{/source}” alt=”De la abundancia del acrítico pensamiento clásico” />
Por Simón Kemplerer. En la última semana se han dado muestras de espectáculos deportivos lamentables. Los estadios sin público visitante, las canchas con partidos que dejan bastante que desear, periodistas que ya no saben cómo maquillar el desastre y, sobre todo, pocas sonrisas y mucho aburrimiento.