La estrategia cubana de combate a la Covid 19, permitió garantizar al pueblo cubano el Derecho Humano a la salud de manera universal, gratuita y con cobertura para el 100% de las y los contagiados.
Nuria Barbosa León
En Cuba, la atención médica es justa, equitativa, con alcance para los territorios rurales y alejados, con capacidad para producir medicamentos a partir de la innovación y el talento nacional, y con posibilidades de una prevención efectiva para el cuidado de los grupos vulnerables como niños, embarazadas y ancianos/as.
Experiencias en otras pandemias recientes, causadas por vectores como el dengue, el Zika, el Chicunguña o inducidas por el imperialismo en una guerra bacteriológica, nos ha llevado a desarrollar respuestas rápidas y efectivas para su control y manejo, teniendo como premisa que el estado es el responsable de garantizar los servicios de salud.
Así lo aseguró, Iliana Morales Suárez, Directora Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública en una disertación magistral en la Universidad de la Habana y aseguró que el país construyó un sistema sanitario centrado en la Atención Primaria de Salud a nivel de comunidad, que conduce al paciente por la red integrada de servicios preventivos, curativos y de rehabilitación.
«La aparición de la Covid 19 no tomó a nuestro gobierno por sorpresa y para salvar vidas, en primer lugar, desde el propio mes de enero comenzaron a adoptarse medidas pertinentes», reconoció la experta y luego dijo que el Plan, aprobado por la máxima dirección del país se sustenta en los siguientes elementos: voluntad política y organización social; acción coordinada del estado para hacer frente a la pandemia; ajuste del sistema de salud pública con preponderancia del consultorio del médico de la familia; la creación de una red de laboratorios diagnósticos; preparación de recursos humanos especializados; capacitación en el manejo de emergencias; trabajo intersectorial con participación comunitaria; y el uso de la ciencia como herramienta para la toma de decisiones.
Ese plan se ha perfeccionado constantemente, teniendo en cuenta la evolución de la pandemia y las mejores experiencias internacionales en el abordaje de la enfermedad, y a partir del 20 de marzo último, el gobierno decidió reforzar la aplicación de las medidas, entre ellas el cierre de fronteras; las escuelas y el transporte público. Además aplicó medidas para asegurar el distanciamiento físico y social.
A ello se suma la búsqueda constante de casos y la manera de aplicar los protocolos médicos para impedir el colapso de los servicios bajo el principio de evitar que la población enferme, pero si ello ocurre, vigilar que no se agrave y si llegan a esta condición luchar porque no mueran.
«Esenciales en nuestro Plan sanitario han sido la vigilancia activa en todos los estadios epidemiológicos; la articulación de las acciones intersectoriales, transdisciplinarias y preventivas; la inmediatez en los análisis y la toma de decisiones; el tratamiento individualizado de los pacientes y el abordaje a sus comorbilidades; así como el seguimiento continuo a los convalecientes», enfatizó Morales Suárez.
Por último acentuó que con satisfacción divulgamos al mundo que el sistema de salud cubano no tuvo necesidad de desplegar todas sus capacidades diseñadas, utilizándose sólo una parte de las previstas, lo cual permitió garantizar el derecho a la atención médica a todos los enfermos de Covid 19 con sólo un 4% del total de los diagnosticados reportados de graves y críticos, mientras la letalidad alcanzó sólo un 1.5%.
Para ella el derecho a la salud está vinculado directamente con la dignidad y el desarrollo humano, la igualdad de oportunidades, así como el crecimiento económico y social, por tanto a pesar de una letal pandemia Cuba pudo cumplir con una meta de la humanidad basada en la garantía al derecho de la salud.