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    Cuando lo único que queda es mentir

    31 julio, 20125 Mins Read
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    Cuando lo único que queda es mentir

    Oswaldo Payá era fundador del Movimiento Cristiano de Liberación, organización ilegal y opositora a la Revolución Cubana

    El pasado 22 de julio falleció en un accidente automovilístico Oswaldo Payá, un conocido dirigente anticastrista y opositor a la Revolución Cubana. Inmediatamente, numerosos medios de todo el mundo, sin esperar ninguna investigación, salieron a denunciar un atentado. La mentira no llegó lejos.

    Cuatro personas sufrieron un accidente en la provincia de Granma, en el oriente de Cuba, mientras viajaban en auto desde La Habana.  Fallecieron Oswaldo Payá y Harold Cepero, ambos miembros del Movimiento Cristiano de Liberación, una organización ilegal y opositora al gobierno cubano. También viajaban en el auto y resultaron levemente heridos Ángel Francisco Carromero, dirigente juvenil del Partido Popular de España y Jens Aron Modig, presidente de la Juventud Demócrata Socialista Sueca, del Partido Demócrata Cristiano del país nórdico.

    Pocas horas después del accidente la cadena de noticias estadounidense CNN sacaba al aire a los familiares de Payá planteando la hipótesis de que el accidente no había sido tal, sino que era producto de un atentado por parte del gobierno cubano. Varios medios de comunicación del mundo, sin cruzar fuentes ni esperar alguna pericia o la realización de la investigación correspondiente, salieron a abonar esta teoría. De esta forma se desató una nueva campaña contra Cuba.

    Patas cortas

    Pero esta información fue rápidamente puesta a prueba. Las primeras investigaciones dieron cuenta de que el auto se accidentó por transitar a alta velocidad sobre una ruta en reparación. Según el informe oficial del ministerio del Interior cubano, “el tramo de la carretera en que ocurrió el accidente está en reparación y por espacio de unos dos kilómetros no se encuentra pavimentada la superficie de rodamiento, lo cual lo convierte en una especie de terraplén con abundante gravilla; por tanto, muy resbaladizo”. A esto se sumaron los testimonios de tres testigos que afirman haber visto pasar el auto a mucha velocidad, salirse de la ruta y chocar contra un árbol.

    La suspicacia de los grandes medios (y seguramente de algunos lectores) llevó a pensar en que esta investigación podía estar armada para ocultar “la verdad”. Para los desconfiados, las pruebas no se agotaron allí. El gobierno español, que difícilmente puede ser sospechado de simpatía hacia Cuba, al haber un ciudadano de su país involucrado, opinó sobre el tema y avaló el informe oficial.

    Finalmente, los dos sobrevivientes del accidente también hicieron declaraciones al respecto. El español Angel Carromero solicitó a la opinión pública internacional evitar el uso con fines políticos del accidente de tránsito. “Le pido a la comunidad internacional que se centre en sacarme de aquí y no utilizar el accidente de tránsito -que pudo haberle pasado a cualquier otra persona- con fines políticos”, declaró.

    Las declaraciones coincidieron con la versión de peritos y testigos presenciales cubanos, que establecieron como causa del hecho el exceso de velocidad. “La última vez que miré iba a 80”, expuso el conductor del auto tras explicar que no se fijó en el cuentakilómetros cuando tuvo el accidente. “Simplemente iba conduciendo, me percaté de un bache y tomé las precauciones de cualquier automovilista de accionar el freno, perdí el control y no recuerdo haber visto señales”, concluyó.

    El otro sobreviviente, el sueco Jens Aron Modig, refirió que tiene algunos vagos recuerdos, porque “estaba durmiendo” durante parte del viaje. “El primer recuerdo que tengo del accidente es que se había perdido el control del auto, y ya fuera de la vía, avanzaba contra un árbol. A partir de ese momento, todo se quedó en blanco”, manifestó. También aseguró que no recuerda haber visto “ningún otro auto”, en contraposición a la teoría de que habían sido intencionalmente chocados para ser sacados de la ruta.

    Además, Modig reconoció públicamente que por instrucciones del departamento internacional de su organización política (el Partido Demócrata Cristiano de Suecia) había llevado a Cuba cuatro mil euros para financiar organizaciones opositoras, violando de esta forma las leyes cubanas. Entre los objetivos de su viaje también se encontraban reunirse con Oswaldo Payá y “con miembros del movimiento de Payá y apoyar a este en algún viaje que quisiera hacer y acompañarlo”.

    Actualmente Modig ya salió de Cuba, pero Carromero se encuentra detenido en el país caribeño hasta que se resuelva judicialmente su responsabilidad en el accidente.

    Curiosidades mediáticas de un caso resuelto

    El hecho parece estar esclarecido y ha quedado desmentida la hipótesis del atentado, sin embargo algo curioso surge de la lectura de los mismos medios que dieron por válida la teoría inicial.

    En primer lugar, la gran mayoría de esos medios de comunicación no informó sobre la investigación posterior, que contradecía la información que habían brindado. Ocultando a sus lectores la posibilidad de saber que pasó realmente y dejando sentada la sospecha sobre el gobierno cubano.

    Por otra parte, es curioso ver como en notas simultáneas a la de la muerte de Payá surgieron análisis sobre la actual situación de la oposición cubana. Todos coinciden en su escasa capacidad de movilización y arraigo en la población cubana. Dando cuenta de esto, el conservador diario argentino La Nación comenzaba una nota diciendo: “Dividida y con poco respaldo social, la disidencia cubana lleva años imitando el paso del cangrejo. No camina hacia delante, tampoco hacia atrás. Avanza de costado, es decir, con la brújula averiada”.

    Quizás este sea el motivo, o uno de ellos, para seguir montando mentiras e intentar movilizar a la opinión pública mundial contra Cuba. Buscar darle aire a unos pocos opositores sueltos que, aún con el amparo económico de la principal potencia del mundo, no pueden contra una revolución que no es defendida por un gobierno, sino por todo el pueblo cubano.

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