Por Nadia Fink
Después de las denuncias por violencia de género que recibió Ricardo Centurión, jugador de Boca Juniors, un repaso por las especulaciones y los silencios del Club a días de otra marcha del 3 de junio. Opina la Comisión de Género de la Agrupación Boca es Pueblo.
“Malas noticias en Boca: Centurión aguantó 5 minutos en la práctica y no jugaría contra Independiente”, puede leerse en el portal de TN con fecha de ayer. “De problema en problema. A los escándalos que protagoniza le suma su inestabilidad física”, tituló el diario El Día; “Por el momento, va ganando el ‘no’ para Ricardo Centurión, quien ayer realizó sólo tareas en kinesiología, lo cual parece que lo aleja cada vez más de la posibilidad de jugar el domingo”. En todos los casos, los medios parecen haber olvidado las denuncias por violencia de género contra Ricardo Centurión, y el desgarro que sufrió en el último Súperclásico se expresa como el único inconveniente que genera dudas al entrenador xeneize sobre la presencia del mediocampista.
El 26 de mayo pasado Melisa Tozzi, ex pareja del jugador, radicó una denuncia en Quilmes. Marcelo Javier Goldberg, juez de Garantías nro 3 de esa localidad, imputó a Centurión por amenazas y lesiones graves (“Presentamos toda la artillería de pruebas (…), llevamos audios, el informe pericial y el testimonio de dos personas que fueron testigos de la agresión que sufrió Melina”, aclaró Diego Storto, abogado de la mujer). Además de tener prohibida la salida del país, rige sobre él una restricción perimetral por al menos 6 meses. Así las cosas, los medios comenzaron con la catarata de arsenal que despliegan ante estos casos: sospechas sobre la mujer denunciante, detalles sobre los hechos y, en este caso en particular, el racconto de hechos de “indisciplina” anteriores del jugador. Históricamente, los jugadores “indisciplinados” son los que se llevaron la simpatía de las y los hinchas. Pensemos en el Loco Houseman, en el Burrito Ortega, en Orestes Corbatta o en el Trinche Carlovich: los atorrantes siempre son más cercanos que los que cumplen todas las reglas. Por eso, igualar que Centurión falte a un entrenamiento, conduzca alcoholizado o se escape de las concentraciones con que ejerza violencia física y psicológica contra su pareja es un serio problema en un país donde cada 18 horas una mujer es asesinada.
“Queremos exigirle al Club que desvinculen al jugador”
Lorena es parte de la Comisión de Género de la Agrupación Boca es Pueblo. Nos cuenta que va a la cancha desde los 5 años y que vivió muchas cosas. Que siente, también, mejoras respecto de cómo se perciben las mujeres en las canchas ahora que son muchas más las que copan las tribunas. Por eso, conversaron sobre el caso Centurión dentro de la Comisión de género y, según nos detalla: “Llegamos a la conclusión de que queremos exigirle al club que desvinculen al jugador hasta que la Justicia resuelva”. Pero, a pesar de que insistieron con llamadas y visitas, no hubo respuestas (o, al menos, escucha) de parte de la directiva xeneize.
Sin embargo, no es el único caso que repudian en Boca: “También está tapado el caso de Rossi [Agustín, que el domingo será titular contra Independiente], el arquero de Boca, que en enero de este año también fue denunciado por la novia por violencia de género y no se volvió a hablar del tema”.
Lorena aclara que dentro de la institución existe “Boca Mujer” (“Un espacio de afinidad dentro del Club Atlético Boca Juniors, pensado especialmente para las mujeres y sus comunidades”, leemos en la página web del Club), “pero tampoco vemos un avance en esa comisión, por eso tratamos de exigirlas desde afuera”. Una de esas exigencias es que desaparezcan “Las Boquitas”, las porristas que alientan al equipo; “no queremos que haya mujeres para el entretenimiento del sector masculino durante el entretiempo”, explica Lorena. Pero además, agrega que entre las resoluciones tomadas por la gestión Angelici al frente de la presidencia del Club se encuentra el despido de la entrenadora del equipo de fútbol femenino, Marcela Lesich, que a pesar de ganar ocho títulos recibió un telegrama sin previo aviso. En esa oportunidad, el directivo Orlando Salvestrini escribió en su cuenta de Twitter que el club pensaba que era “mejor un cuerpo técnico masculino”.
De silencios y barrabasadas
La opción de Boca –aún único puntero y con las últimas cuatro fechas por delante– parece ser “desensillar hasta que aclare” y correr el “escándalo Centurión” hasta el final del campeonato, cuando, es muy probable, que terminen por no renovarle el contrato. Así, una vez más, la violencia de género resulta tapada, corrida de su eje, y “el show debe continuar”. La escisión de la vida privada de la pública, cuando los feminismos vienen trabajando la idea de que lo personal es político para desandar esa mirada de “lo íntimo” como el lugar donde lo que pasa hacia adentro de las parejas y los hogares debe quedar silenciado, es otro de los caminos que tomaron desde el Club. El entrenador de Boca, Guillermo Barros Schelotto, optó por esa medida: “Está clara nuestra posición con respecto a la violencia de género, pero lo que hablamos con él queda en la intimidad”, comentó apenas conocida la denuncia. Y días más tarde, reforzó: “He hablado algo con Ricardo hoy y nos debemos una charla para más adelante”. Mientras tanto, las dudas sobre la participación o no en el próximo partido sólo apuntan, como decíamos al principio, a un problema físico, relacionado con su desgarro.
La veta de la descalificación y el ninguneo de la víctima la aportó Mariano Cúneo Libarona, abogado defensor y voz (junto con la de la madre del jugador) de Centurión. “Tenemos que dividir la vida profesional de su vida privada, que tampoco es que mató a nadie. Es la vida familiar. Fue un hecho menor, no hubo golpes ni agresiones. Acá hablamos de lesiones leves”, expresó Cúneo Libarona. Y agregó: “Acá no estamos hablando ni de que la quemó, ni de que le pegó con un arma, un fierro o algo por el estilo sino que las versiones más graves hablan de lesiones leves. Estamos frente a una chica que está indudablemente resentida, con bronca, dañada”. Cuando un abogado poderoso, de notable prontuario en defensa de casos resonantes desde hace más de 20 años, toma la voz para descalificar a una víctima de violencia de género lo que se lee es todo ese machismo de la sociedad que intentan transformar en “sentido común”. Sabemos que el del fútbol es un ambiente machista, y que nada tienen que ver con el juego y con las pasiones, y que los casos de violencia y abuso estuvieron presentes desde siempre, tal como relata Germán Arena en la muy buena nota de Tiempo Argentino ,pero a tan pocas horas de una nueva marcha otro 3 de junio, donde el grito de las mujeres es #NiUnaMenos y #VivasNosQueremos preferimos las acciones concretas a los cartelitos para las fotos porque –ya lo dijimos otras veces– el doble discurso también es violencia.