Por Mario Hernandez Foto Julieta Lopresto Palermo
Desde hace tres años se ejecutan una serie de políticas tendientes a destruir el sistema científico y tecnológico público a través de distintas modalidades.
Llave de defunción para el CONICET
Nuria Giniger y Rocco Carbone, dos investigadores del CONICET e integrantes de Liberación-Corriente de Universidad, Ciencia y Tecnología, calificaron de “cientificidio” los tres años de gobierno de la alianza Cambiemos.
A manera de síntesis, señalaron cinco aspectos del cientificidio en 2018:
- La degradación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT) a Secretaría (SinCyT) “Sin Ciencia y Tecnología”. El sinónimo más visible del cientificidio, que no solo implica la des-jerarquización, Con profundas implicaciones simbólicas que ponen en evidencia la distancia entre el discurso pro-ciencia de la alianza Cambiemos y la acción de desguace del sistema de CyT.
- El desfinanciamiento de los Centros Científico-Tecnológicos (CCT) a través de la sub-ejecución presupuestaria (solo alcanzó al 40 % de lo estipulado) y el aumento inflacionario, particularmente de las tarifas. Las implicaciones son tales que las y los trabajadores de los CCT están aportando de sus propios salarios para pagar las facturas de luz de los institutos en los que trabajan. En respuesta el CONICET planteó como solución que se paguen los gastos con ventas de servicios a terceros.
- La falta de disponibilidad presupuestaria para reuniones científicas anunciadas a fines de diciembre pasado implica que los y las trabajadoras del sistema de CyT “no podremos organizar congresos, jornadas, seminarios, conferencias financiadas por CONICET. Esta decisión implica que no podremos planificar una parte esencial de nuestro trabajo y que estaremos aislados de los debates científicos que se articulan tanto en la región como en el mundo”.
- El desfinanciamiento de subsidios a los proyectos de investigación: esto implica anular de hecho la posibilidad de seguir produciendo conocimiento. Las y los investigadores trabajamos en el seno de equipos de investigación que concursan por subsidios destinados a financiar lo que realizamos. Sin ese dinero no hay producción. Pero no solo no se giran los fondos de los subsidios ya asignados, sino que no se readecuaron a la devaluación. Estas decisiones políticas generan desigualdad, profundizan la meritocracia y el elitismo entre los equipos que consiguen financiamiento externo (de agencias extranjeras o países centrales) y los que no los consiguen. Los equipos que no consiguen financiamientos internacionales trabajan problemas ligados a temas de educación, salud, vivienda, desarrollo productivo y tecnológico, laboral y un largo etcétera. Problemas propios de nuestra región y nuestros pueblos, que no son de interés para las agencias internacionales, por lo cual no sería posible que obtengan recursos para sus investigaciones.
- Las y los trabajadores del sistema científico tecnológico han obtenido un 25 % de aumento salarial anualizado frente a una inflación que se acerca al 50 %. En el caso específico de los y las administrativas y becarias no alcanzan la canasta básica. Esto se suma a la reducción de cupos en becas e ingresos.
Se trata de decisiones políticas que impactan en un éxodo de trabajadores y trabajadoras: “fuga de cerebros”, expulsados del sistema por reducción de cupos (becas e ingresos), aumento de la carga laboral, destrucción de equipos de investigación.
Ciencia argentina en jaque
“La ciencia en Argentina, en general, está en jaque. Y las ciencias experimentales, en particular, están en jaque mate”, disparó el biólogo argentino Federico Ariel en el recibimiento del Premio Estímulo que le entregó la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Graduado en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral, Federico partió a Francia con una beca y en 2014 inauguró el edificio del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (IAL), lo cual prosiguió con su repatriación como investigador del Conicet, al igual que los 1.300 científicos y científicas, durante la década kirchnerista.
“La situación es alarmante. El dinero para instalarme con el grupo de trabajo no llega. De hecho, hay colegas que tuvieron que volver a emigrar, ya los perdimos”, dijo. “Si el dinero no llega pongo plata de mi bolsillo, de mi sueldo. Incluso”, redondeó.
Además, señaló que “si esto no cambia de forma urgente entramos en una parálisis total, porque la ciencia en general está en jaque: hay menos dinero destinado, menos entrada a la carrera de Investigación del CONICET, menos presupuesto en educación y hubo despidos en varias instituciones científicas como el INTA, el INTI, ATUCHA, entre otras”.
“Es una situación muy angustiante porque después nos van a evaluar por un trabajo que no pudimos completar. Y además, se dificulta la generación de conocimiento en el país”, apuntó.
“Hubo dos grandes trampas: se prometió duplicar el presupuesto en Ciencia y Tecnología en base a uno de los pocos reconocimientos que se hizo del gobierno saliente. Quedaba bien prometer continuidad en ese tema”, señaló y agregó: “Sin embargo, apenas asumió la presidencia, Mauricio Macri comenzó el recorte de la inversión en el sector”.
En cuanto a la otra trampa, destacó que “al asumir la presidencia se sostuvo por un tiempo la inversión en el Ministerio de Ciencia, mientras los recortes empezaron por las demás instituciones científicas. En el discurso, eso no se distinguía. En 2018 se profundizó la crisis del sistema científico por el insostenible atraso de los subsidios de investigación. Hoy tenemos sedes de instituciones científicas que deben millones de pesos de luz y que tienen que trabajar evitando usar el aire acondicionado, equipamientos o las computadoras”.
Ariel ubicó la situación de la ciencia en el contexto geopolítico, al apuntar directamente al plan que el neoliberalismo tiene a nivel mundial para los países periféricos. “El lugar que nos corresponde no es el de generar conocimiento. Como investigadores e investigadoras, no tenemos cabida dentro de este modelo de país que sólo promueve la venta de materias primas, que es la base de un esquema agroexportador. El mundo sólo espera que produzcamos y exportemos materias primas, importando la tecnología de alto valor agregado. Así es el caso de radares, satélites y energía nuclear: los tres campos donde Argentina se estaba haciendo fuerte, ya no reciben las inversiones necesarias”, señaló.
Cambiemos la ley de satélites y perjudicó al ARSAT
El Gobierno de Mauricio Macri a través de un DNU realizó modificaciones en la Ley 27.078, que fuera sancionada en noviembre del 2015, de Desarrollo de la Industria Satelital que perjudicarán al ARSAT.
Hasta el momento la empresa estatal tenía preferencia, a partir del nuevo decreto la gestión macrista ofrece una serie de frecuencias a la compañía privada: Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima AR-SAT”.
La modificación por decreto amplía la oferta para favorecer a también a operadores privados. Así es que el Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM) asignará en forma directa a AR-SAT “las frecuencias que requiera para el cumplimiento de sus fines”. Una vez más el gobierno justifica estas modificaciones para “generar condiciones de competencia y promover el desarrollo regional, al asignar las frecuencias del espectro radioeléctrico para la prestación de Servicios de Comunicaciones Móviles”. Además explicaron que la medida se toma a través del
DNU por “la urgencia que impide aguardar al trámite ordinario de sanción de las leyes” ya que “esperar el trámite legislativo habitual errogaría un importante retraso que obstaculizaría el cumplimiento efectivo de los objetivos de la presente medida”.
Becarios y becarias en apuros
Las autoridades del CONICET incumplieron los acuerdos alcanzados y reafirmados en la Mesa de Becarios y Becarias del 9 de enero, donde se establecía que se abonen las dos cuotas restantes de la paritaria en tiempo y forma (5 % en enero y 5 % en febrero) para las becarias y becarios. La primera cuota del aumento sólo se ha depositado a investigadores e investigadoras, personal administrativo y CPAs.
Esta situación se da en un marco en el que los salarios de los trabajadores y trabajadoras de todos los escalafones se siguen ajustando sin freno. En 2018 se firmó una paritaria estatal que otorgó un aumento del 15 % y dos bonos, teniendo en cuenta que, según datos oficiales del INDEC, la inflación acumulada del año 2018 fue del 47,6 %.
Los becarios y becarias no cobraron automáticamente esta paritaria, sino que recién lo hicieron luego de realizar movilizaciones masivas a nivel nacional y de la toma de varios CCTs. Las y los trabajadores administrativos sufrieron además un recorte aún mayor en sus salarios por la reducción de horas extras y la aplicación de controles biométricos que profundizan la precarización de sus condiciones de trabajo.
“Denunciamos el incumplimiento del compromiso asumido por las autoridades de CONICET y exigimos la liquidación inmediata por planilla complementaria a becarios y becarias del aumento del 5 % que recibió el resto del personal de CONICET a través del acuerdo paritario estatal. A su vez, exigimos la inmediata reapertura de paritarias para discutir una recomposición real del salario para todos los trabajadores y trabajadoras”, señalaron desde ATE CONICET.
Demasiados títulos
ATE Capital denunció que el CONICET rechazó el ingresó a un investigador por estar demasiado capacitado, tal como afirmaron: “a un investigador le denegaron el ingreso a CONICET por sobrecalificación, puesto que es egresado de cuatro carreras de grado, doctor, magister y especialista”.
Este episodio forma parte de una serie de políticas tendientes a destruir el sistema científico y tecnológico público a través de distintas modalidades. Tales como las de reducir drásticamente la cantidad de ingresos a la carrera del investigador científico (CIC), produciendo además un embudo de investigadores que con gran formación van quedando sin empleos; degradación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT) a Secretaría; el desfinanciamiento de los Centros Científico-Tecnológicos (CCT), de las Reuniones Científicas y la sub ejecución del financiamiento de los proyectos de investigación; y los salarios paupérrimos que los trabajadores -especialmente administrativxs y becarixs- percibimos mensualmente.
El caso del “investigador sobre calificado” no es un elemento aislado, ni un error (ni un exceso) sino que parece ser parte de un plan para liquidar la producción de conocimiento crítico científico y tecnológico de nuestro país.
El gobierno de Cambiemos entrega también de esta forma la soberanía nacional, lo que además produce en una nueva oleada de “fuga de cerebros”.
Nuria Giniger y Rocco Carbone concluyen que, “el cientificidio está desplegado desde hace tres años. Lo advertimos en las vísperas de la victoria de la alianza Cambiemos y se llevó a cabo -con gran resistencia” Además alientan a una convocatoria “planificar las acciones de resistencia, respetando nuestras diferencias, para construir una alternativa política unitaria que se proponga un camino emancipador en el 2019”.
Fuentes: APU, ATE, El Litoral, Resumen Latinoamericano.