En el mes de diciembre comenzó el primer ciclo de diálogos entre el gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el marco del proceso de paz. A casi dos meses de su inicio, compartimos un repaso por los principales ejes acordados y los desafíos que restan afrontar para que la paz en Colombia sea una realidad.
Por Danna Urdaneta
Del 17 al 21 de enero la Mesa de Diálogos del gobierno colombiano y el ELN tuvo una reunión de urgencia en el Hotel Eurobuilding de la Gran Caracas en Venezuela para resolver la crisis generada a partir del anuncio y decreto del cese al fuego bilateral por seis meses realizado por el presidente Gustavo Petro el 31 de diciembre de 2022, el cual no fue acordado durante el primer ciclo del proceso de paz. El éxito de esta reunión estuvo acompañado de la consolidación de las relaciones económicas, comerciales y de inversión entre Colombia y Venezuela, así como la negociación de un acuerdo de protección de inversiones, según comunicado oficial del 20 de enero del gobierno venezolano.
¿Cómo fue el anuncio del cese al fuego bilateral?
En este anuncio firmado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, fueron incluidas las guerrillas del ELN y la Segunda Marquetalia, los grupos paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada y el Estado Mayor Central de las FARC-EP que no se acogieron al proceso de paz. Este último grupo, al menos en el departamento de Arauca, frontera con Venezuela, está comprobado que no son “disidencias”, sino paramilitares aliados con sectores del Estado colombiano y las Brigadas de Asistencia a las Fuerzas de Seguridad (SFAB por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Un cese al fuego bilateral se hace mediante un acuerdo de dos partes en conflicto para la suspensión de hostilidades por un periodo de tiempo sin que esto signifique que sea un cese definitivo. El cese al fuego bilateral no contempla una entrega de armas o una desmovilización, es decir, los combatientes las mantienen en su poder. El cese al fuego bilateral no fue pactado por las partes en este proceso de paz y por esto la guerrilla enfatizó que no la compromete algo que no fue discutido con ella, sin embargo, recibía el anuncio como una propuesta a debatir en el segundo ciclo a realizar en México el 13 de febrero.
Debate entre el gobierno colombiano y el ELN
Durante las primeras dos semanas de enero Otty Patiño, jefe de la delegación de paz del gobierno colombiano; el alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, asesor de la presidencia de la República de Colombia en asuntos de paz; Iván Cepeda Castro, presidente de la Comisión de Paz del Congreso colombiano, y otros insistieron mediante entrevistas y comunicados que el anuncio y el decreto de Gustavo Petro para un cese al fuego bilateral era una propuesta en respuesta al clamor de las comunidades. Igualmente el Comando Central del ELN respondió a todo esto con un comunicado donde declararon una crisis en la Mesa de Diálogos porque no se respetó el principio de bilateralidad.
Así inició 2023 en Colombia, con muchas noticias y debate nacional alrededor de este hecho donde, en últimas, Patiño le dio la razón al ELN al aceptar en varias entrevistas que el cese al fuego bilateral no fue acordado. Sin embargo, en la rueda de prensa del 12 de diciembre por el fin del primer ciclo tanto Pablo Beltrán, jefe de la delegación de diálogos del ELN, como Otty Patiño, dijeron que tenían ideas comunes sobre el cese al fuego bilateral, que no estuvo en la agenda del primer ciclo, pero que sí hay intenciones de desescalar el conflicto en las zonas de alivios humanitarios pactadas (Bajo Calima en el departamento de Valle del Cauca y Medio San Juan en el departamento de Chocó).
En medio de este debate el 7 de enero Gustavo Petro visitó de manera fugaz por tres horas al presidente Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores de Caracas junto con el canciller Álvaro Leyva, el embajador en Bélgica, Jorge Rojas, y el embajador en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo. En la reunión estuvo presente el garante por Venezuela para este proceso de paz, el general (r) Carlos Eduardo Martínez Mendoza. El primer punto de la declaración conjunta de los presidentes fue el compromiso de Venezuela con el cese al fuego bilateral, es decir, quedó más que claro que la Mesa de Diálogos con el ELN está en medio de la negociación Estados Unidos-Colombia para el programa de Petro y la negociación Estados Unidos-Venezuela para aliviar las medidas coercitivas unilaterales.
Posteriormente, el 12 de enero Gustavo Petro escribió en Twitter que al ELN le quedaba: “O el camino del padre Camilo Torres Restrepo o el camino de Pablo Escobar”, cuando ambos tuvieron muertes tempranas a manos del Estado colombiano y desaparecieron el cadáver del cura guerrillero. A lo que el primer comandante del ELN, Antonio García, respondió el 14 de enero: “somos de liberación o muerte”, aludiendo al lema insurgente.
Asimismo, el 17 de enero la delegación de diálogos del ELN le respondió a Roy Barreras, presidente del Congreso de la República de Colombia, recordando que en 2020 le entregaron una carta pública dirigida al Departamento de Estado, a la Fiscalía Federal de Estados Unidos y al gobierno colombiano. Con idéntico contenido en 2021 el ELN dirigió otra carta a la Presidenta de la Comisión Global de Política de Drogas proponiendo “conformar una Comisión Internacional para que verifique sobre el terreno, si el ELN tiene cultivos, laboratorios, infraestructuras o rutas para el narcotráfico, o si tiene negocios con precursores químicos usados en la producción de cocaína”.
Deudas de género y lecciones aprendidas de la crisis
A pesar de que el 25 de noviembre la Oficina del Alto Comisionado para la Paz anunció la incorporación de cuatro mujeres a la delegación de paz del gobierno colombiano, queda pendiente una deuda en materia de género en esta Mesa de Diálogos. No sería suficiente con que la delegación de diálogos del ELN para el segundo ciclo sea paritaria si, de todas formas, en las vocerías mediáticas de las ruedas de prensa de inicio y fin de ciclo, así como la rueda de prensa por la reunión de urgencia, las vocerías siguen siendo las de Otty Patiño y Pablo Beltrán. Al respecto el copresidencialismo en Kobane del Kurdistán deja importantes lecciones de cómo las direcciones de espacios políticos también pueden ser paritarias.
Por otro lado, sin necesidad de profundizar más en el debate nacional desatado a partir de los hechos mencionados alrededor del cese al fuego bilateral, la reunión de urgencia puso en discusión varios principios y lecciones de cara a la historia de los procesos de paz en América Latina y el mundo:
- Los acuerdos son para cumplirlos.
- La confidencialidad y bilateralidad.
- Carácter político del proceso (no de reconocimiento penal o sometimiento) y reconocimiento mutuo.
- Confianza y buena fe de las partes.
- La urgencia de activar la Subcomisión de Comunicación para la Paz anunciada en el Primer Acuerdo de Waraira Repano y que ya el 23 de noviembre existía.
- Hay un escenario nacional e internacional favorable para el cese al fuego bilateral, pese al obstáculo del paramilitarismo.
- La urgencia de apagar la política de micrófono.
- El diálogo no es imposición y lo que no se discute y acuerda en la Mesa no compromete a las partes.
- La importancia de los países garantes como testigos y depositarios de los acuerdos y su deber de exigir a las partes su cumplimiento, aclarar las crisis y encontrarle solución.
- La necesidad de que la delegación del gobierno colombiano unifique criterios, jerarquías y discurso a la hora de tramitar crisis en la Mesa (si Otty Patiño, quien es el jefe, no da declaraciones a la prensa durante la reunión de urgencia, tampoco debe hacerlo José Félix Lafaurie del Centro Democrático.
Llama la atención que en la rueda de prensa dada Otty Patiño se refirió a la “crisis” generada luego de que estas semanas desestimaron e incluso negaron este término usado por el Comando Central del ELN y su primer comandante, Antonio García, para minimizar los reclamos del ELN frente a lo que fue un claro error de Gustavo Petro y su delegación de paz. Al mismo tiempo Pablo Beltrán se refirió a la denominada “crisis” como un “incidente”. Estos ejemplos hablan de la sincronía, empatía, respeto, compromiso y voluntad que lograron las partes en los cuatro días de reunión de emergencia donde se restableció la confianza.
Agenda del segundo ciclo
Para el segundo ciclo del proceso de paz el primer punto que se discutirá será la participación de la sociedad en la Mesa de Diálogos para que sea ella misma aporte el diagnóstico, demandas y soluciones a la problemática social y política de las zonas en conflicto donde está presente el ELN. En este punto, desde luego, entrará el problema del paramilitarismo como una política de Estado y la urgencia de su desmonte como una demanda de las comunidades. El segundo punto de la agenda será el cese al fuego bilateral donde las partes acordarán los protocolos junto a países garantes e instancias acompañantes como la ONU, la Conferencia Episcopal y el Consejo Mundial de Iglesias. Sin embargo, hay que ser prudentes y realistas y no esperar que en un solo ciclo se pueda lograr un acuerdo con respecto a estos protocolos.
Primera Caravana Humanitaria de la Mesa de Diálogos
En el segundo ciclo también se hará una evaluación de los acuerdos y la implementación alcanzada hasta la fecha. En este punto se tramitarán los informes de ambas delegaciones en la Caravana Humanitaria que partió de la ciudad de Cali, departamento del Valle del Cauca, para por el Bajo Calima y Medio San Juan en el departamento de Chocó al encuentro con las comunidades en zonas de conflicto y pueblos fantasmas completamente desplazados por la guerra.
Carlos Rosero, Horacio Guerrero, la periodista Mabel Lara y la lideresa indígena Dayana Domicó representan a la delegación de paz del gobierno colombiano y Juan Carlos Cuellar y Jairo Arrigis Guenis, recientemente excarcelados, son los gestores de paz de la delegación de diálogos del ELN designados por ley para llevar a los territorios los acuerdos alcanzados en la Mesa de Diálogos junto con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz de La Presidencia de la República de Colombia.
Uno de los acuerdos sobre la Caravana era que iría sin escolta armada de la Policía o del Ejército de Colombia. Sin embargo, en al menos dos puntos del trayecto se encontraron con una violación de este protocolo cuando el Ejército se encontraba en el perímetro de su trayecto y les tomó fotografías a las más de 80 personas que integraban esta primera acción humanitaria. A pesar del reclamo de la delegación del gobierno su respuesta fue el desconocimiento de los protocolos pactados.
La Caravana Humanitaria es la primera acción fruto de la Mesa de Diálogos, la cual solo llevará las demandas de las comunidades. Los territorios recorridos están azotados hasta la muerte por los combates entre el Estado colombiano en alianza con los paramilitares de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia para desterrar al tejido social que se opone al despojo y con ello aniquilar al ELN.
Retardos en excarcelaciones para prisioneros políticos
Siguen ocho prisioneros políticos del ELN con enfermedades crónicas y terminales sin atención médica, cuando esta fue una liberación acordada con el gobierno colombiano. Tampoco han sido liberados dos gestores de paz adicionales designados de común acuerdo por las partes para participar en este proceso de paz. De cumplirse con el acuerdo de las liberaciones serían cuatro gestores de paz hombres y una gestora de paz mujer (Violeta Arango Ramírez), quedando pendiente aplicar la paridad de género para que excarcelen a otras prisioneras políticas antiguas del ELN y cumplan la función de gestoras de paz del proceso en curso.
Del estallido social más prolongado en la historia colombiana, el cual inició el 28 de abril de 2021 y se prolongó por varios meses contra el gobierno de Iván Duque, no ha sido liberada la totalidad de las siete personas designadas como voceras de paz, sobre quienes el presidente Gustavo Petro prometió que las siete personas pasarían año nuevo en sus hogares.