Columna de organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos en la 30° marcha del apagón
Por Bárbara Komarovsky. El viernes último, la Cámara Federal de Salta confirmó el procesamiento de Carlos Blaquier y Alberto Lemos por el delito de privación ilegítima de la libertad en perjuicio de tres ex trabajadores de Ledesma. Casi un mes después de la marcha número 30 por la noche del apagón.
Por unanimidad, la Cámara Federal de Salta confirmó el viernes el procesamiento del presidente de Ledesma S.A Carlos Pedro Tadeo Blaquier y del ex Administrador del Ingenio Alberto Enrique Lemos, por considerarlos responsables del delito de privación ilegítima de la libertad en perjuicio del ex intendente de Libertador General San Martín Luis Ramón Aredez (en su primera detención) y de los ex trabajadores de la compañía Omar Claudio Gainza y Carlos Alberto Melián.
En una resolución de 76 carillas, el tribunal confirmó el procesamiento de Blaquier en calidad de “cómplice primario” y de Lemos como “cómplice secundario” al dar por acreditado el “aporte” de “vehículos” con el logotipo de Ledesma que “fueron vistos para detener y trasladar a los detenidos (…) y ello, porque la facilitación de esos automotores tenía concordancia con la operación que se proponían llevar adelante las fuerzas policiales y militares, conforme con la insuficiencia de vehículos propios que exhibían dichas fuerzas de ese lugar”.
Aredez, que había trabajado como médico para Ledesma y luego fue asesor de los sindicatos obreros azucareros y de los obreros y empleados de la empresa, fue secuestrado de su domicilio en Libertador General San Martín el 24 de marzo de 1976 durante la madrugada y fue trasladado en una camioneta blanca de la empresa al igual que Gainza, quien trabajaba como chapista. Melián, quien se había desempeñado como oficial mecánico de Ledesma hasta mayo de 1973 y para 1976 era Secretario General del Gremio de Agua y Energía de Jujuy y candidato a diputado, fue secuestrado el 9 de abril de ese año en su domicilio.
Los tres hombres, de 24, 37 y 46 años, estuvieron detenidos en distintas comisarías y penales de la provincia de Jujuy hasta el 7 de octubre de 1976, día en que los trasladaron junto con otros secuestrados en avión hasta la ciudad de La Plata, donde fueron alojados en la cárcel. Arédez fue liberado en el mes de marzo de 1977 y regresó a Jujuy, donde fue secuestrado nuevamente en mayo y permanece desaparecido desde entonces. Gainza y Melián, en tanto, recuperaron su libertad en agosto de ese año.
Si bien el procesamiento que se acaba de confirmar es por tres secuestros ocurridos en marzo de 1976, Blaquier y Lemos también están procesados por el juez federal Fernando Poviña en la causa “Burgos” por la privación ilegítima de la libertad de 26 personas en los episodios conocidos como “la noche del apagón”, una sucesión de jornadas entre el 20 y el 27 de julio de 1976 que culminaron con la detención de más de 400 estudiantes, activistas sindicales y políticos en las localidades de Calilegua, Libertador General San Martín y El Talar, de los cuales más de 30 permanecen desaparecidos.
Durante una semana, fuerzas conjuntas de la policía provincial, federal, efectivos de Gendarmería Nacional y del Ejército cortaron intermitentemente la luz para facilitar las detenciones. El magistrado dio por probado que Ledesma aportó la infraestructura necesaria para llevar a cabo los secuestros de los hombres y mujeres que eran alojados en la Comisaría 41 de Calilegua, en la 21 ubicada en el interior del Ingenio, y en la sede de Gendarmería Nacional, además de utilizarse galpones de la empresa. Esos espacios fueron señalizados en julio de 2012 por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, pero días más tarde los carteles fueron robados y aparecieron dentro de la Comisaría que se encuentra en Ledesma.
Desde el inicio del proceso judicial, Blaquier y los altos directivos de Ledesma intentaron dividir las aguas en una sociedad cuyo tejido productivo está indisolublemente ligado a la compañía agroindustrial -que se dedica a la producción de azúcar, alcohol, bioetanol, jarabes, almidones, papel, productos de librería, papeles encapados, jugos, frutas, cereales y carnes y en su página Web asegura haber tenido, entre 2011 y 2012, “ventas netas” por 3.600 millones de pesos- e impulsaron marchas en las que participaron “madres y esposas de empleados de Ledesma” y “abrazos” a la empresa.
El clima tenso era palpable en la ruta 34, por donde pasó la multitudinaria movilización que partió el jueves 25 de julio último desde Calilegua a Libertador General San Martín para conmemorar los 37 años de la noche del apagón y los 30 de la primera marcha, que encabezó Olga Márquez, la viuda de Arédez, casi en soledad.
La marcha fue encabezada por Nora Cortiñas y los hijos de Olga y Luis Arédez, junto a ex detenidos desaparecidos y miembros de la agrupación HIJOS y de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) ligada en Jujuy al histórico dirigente Carlos “Perro” Santillán, una nutrida columna de la CTA, y otra, más numerosa, de la Tupac Amarú.
Unas cincuenta mil personas recorrieron los 6 kilómetros que separan las dos ciudades, bordeando los ingenios y las plantas procesadoras de Ledesma. Los más experimentados agradecían que el sol hubiera desplazado el olor a bagazo, una sustancia tóxica que emana de la caña de azúcar. En la ruta, como atajándose, un cartel con el logotipo de la empresa publicitaba los planes de vivienda que la compañía tiene para sus trabajadores, una prueba más de la ligazón de la ciudad con la empresa de los Blaquier.
Blaquier y los altos directivos de Ledesma intentaron instalar desde el inicio del proceso judicial el fantasma de la destrucción de los puestos de trabajo. Conscientes de la fuerza de ese argumento, tanto Milagro Sala, referente de la Tupac Amarú como Hugo Condorí, ex dirigente sindical y sobreviviente de la “noche del apagón”, así como las autoridades nacionales que llegaron hasta Libertador General San Martín, enfatizaron que las marchas se hacen por la justicia y contra la impunidad y no que no hay una intención de afectar las fuentes laborales.
En ese sentido, Condorí, ex presidente de la obra social del sindicato de empleados del azúcar, alertó sobre la reducción de empleos que viene implementando sistemáticamente Ledesma -la compañía dice emplear 7.700 personas pero el ex dirigente afirma que son menos de 4.000 y que para inicios de 1976 había más de 12.000 trabajadores-. Nuevos métodos, prácticas semejantes.