Sin Fronteras

Los diálogos de paz entre la insurgencia colombiana y el Gobierno han hecho que la discusión sobre los derechos humanos cobre preponderancia en el marco de la conformación de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad. En ese sentido, abordo uno de los fenómenos que se deben esclarecer: la desaparición forzada. La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció que las desapariciones forzadas son crímenes de lesa humanidad generalmente cometidas por los Estados contra sus contradictores políticos.

¿Qué entendemos por opinión pública, libertad de expresión y pluralidad? ¿Cómo evitar la manipulación? ¿Qué diferencia a los medios alternativos de los tradicionales? Revista Lanzas y Letras y Contagio Radio fueron los medios invitados en la última sesión del Diplomado que organizan el Colectivo Espora y Aula y Palabra en la Universidad Pedagógica Nacional (Colombia).

Este año, como todos los años ininterrumpidamente desde 1980, el pueblo sandinista de Nicaragua celebró la caída del dictador Somoza con una enorme dramatización de lo que fuera la entrada victoriosa de las tropas guerrilleras a la ciudad de Managua aquel 19 de Julio de 1979. Nosotros, que teníamos rato de andar con ganas de hacer un foto reportaje al respecto, decidimos incorporarnos a la altura de Monimbó, en Masaya. Ese pueblito, de heroica historia de resistencia indígena, fue uno de los primeros en insurreccionarse contra la dictadura y precisamente por eso, por lo simbólico de ese punto de partida, quisimos salir de ahí.

Corrían los años 80. Una época de hegemonía del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Felipe González, que pese a seguir teniendo mayoría absoluta en el Parlamento iniciaba su caída paulatina con el respiro temporal de 2004 a 2011. Felipe González, que cada día hacía más visible su derechización hasta ser actualmente teórico derechista del pacto nacional entre PSOE y PP, socios de las “puertas giratorias”, firmó esa misma fecha la aprobación de la Ley 18/19871 para establecer como Día Nacional de España el 12 de Octubre.

La tendencia parece clara: conforme han ido aumentando los padecimientos de la población debido a la grave situación económica, ha venido perdiendo terreno la idea-fuerza de lo comunal, del poder popular.

Algunos análisis de derecha y de izquierda coinciden en un punto: el chavismo ya no tendría fuerzas para la batalla. El movimiento histórico sería una imagen despintada de lo que fue, con capacidad para unos últimos guantazos al aire en una pelea perdida, a punto de caer por nocau furioso o sobreacumulación de golpes. Así lo repiten desde hace varios años, cada vez más seguros, y de esa certeza desprenden conclusiones que escriben en artículos o proyectan en planes para el definitivo retorno al poder político.

El pueblo mexicano sufre una acumulación de tragedias. Tragedias naturales que pegaron duro en las últimas semanas, tragedias naturalizadas que lo azotan desde hace rato. Un Estado ausente que llega tarde y mal cuando la tierra tiembla, un Estado omnipresente como engranaje de un sistema de violencia múltiple, sistemática y cotidiana.