Por Diego Villarino. Boca atraviesa una profunda crisis. Cayó 3 a 1 con Estudiantes. Bianchi no es más el técnico. El tercer ciclo del Virrey no cumplió las expectativas.
El titulo de esta nota sintetiza la actualidad azul y oro. La situación de Carlos Bianchi parece irreversible. No solo molestan los resultados deportivos. El equipo vive un profundo deterioro físico, psicológico y futbolístico. La cantidad de lesiones es impactante. Superó las 100, una cifra descomunal. Un referente como Diego Maradona lo criticó en público. El apoyo dirigencial se agotó. Además, los jugadores no respondieron en la cancha. Nadie discute las vitrinas del pasado. ¿Cómo olvidar el triunfo al Real Madrid o la obtención de la Libertadores 2000?. Aunque no se puede vivir de lo hecho. Es tiempo de cambiar de página.
Otra humillación y van. Boca perdió con Estudiantes e hipotecó su suerte en el campeonato. A los cuatro minutos, El León abrió el marcador. Exquisita definición de Joaquín Correa. El Xeneize sufrió un bajón anímico. Después llegó el otro cachetazo. Diego Vera anotó el segundo. El goleador uruguayo, de buen paso por la Crema, debutó en la red pincha. Floja resistencia del Cata Díaz en los dos goles. La defensa hizo agua. El tercero significó el final de la historia. El artillero, en claro offside, impactó la pelota de tijera. Una obra de arte. El complemento sobró. El técnico realizó cambios conservadores. Ingresó Cesar Meli por Federico Carrizo. La idea era perder por menos. El rival reguló el trámite. Ni intentó avanzar. Jonathan Calleri descontó gracias un pase tremendo del diez juvenil. Anecdótico dentro del contexto.
El entrenadorcomenzó su tercer ciclo en diciembre de 2012. La hinchada, que no quería a Falcioni, aclamó el regreso del más exitoso. La Comisión, en un acto demagogo, tomó nota y decidió cumplir el pedido. En el primer campeonato salió décimo noveno: 18 puntos en 19 fechas. Lo único rescatable fue el trabajo en el certamen continental: eliminado en cuartos ante el Newell’s del Tata Martino.El Inicial 2014 mostró una imagen opaca (séptimo puesto). El plantel padeció durísimos golpes: 1-6 con San Martín de San Juan, 0-4 con La Lepra y 0-3 con Olimpo.
Daniel Angelici le cumplió todos los deseos. El presidente compró a Juan Manuel Martínez, el principal anhelo. El Burrito tropezó con el nivel colectivo. No encontró el rendimiento que logró en Vélez. ¿En dónde quedó la gambeta y el dribling?. No tuvo la efectividad de un delantero: cinco goles en cincuenta siete encuentros. El Virrey lo bancó mucho tiempo. También apostó por Claudio Pérez y Ribair Rodríguez. Sin embargo, tampoco funcionaron. El lateral derecho fue un problema constante. Christian Cellay, Emiliano Albín y Hernán Grana desfilaron sin pena ni gloria.
Los excesivos refuerzos taparon a las divisiones inferiores. Sebastián Palacios y Luciano Acosta, grandes proyectos, no hallaron su lugar. Juan Forlín y Emmanuel Gigliotti estuvieron por encima de la media. En el mercado reciente, el club adquirió al Pachi (Rosario Central), Gonzalo Castellani (Godoy Cruz) y Andrés Chávez. El Toro conquistó el ascenso con Banfield. No obstante, el técnico de la Ribera prefirió colocar a la base del once. Aquellos que vienen de fracasos tras fracasos. Federico Bravo y Christian Erbes (desplazado a la banda) no encuadran. ¿Por qué recurrió a la misma fórmula?. Juan Román Riquelme, que no renovó el contrato, ya no es el paraguas protector.
El subcampeonato fue un espejismo. El equipo disputó las últimas fechas sin la presión de pelear el torneo. Ahora se topó con la realidad. Empezó un nuevo certamen y el guión volvió a repetirse. Se cae ante la adversidad. Sin dudas, el factor psicológico influye. Boca consigue el dominio de la pelota. El problema es que lástima a cuentagotas. El DT (despedido) finalizó su etapa. El aficionado, en la cancha, no lo cuestionó. Pero murmuró puertas afuera. Todo concluye al fin.