Sin Fronteras

Si por un momento diéramos crédito a las acusaciones de pertenecer a grupos armados contra prestigiosos y respetados líderes sociales (o, en ocasiones anteriores, contra reconocidos académicos o defensores de derechos humanos), ¿eso no legitimaría a las guerrillas? Un método inconsistente, cada vez más ineficaz.

Este martes los ministros del Superior Tribunal de Justicia (STJ) rechazaron por unanimidad el pedido de habeas corpus preventivo del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT) que busca evitar su prisión tras la condena en segunda instancia.

En la frontera pudo respirarse un aire de convivencia y fraternidad bien distinto al que agitan gobernantes y medios de comunicación. El desafío: revertir la matriz de enemistad que instalan quienes hacen negocio con la guerra.

En Bilbao, País Vasco, una gran movilización exigió la repatriación de las y los presos políticos confinados en España y Francia. Lo que sigue es una narración en primera persona de un hecho de trascendencia internacional que, sin embargo, ocultaron los principales medios de América Latina.

Los diálogos de paz entre la insurgencia colombiana y el Gobierno han hecho que la discusión sobre los derechos humanos cobre preponderancia en el marco de la conformación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. En ese sentido, abordo uno de los fenómenos que se deben esclarecer: la desaparición forzada. La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que las desapariciones forzadas son crímenes de lesa humanidad generalmente cometidas por los Estados contra sus contradictores políticos.