Israel mantiene los bombardeos contra la Franja de Gaza, mientras el primer ministro de ese país anunció la expulsión de 25 inmigrantes africanos que viven en el Estado judío.
Rara vez los días son tranquilos en la Franja de Gaza. Esta situación se viene confirmando hace tres días debido a los permanentes bombardeos de la aviación israelí, bajo la excusa de destruir blancos militares y túneles clandestinos.
Este lunes, el Ejército desató un nuevo ataque contra la ciudad de Gaza. Como principal logro, los efectivos militares destruyeron una lechería e hirieron a un civil. La información fue confirmada por fuentes médicas y del Movimiento de Resistencia Islámica Hamás, que gobierna en la Franja desde 2006.
El viernes pasado, la aviación israelí comenzó una nueva escalada de bombardeos que, hasta el momento, le costaron la vida a dos palestinos, uno de ellos de 18 años, asesinado en la localidad de Khan Younis.
Desde Tel Aviv justificaron las incursiones para destruir supuestas fábricas de armamentos y los túneles que los palestinos utilizan para ingresar materiales, ya que la Franja de Gaza sufre un férreo bloqueo comercial y económico impuesto por Israel desde 2006.
Con apenas 4.167 kilómetros cuadrados, el enclave costero palestino -donde habitan un millón y medio de personas- vive en una permanente crisis humanitaria. Así lo confirmaron, por separado, la Organización Internacionaldel Trabajo (OIT) y las ONG Acción contra el Hambre en Palestina (AHP) y Médicos del Mundo (MM).
Desde la OIT advirtieron que los trabajadores palestinos que viven en los territorios árabes ocupados por Israel transitan una situación sumamente precaria.
En un informe presentado ayer, la organización internacional afirmó que esto sucede por la ocupación israelí y por la expansión constante de los asentamientos judíos, que reducen los espacios para que los palestinos trabajen.
La OIT alertó que los jóvenes son los más afectados por la falta de empleos y el titular de la entidad, Juan Somavía, hizo un llamado a favor de una lógica basada en el desarrollo y la paz, que tiene sus bases en una visión a largo plazo de los intereses en materia económica, del empleo y de la seguridad de todos los trabajadores, tanto en los territorios árabes ocupados como en Israel.
Por su parte, AHP y MM denunciaron desde España que en la Franja de Gaza los agricultores palestinos no puede acceder a sus tierras, el agua se debe comprar ocho veces más cara que el costo real y los niños son vulnerables a la contaminación, hechos que se desprenden del bloqueo impuesto por Israel. A esto se suma la restricción de movimientos que sufren los pobladores y las políticas de demolición de infraestructuras por parte de Tel Aviv.
Jorge Caravotta, integrante de Médicos del Mundo, explicó que la ocupación en Gaza “genera más mortalidad y morbilidad, al tiempo que aumenta significativamente el impacto negativo psicosocial sobre la población palestina”. El miembro de MM también recordó que entre 2005 y 2010 un total de 120 mujeres palestinas dieron a luz en puntos fronterizos de seguridad policial, donde murieron 79 bebés.
Sacando africanos de Israel
El domingo por la noche, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ordenó a sus ministros que aceleren la deportación de los aproximadamente 25 mil inmigrantes sin papeles de Sudán del Sur, Costa de Marfil, Ghana y Etiopía.
El diario israelí Haaretz informó que el premier afirmó durante un consejo de ministros que “quien pueda ser expulsado de aquí, debe serlo lo más rápidamente posible”. Netanyahu señaló que los países donde serán deportados los inmigrantes mantienen relaciones diplomáticas con Tel Aviv, por lo cual justificó la decisión argumentando que pueden ser expulsados conforme al derecho internacional.
El primer ministro también anunció que se construirán nuevos centros de detención para inmigrantes en Saharonim, en la región del Neguev, el desierto del sur del país.
En mayo pasado, el ministro israelí de Interior, Eli Yishai, propuso encarcelar a todos los inmigrantes africanos que se encuentran residiendo en el país, porque supuestamente son responsables de hechos delincuenciales.
En una entrevista a la radio del Ejército israelí, Yishai expresó que la iniciativa es “dura, pero simple: poner a todos ellos, sin excepción, en prisiones o centros de detención o dividirlos y poner a los que no cometan delitos en centros de detención”.
En abril de 2012, el Parlamento israelí aprobó una severa ley que permite encarcelar hasta tres años sin juicio a los inmigrantes ilegales y solicitantes del estatus de refugiado. La norma extiende el periodo durante el que las autoridades pueden mantener bajo custodia a las personas indocumentadas que no puede deportar desde los anteriores 60 días a tres años. También impone penas de cárcel de hasta 15 años a quienes ayuden a inmigrantes ilegales que hayan participado en actividades delictivas.