El año pasado, unos meses antes de cumplirse 15 años de la Masacre de Cromañón, sobrevivientes, familiares y amigxs presentaron en la Legislatura porteña un proyecto de patrimonialización del espacio, actualmente en manos de la misma persona que era la dueña del boliche la noche del incendio.
Por Redacción Marcha / Fotos: Oscar De la Vega / Marcha
Este 30 de junio se cumplió medio año más que lxs 194 pibes y pibas de Cromañón no están. A un año de la presentación del proyecto de patrimonialización en la Legislatura Porteña, familiares y sobrevivientes le enviaron una carta abierta a los y las legisladoras para que se impulse su tratamiento. Preservar la memoria es una necesidad para defender a las futuras generaciones y recordar a sobrevivientes, familiares y víctimas que ya no están.
Desde el Movimiento Cromañón, una coordinadora de espacios sociales y organizaciones de familiares, amigxs y sobrevivientes, se envió una nota a las y los integrantes de la Comisión de Planeamiento de la Legislatura de la Ciudad para que traten el pedido de patrimonialización del boliche. “Cada 30 nos preguntamos qué es lo que hay que hacer para lograr algunas cuestiones en relación con la memoria”, expresaron integrantes del Movimiento. La pandemia tampoco es una razón para que no sea tratado. “Quienes más sufrimos el Covid somos la familia Cromañón, porque todos los que hemos estado allí estamos en situaciones de riesgo, en particular muchos de los sobrevivientes” y agregaron que “no estamos ignorando el momento sanitario y político de la Ciudad, pero también sabemos que cuanta más injusticia y desmemoria hay, más nos enfermamos”.
La noche del 30 de diciembre de 2004, una masacre en el boliche República Cromañón se cobró 194 vidas, producto de una serie de complicidades políticas e institucionales. Algunos de sus responsables fueron juzgados, aunque los responsables políticos nunca llegaron a la justicia. Las víctimas se multiplicaron en los años subsiguientes, ya que a las muertes se sumaron familiares y sobrevivientes para quienes la vida se transformó inexorablemente. El Poder Judicial, después de 13 años, decidió entregar el boliche República Cromañón a Rafael Levy, dueño de la propiedad la noche del incendio e integrante de una empresa off shore, condenado como uno de los principales responsables de la masacre. El Movimiento Cromañón lucha por conservar el lugar como espacio de memoria.
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Marcha dialogó con Silvia Bignami, integrante del Movimiento Cromañón y madre de Julián Rozengart, uno de los pibes que perdió la vida esa noche. Silvia contó que “se niegan a entregar el espacio” y que “una de las anteriores acciones de lucha fue presentar el proyecto de expropiación del lugar”. A pesar de haber obtenido algunas adhesiones importantes, desde la Legislatura porteña sostuvieron que para expropiar el espacio hace falta un dinero que la Ciudad no tiene, lo cual desde el Movimiento Cromañón entienden que es una excusa. Tomaron entonces la iniciativa de presentar un proyecto de patrimonialización, que no es un proyecto alternativo, sino que prepara las condiciones para el proyecto de expropiación.
En relación a la diferencia entre ambos proyectos, Silvia explicó que “patrimonializacion quiere decir proteger. Se protege una calle, se protege una esquina, se protege un edificio por motivos simbólicos, históricos. En nuestro, caso pensamos que el boliche tiene que ser patrimonializado, que no tiene que modificarse nada más de la fachada, que no se pueda usar para cualquier cosa, que no se pueda poner otro boliche, que no se pueda construir un edificio. Esa patrimonializacion además crearía condiciones, porque le bajaría el valor monetario e impediría que el dueño haga un negocio”.
Bignami explicó que “para este proyecto de patrimonializacion, muchos legisladores nos dijeron que no tenían ningún problema. El propio Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, el año pasado le dijo a un periodista por radio que no tenía problema con que fuese un espacio de memoria pero a nosotros nunca nos recibió. El proyecto de patrimonilizacion fue apoyado y levantado por el socialismo, por el Frente de Todos, por toda la izquierda y por los radicales”.
La pandemia y el aislamiento no desalentaron al Movimiento Cromañón que persevera: “este año empezamos a hacer reuniones virtuales y tanto el Frente de Todos como el radicalismo de Evolución nos dijeron que estaban de acuerdo, entonces lo que hay que hacer es reunir la comisión. También en su momento, algunos se ofrecieron a ser quienes intercedieran con el núcleo duro del Pro, que no dijeron que no estaban de acuerdo sino que era caro. El proyecto de patrimonialización requiere una decisión política y no una erogación de dinero”.
Y concluyó exigiendo que “se reúna la Comisión, que estemos nosotros presentes y que nos den una respuesta y nos dejen de pelotear. Enviamos una carta, logramos que se les entregue en mano a los quince legisladores de la Comisión. Por ahora, no estamos teniendo ninguna respuesta formal o informal, pero la Comisión sabemos que se reunió por otros temas, no es que no está funcionando en lo absoluto la Legislatura. Queremos que se apruebe, por lo menos, el proyecto en primera instancia, que igualmente nos va a llevar todo el año este debate. Nosotros estamos esperando una respuesta”.
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