Por Tomás Astelarra
“Podés ser el nuevo Santiago Maldonado” le advirtió el intendente Enrique Rébora a uno de los delegados de la feria tras el anuncio de la concentración que se hará el jueves para reclamar por la nueva tarifaria.
El sábado a la mañana era evidente el nerviosismo entre los feriantes de Villa de las Rosas. Tras la denuncia por la nueva tarifaria municipal que prevee aumentos por encima de la inflación y cánones discriminatorios para los puestos visitantes, el intendente Enrique Rébora optó por amenazar telefónicamente y en la puerta de la municipalidad a dos de los delegados de la asamblea de la feria. Entre otras cosas dijo que podían ser el nuevo Santiago Maldonado. Además se presentó con toda la plana mayor de la municipalidad y sus clásicos matones en la feria a modo de intimidación.
Durante las amenazas a dos delegados de la asamblea de la Feria de Productores y Artesanos de Villa de las Rosas dijo haber presentado una denuncia en una fiscalía de Villa Dolores por las supuestas amenazas de estos a las inspectoras municipales. Rumor que también corrieron empleadas municipales en la feria el mismo sábado. Si bien todas ellas lo negaron en conversaciones con los integrantes de la Asamblea, varios puesteros dijeron haber oído estos rumores entre otras versiones o “pescado podrido” que desde la municipalidad enviaron a la sociedad para ensuciar el reclamo legítimo de los feriantes. Rébora dijo haber pedido el apoyo del diputado provincial Oscar González, y que se trataba de “extremistas de izquierda” y que los iba a echar del pueblo si no daban marcha atrás con los reclamos y nombraban como delegados a feriantes ajenos a la asamblea pero cercanos a él.
El conflicto nació del proyecto enviado por la municipalidad al Consejo Deliberante de Villa de las Rosas, donde además de subas irregulares a los feriantes locales, se estipularon cánones casi prohibitivos para los productores visitantes de otros lugares de Córdoba.
Salvo los gastos que acarrea la masiva concurrencia a la feria, la municipalidad no brinda servicios extras como instalaciones sanitarias o puestos o asesoramiento. Resultó raro que siendo una tasa municipal y no un impuesto, los canones subirían de manera dispar. Un 50% para artesanos, 25% para productores y 66% para los gastronómicos. Para el caso de los visitantes, deberán pagar $625 por día los artesanos, los productores $2.500 y los gastronómicos $3.000. Si se toma en cuenta el canon para los comercios gastronómicos de la plaza ($5.250) que habilita a funcionar todos los días del año, la injusticia en el cobro es evidente. Los gastronómicos locales de la feria estarían pagando $6000 anual, solo con la posibilidad de trabajar dos días a la semana en verano y uno en invierno (de 10 a 16). En el caso de los feriantes gastronómicos de otras localidades que asisten todo el año, el canon anual sería de $18.000 y para los visitantes $36.000.
Ya ha principio de año el intendente había amenazado con quitar la feria de la plaza mientras cerraba el acceso a nuevos feriantes y expulsaba a los vendedores de libros. Tras los reclamos de los feriantes por las redes sociales y el apoyo del público, la medida fue reconsiderada y se estableció un espacio de diálogo. La Asamblea de la Feria a través de sus delegados presentó más de 150 firmas avalando su representación y un nuevo proyecto de ordenanza (el vigente fue hecho a espalda de los feriantes y no contempla las actividades culturales). Sin embargo después de seis meses y ocho reuniones canceladas sin previo aviso, el proyecto de ordenanza sigue seguía sin discutirse a solo un mes de comenzar la temporada de verano. Tras el anuncio de la tarifaria, los feriantes se acercaron a la audiencia pública donde los concejales mostraron el desconocimiento acerca de la situación de la feria y prometieron tanto interiorizarse como hacer de puente con la municipalidad. Tras los reclamos por las vías sociales y una avalancha de mails repudiando la medida, el intendente optó por las amenazas.
Después de una nutrida asamblea, los feriantes decidieron resguardar a los dos delegados (se trata de Cristian Carusso y Pablo Alejandro Merolla), nombrar nuevos representarte y presentar una carta de repudio a la municipalidad. El jueves 21 de diciembre a las 19 hs. convocaron a la población a convocarse al Consejo Deliberante para denunciar estos atropellos.