Por Carla Perelló. Una nutrida caravana recorrió el trayecto desde Parque Rivadavia hasta Congreso por Avenida Rivadavia en rechazo del proyecto por la baja de edad de imputabilidad y punibilidad.
Cerca del mediodía, antes de comenzar la caravana, un grupo de chicos con pecheras verdes entraba en calor con bombos y redoblantes que resonaron sobre una de las veredas de Parque Rivadavia. Minutos después, cortaron la avenida homónima y alzaron letras grandes de colores: “No a la baja”. Con esa consigna en alto, organizaciones sociales de diversos puntos de la Ciudad y de la provincia de Buenos Aires repudiaron que el debate sobre las políticas de “seguridad” giren en torno de la niñez y los adolescentes.
“Cuando algunos piden a gritos seguridad, las fuerzas políticas hegemónicas responden con proyectos de baja de la edad de imputabilidad para los pibes y pibas más pobres, como solución mágica, sabiendo que eso no dará respuestas reales”, exclamaron ante el Congreso nacional, donde culminó la marcha.
El viento fresco no apichona a los presentes, todos se mueven, preparan carteles o se pintan la cara para luego recorrer unas cuarenta cuadras por el centro porteño. La movilización tiene su razón de ser en el debate que despertó, una vez más, en el marco de las elecciones. En esta ocasión, hace casi un mes, el portador de la propuesta fue el principal candidato a diputado por el Frente para la Victoria, Martín Insaurralde.
“La gente compra el discurso de que la inseguridad proviene de los chicos porque es un tema que está muy instalado en los medios de comunicación que a veces presumen que hubo pibes involucrados en un robo sin saber si es cierto y después no aclaran”, explicó a Marcha Estela Rojas entre niños que corrían de un lado a otro. La referente social del centro de día Chicos del Sur de Villa Fiorito, Lomas de Zamora, es parte de las organizadoras e integrante del espacio Encuentro Niñez y Territorio, quienes convocaron.
Desde Parque Rivadavia partieron una decena de micros escolares al mando de un carro pintado también con consignas que referían a la convocatoria.
Ana Zardain, de 17 años, integrante de la organización lomense El Palomar explicó a Marcha: “No es solución mandar a un pibe preso. Un pibe que cae porque robó hay que preguntarle por qué lo hizo, ver cuál es su situación y la de la familia. Es difícil dejarte ayudar, pero no pasa sólo por él el problema. Hay que fijarse qué hay atrás”.
En ese espacio del sur del Gran Buenos Aires trabajan con chicos con problemas de adicción, algunos de ellos en situación penal. Gladys Madeddu, socioterapeuta del lugar, dio una pauta sobre el eje a mantener en contraposición a la propuesta de la institucionalización de la niñez y la adolescencia: “Hay que implementar estrategias para que los pibes puedan apoderarse de sí mismos para que entiendan que son sujetos de derecho y tengan una mirada reparadora hacia lo que han hecho”. Difretente es el panorama que, planteó, existe en los institutos de menores, donde consideró que “no acompañan a nadie, de entrada son maltratados. Nadie se pregunta desde cuándo se están vulnerando los derechos de ese chico de 14 o 16 años”.
El escenario móvil se tambaleaba. Malabaristas de Portal del Sol, que llegaron desde Virrey del Pino, chicos de una murga, entre otros, bailaban y muevían banderas de un lado al otro. Salieron globos por las ventanas de los micros, que estaban repletos de chicos. A los costados, caminando rápido, los más grandes de la movilización se encargaron de prender los fuegos artificiales que retumbaron entre los edificios. La gente que miraba desde los balcones aplaudió o saludó.
En el trayecto por Bernardo de Irigoyen un “trapito” materializó la victimización de los chicos: “Qué no vas a salir chorro vos…”. Ezequiel Cativa, integrante de la organización Ruca Hueney, de General Rodríguez, se indignó: “¿Cómo vas a pensar eso? Si pensás que naciste chorro ya no tenés nada que hacer”, dijo.
Desde el Encuentro Territorio y Niñez, además, dieron cuenta de que la premisa alzada por los medios de comunicación se basa sobre datos falsos, ya que según el informe sobre el funcionamiento de la Justicia de Menores en la Provincia de Buenos Aires 2003-2012, “las causas por delitos contra la propiedad, han descendido, y también los homicidios”.
Unas tantas cuadras más tarde la caravana ingresó a la Plaza de los dos Congresos por Avenida de Mayo. Los micros frenaron y una bandada de chicos se desparramó por la calle. Acomodados todos en su lugar, con las caras pintadas de colores, las banderas flameando y las marionetas bailando, la marcha comenzó hasta el frente del Congreso nacional. Entre los que participan también está el Frente Popular Darío Santillán (FPDS). “Nosotros consideramos que hay que tener un proyecto integral que vaya a fondo que apunte a la recreación, capacitación, educación e integración cultural de los pibes”, sostuvo Norberto Benítez en representación del FPDS-Lomas de Zamora.
Ya ante el Palacio Legislativo, los chicos vistieron las rejas con dibujos y las llenaron de premisas que respondían a la premisa del encuentro. “Derecho a no ser maltratado” y “no a la venta de paco”, se leía en las cartulinas de colores entre los dibujos.
En total unas 15 organizaciones participaron, pero muchas más adhirieron al comunicado que se leyó. “Se está usando a los pibes y pibas de chivo expiatorio” porque “esconden y llenan de impunidad a los dueños del negocio del delito y la seguridad”, denunciaron y explicaron que “se trata de adultos vinculados a distintos dispositivos de poder, que los utilizan como rehenes en los circuitos delictivos”.
“Soy Juan, de Che Pibe, Fiorito”, se presentó desde lo alto del escenario uno de los más bajitos de la movilización. Y aclaró un poco más el panorama: “Quería decir que la baja de la edad de imputabilidad no resuelve la inseguridad. Hay que arreglarla abrazando a los chicos, no encerrándolos”.