Opinión

{/source}” alt=”Cuando el bielsismo genera maldad” />

Por Simon Klemperer. Argentina ya está en cuartos. El país se alegra ante el avance mundialero, todos esperan la final contra Brasil, a excepción de este cronista, corroído por una infinita maldad. 

{/source}” alt=”Fútbol para todos” />

Por Juan Manuel De Stefano. De la mano del enorme José Pekerman, Colombia hace historia en el Mundial de Brasil. A fuerza de goles, toques y funcionamiento, da que hablar. Pasen y vean.

{/source}” alt=”Si no hay fútbol, que haya belleza” />

Por Nadia Fink. Después del agónico gol que mete a la selección en octavos de final, una mirada del partido por parte de mujeres que nos consideramos bielsistas, críticas y bancamos al Pocho Lavezzi.

{/source}” alt=”De primera y de rastrón” />

Por Ricardo Frascara. Pasaron 118 minutos y antes de que la tragedia abriera la puerta, apareció un Ángel. En tiempo suplementario, y después de varias posibilidades de gol, la selección avanzó a cuartos de finales

{/source}” alt=”No hay dolor” />

Por Simón Klemperer. Por tercer Mundial consecutivo, Chile se enfrentó a Brasil en octavos de final. Una maldición que da para pensar. El legado de Marcelo Bielsa adquiere cada día más fuerza y el fútbol, incluso en la derrota, es cada día más lindo. 

{/source}” alt=”Suárez y Maradona, la osadía imperdonable” />

Mauricio Bruno*. Otra vez queda afuera un jugador que dejó el alma para llegar al mundial. Con el ánimo destrozado, la selección uruguaya se despidió en octavos de final como la Argentina en 1994. Un paralelismo entre dos orillas, con un mismo poder acechando. 

Por Lucas Abruzzese. Lesionados que se lo perderán, que estarán por contrato o por negligencia; ausentes porque sus selecciones no clasificaron; otros que no participarán por decisiones de sus entrenadores… El fútbol pierde, también en un Mundial.

Por Simon Klemperer. El Mundial es una garcha, si me permiten la expresión, y si no me la permiten también. O, para decirlo en términos políticos, una herramienta para fortalecer el status quo o, en términos económicos, un negocio o, en términos científicos, un crimen.