Por Mario Hernández. El Gobierno porteño inicia una vez más un procesamiento a referentes sociales. Ayer comenzó el juicio en la denominada “causa Metrobus” contra Mariano Skliar y Humberto Rodríguez, representantes gremiales de ATE Capital.
Dialogamos con el Delegado General de la Junta Interna de Promoción Social de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) de la Ciudad de Buenos Aires, Mariano Skliar, sobre la causa que el Gobierno porteño presentó contra él y Humberto Rodríguez, Secretario General Adjunto de ATE Capital. Ambos fueron acusados bajo el artículo 68 del Código Contravencional por “interrupción u obstaculización del tránsito”, a raíz de una movilización que se realizó en agosto de 2013 en pedido de mejoras en las condiciones laborales de más de dos mil trabajadores estatales. En un comunicado de prensa de la Junta Interna de Promoción Social, denunciaron que el Gobierno porteño los procesa “por ser referentes de la lucha contra la precarización laboral en la Ciudad”.
El juicio conocido como “causa Metrobus” contra los representantes gremiales, comenzó el día de ayer y se extenderá hasta el 11 de noviembre en el Juzgado Contravencional Nº10, a cargo del Dr. Gabriel Eduardo Vega.
Es así que el accionar del gobierno de Mauricio Macri, lejos de avanzar en procesos de reconocimiento de demandas tales como la apertura de espacios de negociación de paritarias salariales y la gestión de soluciones ante la precarización de los puestos y los espacios de trabajo, consolida el modelo de judicialización de reclamos legítimos.
-¿De qué se los acusa?
-Se nos acusa por el artículo 68 del Código Contravencional por interrumpir u obstaculizar el tránsito. El motivo jurídico ha sido un trabajo absurdo que ha hecho la fiscalía planteando que los delegados y dirigentes gremiales somos contraventores y entorpecedores del libre tránsito, cuando en realidad están llevando adelante una causa armada, trucha y nula para intentar disciplinar y perseguir a referentes de protestas legítimas.
En el caso de los trabajadores estatales de la CABA en una asamblea, haciendo uso del derecho de huelga, a la libre expresión y la protesta, ese día decidimos hacer una movilización que, obviamente, fue por las calles de la Ciudad, con la particularidad que en esa ocasión el propio Ministro de Hacienda, Néstor Grindetti y el paritario central José Orlanián, nos convocaron a una mesa de negociación que aceptamos y por eso desconcentramos inmediatamente.
Llegamos a un acuerdo para un aumento de emergencia que benefició a dos mil compañeros y compañeras contratados. Sin embargo, a la semana siguiente nos llegó un oficio notificándonos que estábamos imputados en esta causa.
-¿Qué reclamo motivó la movilización?
-El reclamo sigue vigente hasta el día de hoy porque desde 2007, cuando se dio el último pase a planta permanente en el gobierno de la CABA para trabajadores precarizados, prácticamente no hubo nuevos movimientos. De hecho la situación se ha agudizado porque todos los trabajadores ingresan bajo formas de contrato precarias, que llegan al nivel de fraude laboral, contratados por ONG´S fantasmas, sin tarea social real que en lo concreto significa la realización de las mismas tareas de los trabajadores permanentes.
En ese momento exigimos el pase a planta permanente para los dos mil precarizados del ministerio de Desarrollo Social, un aumento de emergencia y también para los que revistamos en planta permanente, el reconocimiento de nuestras funciones y la adecuación del plus ministerial (una suma que cobramos específicamente por la tarea social que desarrollamos y estaba congelado desde hacía cinco años). Todo eso sigue vigente, porque la precarización es fuertísima.
-Recientemente se logró la absolución de los luchadores sociales, Diosnel Pérez y el “Tano” Nardulli acusados por el Gobierno porteño como instigadores de la toma del Parque Indoamericano. En este caso, ha habido una suerte de ensañamiento porque esta es la tercera absolución en la causa que se les pretende seguir a ambos por la toma. Pero hay otros casos en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, como es el del Hospital Borda, donde todos vieron la salvaje represión policial y sin embargo, los únicos procesados son los trabajadores de ATE.
– Así es, se trata de ocho dirigentes y militantes de ATE de distintas dependencias.
-Otro caso similar es el de los trabajadores del Teatro Colón.
-Exacto, el compañero Pastor Mora que está despedido.
-O sea que se ha transformado en una costumbre el accionar del macrismo en torno a la persecución judicial de los representantes gremiales.
-Te quiero completar con un caso muy ilustrativo. La semana antepasada llegamos a un caso de absolución de una compañera que roza la ridiculez. Ese afán persecutorio lo acerca a esos niveles. Máxima Parra Vera, Delegada General del Hospital Tornú, el año pasado escribió en una cartelera la convocatoria a una asamblea. El Director del Hospital no solo intentó abrirle un sumario administrativo sino que además, la denunció a la justicia. El macrismo respondió con un juicio oral y público contravencional por escribir con un fibrón en la pared. Obviamente, fue absuelta.
Teniendo en cuenta el estado de los hospitales en la CABA, desmantelados por dentro aunque estén pintados de amarillo sus frentes, con gráfica novedosa que informa los números de teléfono para pedir turnos con profesionales que están totalmente desbordados, no dejan de ser hospitales absolutamente abandonados. El dinero que ha gastado la justicia de la Ciudad de Buenos Aires, las horas-hombre que se destinan a investigar a una delegada por escribir con un fibrón en la pared, es una falta de respeto a todos los pacientes y ciudadanos de la CABA.
Nuestro caso no escapa la regla. Es parecido al de Diosnel y el “Tano”, con la diferencia que en este último hubo tres muertos sin ningún culpable político ni material procesado por esos hechos y a pesar que la Ley 1770 de urbanización de la Villa 20 tiene ya diez años de vigencia, no se ha construido una sola vivienda.
A nosotros nos investigaron excesivamente para demostrar simplemente que somos delegados y que estábamos a la cabeza de una protesta. Sin embargo, los trabajadores siguen estando precarizados y las políticas públicas sociales siguen siendo enteramente precarias, desfocalizadas y desde la emergencia no promocionan ni aseguran en absoluto los derechos de los pibes, las mujeres y los hombres de esta ciudad.