A mediados de febrero en Colombia se volvieron a escuchar los primeros rumores de una reforma tributaria, ¿Cómo era posible que el presidente del actual gobierno la propusiera, si en su campaña lo primero que había prometido era que no iba a desarrollar ninguna? Pues el hijo del Centro democrático, empezaba a consultar con los poderosos una reforma a espaldas de su pueblo, mientras era socializado con las familias poderosas para que ellos dieran su visto bueno a este adefesio.
Por Lisbeth Montaña
La injusta reforma fue discutida con esos mismos que se han beneficiado de los recursos públicos en esta pandemia, esos mismos que han desviado los recursos del Estado para financiar sus emporios bancarios y grandes empresas, mientras la gran mayoría del país se sumía en situación de extrema pobreza 42,6%. De los pocos negocios con los que la gente ha sabido levantarse ante la ausencia del Estado fueron cerrando, 3 millones de empleados/as -en su mayoría tercerizados/as- fueron echados a la calle sin garantías mínimas, pues al no estar organizados/as en sindicatos, nadie respondía por sus derechos.
Las políticas públicas totalmente ausentes y el gobierno de turno jugando al bueno con algunos subsidios para los sectores más empobrecidos, demeritando la discusión y la necesidad de instaurar una renta básica universal que beneficiaria a 7,4 millones de familias o 30 millones de personas. Sin embargo, como era de esperar, el debate fue archivado.
La reforma tributaria se presentó en una rueda de prensa el pasado 14 de abril, todo el documento es un evidente golpe a la economía de los sectores populares y la mal llamada clase media, en los cuales se evidencia los siguientes cambios:
- Aumento y cobro de impuestos a la clase media: Todas las personas que ganan a partir de los 1080 USD mensuales, en 2023 sería a partir de los $781 USD; y en 2024 a partir de los $673 USD mensuales
- Impuestos a los servicios públicos del 19%
- Cobro de impuestos a los productos y alimentos básicos de consumo
- Aumento del precio de los combustibles: esto implica, necesariamente, un aumento al servicio transporte público
- Desfinanciación al sector cultural
- Congelamiento de los salarios de las y los empleados públicos por dos años
- Instauración de peajes internos dentro de la ciudades
- Aumento de impuesto a la pensiones
- Impuestos a los servicios funerarios
La excusa del gobierno para proponer esta reforma se centra en que para al año 2021 y 2022 es necesario recaudar 23,4 billones de pesos para poder cubrir los gastos que ha generado. Sin embargo, tras los hechos que se han podido evidenciar, es que el gobierno actual ha utilizado los recursos público para seguir ampliando su arsenal de guerra, ya que en medio de esta pandemia pretendía comprar 24 aviones caza de referencia F-16 Bloque 70, a un precio de 14 billones de pesos, casi la mitad del presupuesto de lo que hoy el gobierno está intentando arrebatarle a la clases más empobrecidas a través de impuestos y reformas.
Entre 2019 y 2020 Colombia fue el país el segundo con mayor gasto militar en América Latina, lo que muestra esta cifra es que el afán de intensificación de la guerra es la prioridad sigue siendo la tarea más importante de este gobierno. En distinta regiones del país, tal como se han escrito en otros artículos, el conflicto armado se ha intensificado en forma indiscriminada. El último asesinato se dió el día 20 de abril en la región del cauca donde sicarios, cegaron la vida de Sandra Liliana Peña Chocué, una líder indígena que por años había luchado por abrir espacios de participación para las mujer a la vez que había resistido a la guerra. En su funeral, con la indignación de la guardia indígena que se encontraba, a su vez, en medio de un proceso llamado Minga hacia adentro[1], decidieron ir a buscar a esos que la habían asesinado: fueron 33 las personas heridas porque los asesinos de Sandra Liliana empezaron a disparar en retaliación a los y las indígenas organizados,. Sin embargo, 23 de ellos fueron detenidos y juzgados por la justicia indígena que les permite su autonomía como pueblos indígena, ya que las justicia del Estado nunca brinda resultados.
El 28 de abril, la sociedad colombiana salió a las calles masivamente, el día anterior a través de una sentencia de la corte pretendía coartar el libre derechos de los pueblos a protestar, nunca se había visto tal despropósito y esa fue la gasolina que le faltaba a este incendio. La gente salió con más fuerza, todos los sectores de la sociedad, desde los mismo votantes de este actual gobernante hasta los críticos y rebeldes a este estatus. salieron a las calles desde la madrugada ya se empezaban a dar el derrumbamiento de monumentos de esclavizadores como la masiva salida de la gente a las calles con apuesta culturales, con carteles para hacerse sentir.
La situaciones de violencia, esta vez, no se podían controlar ¿Qué puede ser más violento que un gobierno obligue a ciudadanos y ciudadanas a marchar en medio de una pandemia para que no nos meta una reforma? Antes de morir arrodillados, como aplica la sentencia la gente prefirió salir y exponerse a cualquier contagio pero no sin antes mostrarle a este gobierno lo equivocado que está y lo alejado que se encuentra de la realidad del pueblo colombiano.
El escenario de la calle se convirtió al mediodía en un escenario confrontativo y las caras de quienes estaban a esa hora en el enfrentamiento con la policía, eran las caras de las y los jóvenes esos mismos que sienten que no hay futuro en un país como este, quienes están encerrados, desempleados, en situación de pobreza, las y los ignorados, olvidados y que en la oscura realidad a donde los arrinconan esta actual situación económica, aguarda la rabia de un pueblo enardecido. Ayer no importaba nada, la humanidad de muchas y muchos de ellos estaba puesta en primera línea, tratando de no dejar perder lo único que le queda a este pueblo colombiano: la dignidad. La rabia, la indignación terminó de hacerse sentir en la noche, ya que el día culminó con un cacerolazo eterno en miles de barrios de las ciudades principales, esperemos que este sea el campanazo final que haga retroceder estas reformas de la miseria.
[1] ver: https://www.colombiainforma.info/que-es-la-minga-indigena-hacia-adentro/