Por Redacción Marcha/ Foto: Tadeo Bourbon
Bajo la consigna “Hablemos de consentimiento” se realizará el sábado desde las 15 el Festival de la Marcha de las Putas en su versión Buenos Aires. Habrá charlas, música en vivo, performances y un taller de defensa personal. Al finalizar habrá una marcha.
“Llega la Marcha de las Putas / trae con ella una verdad / putas son todas las mujeres / también tu hermana y tu mamá / porque en esta sociedad / por ser mina y nada más / ya sos puta y por eso cualquiera puede abusar / porque en esta sociedad / el abuso es tan normal / que seguimos hablando de provocar”. El cancionera está listo, circula de muro en muro, con luchadoras ganas de salir a visibilizar la cultura machista de la violación.
La cita, el Festival. Organizado por “La Marcha de las Putas” en Buenos Aires este año será en la Plaza de Mayo, el sábado 19, de 15 a 20 horas, y tiene la intención de ser herramienta política colectiva para empoderar a las más jóvenes ante las violencias que la cultura de la violación despliega contra las mujeres y las personas del colectivo lgtb. Este año, con la consigna “Hablemos de consentimiento”, se busca diferenciar entre placer y abuso sexual.
“La Marcha” se encuentra en más de 40 ciudades donde la lucha contra el machismo, el patriarcado, por el aborto y la igualdad de derechos se comparte. Todas estas ciudades se unieron a la causa y la adaptaron a la problemática local, con un claro mensaje común: es hora de dejar de justificar los abusos, afirmando que “en lugar de decirle a las mujeres cómo deben vestirse o cómo deben comportarse, digamos a los abusadores que no abusen”.
Y para abordar la problemática proponen llevar adelante charlas, números musicales, stands up, poesía, exposiciones fotográficas, artísticas y performances. También habrá espacio para un taller de defensa personal, stands de otras organizaciones que deseen mostrar sus trabajos y juegoteca para las y los más pequeños, entre otras actividades.
Pero, ¿cómo surgió la iniciativa? Te lo responden lxs integrantes de “La Marcha de las Putas” en esta entrevista colectiva.
-¿Cómo surgió “La Marcha de las Putas”?
La Marcha de las Putas surgió en 2011 en Canadá a partir de los dichos públicos de un policía: “Las mujeres deberían evitar vestirse como putas si no quieren ser violadas”.
Como respuesta, un grupo de personas organizó la primera Marcha de las Putas –Slutwalk- en contra de la cultura de la violación, denunciando que no existe justificación para un abuso sexual. Inmediatamente el movimiento se extendió a otros países y llegó a Argentina en agosto de ese mismo año.
-¿Cuántxs son y cómo se organizan?
Pasamos por diferentes estadíos de organización y cantidad de participantes. A partir de este año, contamos con la Asamblea de Villa Urquiza como espacio físico donde, además de la Consejería para sobrevivientes de abuso y violencia de género, funciona un espacio para debatir ideas y activar.
Nos organizamos en grupos de trabajo, que a la vez, son asamblearias entre sí y seremos aproximadamente 30 personas activas en el movimiento.
-¿Viajan a los Encuentros Nacionales de Mujeres, a qué talleres suelen concurrir?
Si, los últimos 2 años viajamos al Encuentro. Como organización no nos planteamos un lineamiento para la participación en los talleres y depende de cada mujer y su interés a qué taller va.
A los talleres que participamos este año fueron: mujeres y bisexualidades; cultura y arte; medios de comunicación; relaciones de pareja; salud y terapias alternativas; sexualidades; violencia, abuso y acoso sexual; trabajo; mujeres, maltratos, abusos y explotación infantil; personas transgénero, transexuales, travestis; mujeres y salud mental; estrategias para el acceso al aborto legal, seguro y gratuito; y mujeres y maternidades.
-¿Cuáles son sus ejes de acción, qué violencias deciden visibilizar, y de qué forma?
Nos focalizamos en varios tipos de violencias hacia las mujeres pero principalmente en la violencia sexual. Tenemos una Consejería gratuita para sobrevivientes de abuso sexual y violencia de género con atención psicológica y asesoramiento legal, que funciona todos los domingos en la Asamblea de Villa Urquiza, de 17 a 20 Hs.
También realizamos campañas para visibilizar la cultura de la violación, que es el conjunto de costumbres, tradiciones e ideas que ponen la culpa sobre la víctima y corren el foco del victimario, que es el único culpable de un abuso.
El Festival y la posterior marcha que hacemos todos los años es otro gran eje de acción, con el que intentamos lograr el mayor impacto posible bajo una consigna diferente todos los años. Reflexionamos, cuestionamos e intentamos transformar estas costumbres que están arraigadas en la cultura, para así generar conciencia sobre la importancia del consentimiento en contraposición a la cultura de la violación.
-¿Qué se exigirá este año durante el Festival y en la marcha?
Una vez finalizadas las actividades, y al ritmo de los tambores, marcharemos para exigir: presupuesto acorde a la Ley 26.485 de protección integral hacia las mujeres; la elaboración de estadísticas oficiales nacionales sobre abuso sexual; la capacitación del Poder Judicial y Ejecutivo para la no revictimización de sobrevivientes de abuso sexual; la correcta aplicación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral por profesionales de la educación capacitadas/os en el tema; Ley Nacional de Cupo laboral travesti trans; basta de trata; basta de homo-lesbo-trans-bi-odio; aborto legal, seguro y gratuito; y no a la criminalización de nuestros cuerpos.
-Si tuvieran que elegir un suceso del año del activismo/agenda feminista del que participaron y les gustaría destacar por su trascendencia, ¿cuál sería y por qué?
El “Miércoles Negro” del 19 de octubre fue muy importante a nivel consciencia social. Fue un día frío y de lluvia, sin embargo eso no impidió que miles de mujeres se movilizaran al grito de “Ni una menos” y para decirle basta a la violencia machista en todas sus formas.
Además, fue un paro nacional de mujeres en casas, trabajos y espacios de estudio. Eso demostró el gran nivel de organización y fuerza que tiene el movimiento de mujeres y que si nos tocan a una reaccionamos todas.
Si bien aún falta mucho que cambiar como sociedad, el tema se volvió a instalar y con mucho ímpetu en los debates por parte de quienes entienden al “Ni una menos” como una causa justa y de quienes aún creen que el problema no es de género.