la Auditoría de la Ciudad también dio por tierra los argumentos del gobierno porteño al establecer que la tarifa plena del subte, es decir una tarifa sin subsidiar, puede ser de $5,50 como máximo y dependiendo del índice de precios utilizado (INDEC o Ciudad).
El secretario general del Sindicato del Subte Roberto Pianelli rechazó el “aumento del 400%”. Además, agregó que el macrismo intenta “hacer un subte elitista para pocos” para “demostrar que la gente viaja más cómoda”. Ese mismo día los sindicalistas se enteraron que en el mes de marzo los servicios de la Línea D iban a ser reducidos, mientras que Piccardo hablaba de subir la frecuencia de las líneas hacia 2017.
El gremio de los trabajadores del Subte propuso la creación de boletos con fuertes subsidios para los que van a trabajar, y gratuito para los estudiantes y trabajadores de la educación. Esto no fue oído por Piccardo, quien durante la audiencia invitó a los que disienten a reunirse con él en SBASE pero no recibe a los Metrodelegados, como ellos denunciaron.
En noviembre pasado el amparo que presentó el legislador del MST-Nueva Izquierda Alejandro Bodart, que congeló la tarifa de $2,50 durante meses, quedó sin efecto y el boleto del subte pasó a $3,50 a pesar de que todavía no hay definición judicial firme sobre el tema. Desde ese momento hasta hoy el servicio no mejoró en nada al haber pocos trenes como los menos de 15 que hay en la Línea A, o los trenes que se rompen en la Línea B, o las frecuencias insuficientes en todas las líneas.
Para muestra basta un botón: Marcha fue en la hora pico por las líneas más transitadas. En la que va debajo de la avenida Rivadavia pasaron dos formaciones Materfer a San Pedrito, que prestaban servicio en la Línea D pero pasaron a la A porque los nuevos trenes chinos comprados por Nación no iban a dar abasto y a los viejos belgas los mandaron a una jubilación bajo el sol del predio de Lacarra, abarrotadas de gente. Era imposible entrar, era casi una postal parecida al Metro de Tokio donde hay guardas que empujan a la gente para que puedan entrar al vagón. Finalmente hubo espacio en un CNR, esos flamantes trenes con aire acondicionado y perfume, pero que también iba llenísimo.
En la Línea H al llegar hacia Corrientes para combinar con la B hacia el nodo 9 de Julio, los pasajeros subieron hasta llenar los vagones Siemens de 1934 que los llevarían a Parque Patricios. Un nivel más arriba en Pueyrredón los Mitsubishi hacia Villa Urquiza explotaban de gente que rellenaba el tren desde Pellegrini. Ahí Carlos esperaba pacientemente para ir a su casa, y contó que no le conviene el aumento y que debe haber un subsidio para viajeros frecuentes como él que usan el subte para ir y volver del trabajo. La novedad del aumento es un “beneficio para viajeros frecuentes” que es tramposo, debido a que promueve un descuento al pasar los 20 viajes pero que en la práctica sería posible en tres meses del año. Mariana también aguardaba irse para Rosas y contó que el aumento la afectaba en parte porque “a la ida uso colectivo y a la vuelta me voy en subte porque es lejos y tardo más si uso colectivo”. Ambos dijeron que el precio del boleto no justifica el mal servicio que presta Metrovías y SBASE.
A pesar de los informes de la Auditoría de la Ciudad, propuestas de políticos y de los propios trabajadores del Subte, la administración de Mauricio Macri siguió con su política de hacer un servicio malo para los pasajeros y para los que trabajan día a día para que funcione. Cada vez menos pasajeros viajan bajo tierra en comparación a los años antes del traspaso por parte de Nación. Y es una medida que los votantes tendrán en cuenta para 2015 cuando el PRO busque su tercer mandato frente a la alcaldía de Buenos Aires.