Por Repo / Foto Ailin Palacios
Los trabajadores de la línea 60 llevan seis días de conflicto con la empresa Microomnibus Norte S.A. (M.O.N.S.A.). Dialogamos con algunos delegados sindicales durante la última asamblea que realizaron entrando en la noche del martes en Constitución.
El jueves pasado, los choferes de la línea 60 –una de las más importantes de Buenos Aires, que une en su recorrido al barrio porteño de Constitución con las localidades de Tigre y Escobar– decidieron solidarizarse con su compañero Ariel Benitez, chofer y activista sindical despedido de manera arbitraria. Así, entre café y asamblea, pusieron en marcha los primeros colectivos del día realizando el recorrido habitual pero esta vez con una clara determinación: no cobrar boleto a los pasajeros.
En diálogo con Marcha, Nestor Marcolin, delegado gremial nos explicó el porqué de esa medida: “Decidimos no perjudicar a los usuarios, no cobrar boleto es perjudicar directamente a la empresa que se la lleva en pala. Eso a la patronal le molesta. Nuestro problema no es con los pasajeros, no es nuestra intención afectar el servicio que, entendemos, también usan laburantes como nosotros”.
A partir de esta medida de fuerza, y luego de dictarse la conciliacion obligatoria por el Ministerio de Trabajo, el sábado a primera hora la empresa envió 47 telegramas de despido y decidió no presentar ningún empleado administrativo en las cabeceras impidiendo así que el servicio funcione. “Esto es un lockout patronal, no es un paro de los trabajadores, que quede claro. Nosotros estamos acá y queremos trabajar, la empresa no autoriza la salida de los colectivos porque saben que no vamos a cobrar boletos hasta que no reincorporen a los compañeros despedidos”, denunció Marcolin.
Tras reclamar la intervención judicial y del gobierno en el conflicto, más de 300 choferes se reunieron pasadas las 19 de ayer en las cabeceras de Constitución e Ingeniero Maschwitz, donde un fiscal intentó en vano dialogar con los directivos. Al respecto, el delegado gremial aseguró: “Dicen que los colectivos no van a salir porque están sucios. No quieren que salgamos con los carteles que dicen que no se paga boleto. La realidad es que con carteles o sin carteles, vamos a sostener la medida de fuerza”
Un conflicto de larga data
Los problemas entre los trabajadores y la patronal vienen siendo moneda corriente desde 2011, cuando M.O.N.S.A. fue comprada por un grupo empresarial encabezado por D.O.T.A. y la persecucion a la junta interna combativa y a choferes organizados se volvió una constante.
En ese sentido, hubo paros, piquetes (como en 2014, cuando se cortó por completo la avenida Cabildo a la altura de Puente Saavedra) y diversos planes de lucha que apuntaron siempre a mejoras en las condiciones laborales y en los salarios percibidos, mientras la empresa no sólo recibe altos subsidios por parte del Estado sino que prácticamente no invierte y se llena los bolsillos a costa de la precarización laboral.
Sin ningún tipo de mediación, D.O.T.A. agrupa a 13 empresas del sector: 6 de ellas son compañías controladas, es decir, que actualmente el grupo posee más del 50% de los votos posibles para definir cualquier política societaria; las 7 restantes tienen el estatus de empresas vinculadas. En conjunto, este agrupamiento empresarial gestiona – de forma directa o indirecta– un total de 31 líneas de colectivos.
D.O.T.A. nació a partir de la operación de la línea 28, con la razón social Doscientos Ocho Transporte Automotor y, en la actualidad, está controlada por un grupo empresario liderado por José Faija y Luis González. La mayoría de sus colectivos se pueden identificar por contar con el dibujo de una abeja gigante en el costado de sus unidades, como ocurre en los casos de las líneas 28, 5, 117 o 101.
D.O.T.A. también tiene un pie en el negocio de las terminales de colectivos, ya que controla a la firma Megacar, que es el representante oficial en la Argentina de la compañía brasileña Industria Agrale, lider en venta de vehículos para el transporte de pasajeros.
Según informaron a este medio los propios trabajadores, actualmente sólo la linea 60 cuenta con 340 colectivos y cobra al rededor de 100 mil pesos al mes de subsidio del Estado por cada uno.
Al cierre de esta edición los trabajadores de todos los turnos continúan en asamblea permamente, inamovibles de las cabeceras. Iván Iza, delegado de la comisión interna gremial concluyó: “La empresa nos dice que los colectivos van a salir a media mañana. Tal vez sea cierto, pero eso resuelve solamente lo penal. En cuanto a lo gremial, es decir, los 47 despidos del sábado más otros cuatro que veníamos reclamando hace tiempo no se han resuelto. La lucha sigue compañeros.”