Claudia de La Cruz del Proyecto de educación popular y del Foro del pueblo de Nueva York analiza el racismo sistémico en el país y habla sobre las demandas de los manifestantes.
Por Peoples Dispatch | Foto: Matt Rourke | Traduccion: Ivan Barrera
Protestas y manifestaciones han estallado en todo Estados Unidos tras el asesinato de George Floyd el pasado 25 de mayo. George Floyd fue asesinado por un oficial de policía que puso su rodilla en su cuello durante casi nueve minutos. Estas protestas exigen justicia, exigen un cambio sistémico, están exigiendo el fin del racismo policial. Para hablar más sobre esto, tenemos a Claudia de la Cruz del Proyecto de educación popular y del Foro del pueblo de Nueva York.
Entonces, para comenzar con una de las cosas clave que muchas personas mencionan en las calles, es el hecho de que éste definitivamente no es solo un incidente aislado, este no es el caso de un par de manzanas podridas en una estación de policía en una ciudad del país. Este es realmente un problema sistémico, es parte de una serie de asesinatos, de ejecuciones en el pasado y, sin embargo, la tendencia continúa. Hay un gran número de movimientos como también de personas en el poder que han expresado palabras de simpatía. Han hecho llamamientos con lemas vagos para el cambio, pero no ha pasado nada. Entonces, ¿podría hablar un poco sobre los factores sistémicos y cómo juegan en esto, especialmente cuando se trata de la aplicación de la ley?
Claudia de la Cruz: Creo que es sumamente importante entender el problema como algo sistémico. Históricamente cuando hablamos de vigilar, cuando hablamos de la policía y de la militarización, estamos hablando del corazón y las raíces del desarrollo de los Estados Unidos de América. Pensarlo como un caso individual es una pérdida total, no solo para nuestros movimientos, sino en general para nuestra gente. Crea una desventaja en que no entendamos cuán malvado, cuán brutal, cuán demoníaco puede ser el sistema a la hora de proteger el capital, proteger la propiedad y proteger a la élite.
Hemos presenciado el asesinato de cuerpos negros y marrones, de personas pobres, incluidos los blancos pobres, a lo largo de toda la historia de la violencia estatal. Es importante entender que esto es tan estadounidense como el pastel de manzana. Sigue sucediendo. Creo que la diferencia hoy está en que es algo que está siendo documentado y es algo que está siendo presentado para que el mundo lo vea.
Este caso particular de George Floyd provocó mucha indignación porque no es el primero en ser asesinado en medio de una pandemia. Es una de las muchas personas que han sido asesinadas, algunas de las cuales sabemos y otras de las que no. No solo por la fuerza policial, sino también por vigilantes que han sido apoyados por el Estado. Se toman medidas muy suaves -si se ha tomado alguna- para calmar a la gente. Y la gente está harta.
Cuando tienes al presidente de los Estados Unidos hablando de negros, marrones y pobres como villanos. Cuando en Twitter trata al alcalde de Minnesota como débil y dice “Voy a enviar una Guardia Nacional para que se encargue de esto de la manera correcta ”, se puede ver el modo en que los supremacistas blancos abordan el dolor de las personas. Están más preocupados por la quema de edificios que por la muerte de personas. Está claro que la gente de los Estados Unidos, la gente que está en las calles, que está haciendo arder las calles en este momento, está harta. Entienden que no es solo cuestión de los nueve minutos que le tomó a ese policía asfixiar con su rodilla a George Floyd. Está más allá de eso, está más allá de esos nueve minutos, son los cuatrocientos años de violencia estatal.
Usted señaló que ha habido movimientos de protestas o ha habido muchos casos de protestas en el pasado, y la instancia más importante fue después de los asesinatos en Ferguson. Una de las preguntas clave es cómo se desarrollan estas protestas, qué tipo de demandas se presentan. Y todavía en los primeros días, especialmente ayer, vimos las protestas realmente extendiéndose a muchas ciudades de todo el país, así que ahora podría contarnos un poco sobre algunos de los aspectos clave que se están planteando.
Cuando ves las noticias, cuando hablas con la gente en la calle, cuando hablas con personas de las diferentes ciudades, la demanda principal es “una respuesta criminal a acciones criminales” Juzgar de asesinato en tercer grado (homicidio imprudente) no es suficiente para alguien que asesinó a sangre fría. Fue un linchamiento público. Si el sistema penal no se encarga de mantener a los oficiales de policía en el mismo nivel que los ciudadanos normales, esto continuará sucediendo. Históricamente está probado. Estos policías continúan brutalizado y asesinando a nuestra gente y no reciben el mismo trato que alguien que mata a una persona blanca o a un policía. El valor de la vida no es el mismo. Esa es la primera demanda. También hay mucha gente en los movimientos más izquierdistas que piden la abolición de las cárceles y la abolición de la policía. Que exigen una vigilancia comunitaria para que las personas puedan autoprotegerse.
Desafortunadamente existe un alto nivel de desorganización por parte de los movimientos de base y de izquierda en los Estados Unidos. Hay muchas fracciones, está muy fragmentado y, por lo tanto, es muy difícil decir que hay una muy clara demanda política que es unificadora.
Lo que necesitamos aprender de las rebeliones anteriores, de las revueltas anteriores, es cómo nos posicionamos para elevar el grito de nuestra gente de una manera que tenga sentido y avance en la agenda política. Necesitamos gritar “estamos aquí para defender la vida, estamos aquí para defender a la comunidad, estamos aquí desde una perspectiva anticapitalista, desde una perspectiva antiimperialista ”. Hay mucha fragmentación y hay muchas diferencias en términos de cómo concebimos avanzar.
Estamos en un lugar diferente de donde estábamos en Ferguson y Baltimore en 2014. La gente eligió a Obama, sobrevivimos a Obama, sobrevivimos a Ferguson, sobrevivimos a Baltimore, pasamos cuatro años de Trump. Pasamos por la creciente agresión de los Estados Unidos a nivel internacional, el extractivismo, la creciente militarización, el ataque a las poblaciones migrantes. Hemos pasado por todo eso. Ahora estamos en medio de una pandemia global, por lo que estamos en un espacio diferente. La gente se unió en un momento y espacio diferente. Tan es así que hubo más de 15 ciudades que se incendiaron anoche..
Estas revueltas tienen un gran sentido histórico. Estas revueltas son la voz y el idioma de aquellos que están oprimidos. Tenemos el derecho de hacer esto, nuestra ira es justa y es lo que moverá este país. Esta es una gran oportunidad para que podamos avanzar en nuestras conquistas. Tenemos que tener el coraje de caminar codo a codo, de estar en esta lucha y luego aprovechar esta oportunidad para construir las organizaciones de la clase trabajadora que finalmente nos llevarán a otra realidad política y social.
Un desafío clave también será el hecho de que este es un año electoral y existe el riesgo y la tentación de que se enmarque por completo en torno a Trump. Obviamente las declaraciones han sido extremadamente violentas, han sido abusivas, pero este no es realmente un problema de Republicanos contra Demócrata en absoluto.
Tienes toda la razón, no es algo partidario. Tanto los Demócratas como los Republicanos han estado en la Casa Blanca y han sido cómplices en el accionar policial. Definitivamente nuestra reclamas no son partidistas, no hay una posición partidista. Es la posición de la clase dominante, la de aquellos que están allí para proteger y promover las ideologías y las prácticas de una clase dominante la que han convertido este país en una dictadura durante demasiado tiempo.
Es importante recordar que Obama estaba en el poder cuando Mike Brown fue asesinado. Él era un presidente negro, que supuestamente provenía de la organización comunitaria, con padres inmigrantes, con ideas diferentes y que tenía el poder de poner a sus asesinos ante la justicia y no lo hizo. Fue cómplice.
También es importante entender que el movimiento anti-Trump en los Estados Unidos no es homogéneo. Es un movimiento que también lo conforman Demócratas y gente que está a favor del capitalismo y de mantener el status quo. Debemos ser claros en que nuestra lucha contra la brutalidad policial, contra la supremacía blanca, debe estar emparejada y arraigada muy bien en un línea anticapitalista, antiimperialista, anti patriarcal, anti supremacía blanca. Necesitamos ser realmente muy claros, debemos ser realmente muy cuidadosos de que esto no se convierte en un problema partidario.