Por Rosario Zamora. La construcción natural o construcción con materiales naturales es utilizada hace miles de años por culturas de todas partes del mundo. Un primer acercamiento a la permacultura.
Una problemática tan compleja como puede representar el habitar hoy en día, ha sido resuelta durante muchísimos años por culturas que tan solo se detuvieron a observar los materiales que el medio les brindaba y las metodologías constructivas más prácticas para la resolución de esta problemática. La permacultura se toma de esta herramienta, que podría ser considerada como una suerte de inteligencia interpretativa del medio, para resignificar los modelos y costumbres de vida de distintas comunidades en función de las herramientas que el propio entorno les brinda tanto para fines constructivos como de abastecimiento alimenticio, educación, asentamiento y planificación de vida.
La permacultura propone como desafío en el habitar del hombre dos cuestiones fundamentales: interferir lo menos posible en los procesos orgánicos de la naturaleza y diseñar en función de, al menos, siete generaciones futuras. Esto significaría generar en la tierra la menor huella posible y no desperdiciar energía en el mantenimiento de los elementos diseñados. Ahora bien, cabe aclarar que desde las comunidades originarias del continente americano o asiático hasta la actualidad, encontramos un acontecimiento que fue determinante para resignificar el enfoque de la permacultura respecto del modo de vivir, de construir, de consumir y de habitar: la producción industrial. Los residuos derivados de la producción industrial han generado en casi todos los rincones del planeta nuevos paisajes constituidos por nuevos materiales que una vez finalizada su vida útil dentro del mercado pasan a conformar una gigantesca masa residual que nos permite empezar a pensar en las posibilidades y virtudes que podrían tener estos materiales u objetos si se los quisiera reutilizar y darles otra oportunidad como materia, para volver a formar de un sistema ordenado y planificado dentro de la vida del hombre.
Uno de los precursores de este tipo de construcción natural (incorporando el reciclaje de materiales industriales) es el arquitecto norteamericano Michael Raynolds, quién ha dedicado los ultimos 30 años de su vida a realizar construcciones experimentales incorporando botellas de vidrio, de PVC, neumáticos de autos, etcétera, y ha logrado generar modelos de earthships (naves tierra) con las que recorre el mundo generando una nueva concepción de la arquitectura pero sobre todo del modo de habitar del hombre. Pero este tipo de construcciones no se apoya en cuestiones meramente constructivas, sino que está basado en un diseño integral de permacultura que debería permitir a las personas que en ella vivieran, el autoabastecimiento de los recursos mínimos necesarios como agua, luz, gas, calefacción y alimentos.
Sin embargo, no es necesario viajar al norte de América para encontrar este tipo de construcciones, la misma ciudad de Buenos Aires y sus alrededores están repletos de comunidades y familias que viven de esta manera, siendo autosuficientes en algunos casos o solo conscientes y responsables en la utilización de los recursos.
Sin ir más lejos, en Capilla del Monte, Córdoba, se está terminando de construir la primera earthship en el Jardín de los Presentes, una ecoaldea formada hace 5 años que ya cuenta con cuatro construcciones. En este caso el diseño del espacio es propiamente permacultural como así también el desarrollo de la vida en ella. La comunidad cuenta con espacios comunitarios, baños secos, recolectores de agua de lluvia, paneles solares, secador solar, enfriador natural, humedal y huerta.
La construcción que se está terminando en este momento toma la teoría constructiva que propone Michael Raynolds y cuenta con cimientos de neumáticos de auto rellenados con la misma mezcla que luego se utilizará para levantar los muros. Esta mezcla es conocida como COB y está compuesta por arcilla y bosta de caballo fermentadas, arena y paja, aunque la mezcla funciona bien también sin bosta. Además de estos materiales, es posible en este tipo de construcciones incorporar otros elementos que cumplan el rol de esqueleto dentro de la mezcla, como pueden ser piedras, ramas o botellas de pet rellenadas, para rigidizar aún más la mezcla y generar elementos internos de unión de la propia estructura. Los neumáticos están colocados en surcos que se realizaron estrategicamente en las zonas en las que se planificó previamente la ubicación de los muros.
Esta construcción en particular cuenta con dos hiladas de neumáticos en forma piramidal, es decir que tiene dos hileras de neumáticos abajo y luego solo una hilera arriba. Como en este caso el tipo de cimiento es experimental y no se conocen todavía los resultados de la construcción con neumáticos, arriba de estas dos hileras se colocó una viga de encadenado de hormigón que recorre al igual que los neumáticos, los lugares en los que luego irán ubicados los muros. Los muros de esta vivienda fueron realizados con encofrado, alcanzando un espesor de unos 80 cm de muro. El encofrado funciona como molde para el COB o mezcla y una vez colocado el encofrado en el lugar en el que irá el muro se vierte la mezcla y se deja secar el tiempo necesario que depende de la región en la que se esté construyendo y el tipo de clima. En este caso, los muros son a su vez la estructura de la vivienda, aunque también es posible en otras tipologías constructivas como la quincha o el adobe, utilizar estructuras independientes, de madera por ejemplo, y luego el adobe como cerramiento. La vivienda cuenta con aberturas ubicadas estratégicamente para las distintas funciones que se les requiere cumplir. Existen dos grandes aberturas que van de lado a lado de la vivienda con orientación noreste para captar el sol de invierno y calefaccionar naturalmente la vivienda. En verano, el ángulo del sol en Argentina es compensado por los aleros que se extienden desde las cubiertas de la vivienda para impedir el ingreso del sol al interior de la vivienda.
Este diseño cuenta con un techo a dos aguas desfasado, ya que uno de los lados posee un entrepiso. Sobre la cubierta de menor altura se colocó un techo vivo. La estructura de la cubierta está formada por vigas de madera que apoyan directamente sobre los muros. Sobre estas vigas apoyan listones de madera sobre los cuales se colocó lana de vidrio y un nylon de tamaño mayor al de la cubierta sobre el cual se colocó luego la tierra y se sembró. Las plantas más convenientes para sembrar en los techos vivos son plantas de hojas verdes o aromáticas, que poseen raices pequeñas para que no interfieran con la estructura de la vivienda y no generen problemas futuros. El otro techo será de chapa y se utilizará para recolección de agua de lluvia. En este caso, tanto la cocina como el baño están fuera de la vivienda, ya que dentro de la comunidad son considerados espacios comunes, pero, si así se deseara, existen métodos sencillos de crear filtros para reutilización de aguas grises.
Sin embargo, más allá del tipo de metodología constructiva que se utilice, el eje de este tipo de construcción es el entendimiento, organización y compromiso que demuestran todas las comunidades de las que he participado en cuanto al cuidado de la tierra y la concientización en la utilización de los recursos.