Por Leonardo Candiano. El Bondi cultural es un proyecto artístico autogestivo ideado por el cantor jujeño Bruno Arias e integrado por un talentoso grupo de músicos populares argentinos. Editaron un disco y van por otro mientras recorren el país reivindicando el canto popular y la autonomía.
El Bondi cultural es un emprendimiento musical producido por Bruno Arias que reúne a jóvenes oriundos de diversas regiones del país con el fin de difundir sus trabajos artísticos a través de un esfuerzo común, donde lo grupal y lo individual se conjugan y generan una mutua cooperación que resulta antagónica a la lógica competitiva que impera en la industria discográfica y en la cultura hegemónica.
Expresión del denominado “folklore nuevo” o “folklore joven”, este proyecto lleva más de un año de vida y continúa vigente. Si bien todos los músicos que lo integran mantienen sus carreras solistas, a partir de esta iniciativa han logrado no solamente difundir sus respectivas propuestas musicales sino también comenzar un recorrido colectivo donde cada uno aporta lo suyo para el bien de todos.
El Bondi cultural está constituido por el jujeño Bruno Arias, el dúo marplatense Che Joven, el santiagueño Pucho Ruiz, el tucumano Juan Pablo Ance, Hernán Bolleta (oriundo de Miramar), Javier Caminos (de Berisso), Federico Pecchia (de Escobar) y Luciano Cañete (de Lincoln). Ya es común que cada vez que alguno de ellos toca en algún lugar del país, otro integrante del Bondi lo acompañe. Así, no solamente las presentaciones grupales permiten difundir el trabajo colectivo, sino que cada uno se ha convertido en impulsor de la labor de los demás.
El ideólogo y promotor de esta iniciativa, Bruno Arias, charló con Marcha sobre este proyecto. Respecto del álbum editado, señaló que “el Bondi 1 fue un compilado de folklore de cantautores nuevos. La idea era que haya un disco de folklore de músicos independientes, que todos sean cantautores o que hagan canciones inéditas de su tierra, aunque ellos no las hayan compuesto. Que canten temas de gente cuyas obras no están tan difundidas o todavía no habían sido grabadas.”
Además de una producción colectiva, El Bondi busca sumar fuerzas para quebrar los obstáculos de la comercialización: “en vez de ir cada uno con su disco a una radio, la intención fue la de poder mandar este disco a nivel nacional a todas las radios del país y poder difundir dos canciones de cada intérprete para que tengan una llegada, y que el disco esté hecho en una duplicadora y que pueda estar en regla para poder registrar los temas y todo eso. Así tratamos de entrar en el sistema de la música desde otro lugar, un sistema al cual es muy difícil meterse si no tenés una estructura atrás, sobre todo ahora con los grandes negocios de las productoras y los programas que hacen que los artistas tengan una especie de boom y después desaparezcan reemplazados por otros.”
El Bondi nace y anda a contramano del mercantilismo. Rechaza las imposiciones del comercio discográfico. Transita una ruta sinuosa en la que no se tiene que pagar ningún “peaje” para ir hacia donde se quiera ir. Anda por un camino de libertad, creativa y de la otra, donde los propios músicos manejan su destino en un proceso de integración que genera nuevas búsquedas estéticas.
No están interesados en seguir presuntos atajos hacia éxitos artificiales. Prefieren el lento pero genuino peregrinar por los senderos de la tierra que genera historias para el canto, sonidos para la música, vientos, colores y sentimientos nuevos. No tienen como objetivo principal la fama y el dinero aunque necesiten vender su fuerza de trabajo para sobrevivir. Apuestan a reinventar la tradición de la música popular argentina con ojos del siglo XXI.
Arias plantea que en el país “no hay una apuesta a crear y sostener a un artista que marque un legado o un camino”, por eso “El Bondi es todo lo contrario; tratar de mostrar ese folklore que no está tan difundido, la música de estos artistas que están comprometidos con lo que hacen pero no tienen los medios para mostrar su música. Esa sería la esencia de El Bondi cultural.”
Como una síntesis de lo que expresa el grupo, el disco El Bondi 1 se abre con la fuerza de los instrumentos precolombinos de la Patagonia confluyendo con una guitarra eléctrica en “Mis ancianos”, interpretado majestuosamente por Che Joven. La otra canción de este grupo, “¿Cómo no lo viste?”, es una incisiva crítica social donde se recuerda a Carlos Fuentealba y a Jorge Julio López a la par que se reivindica la lucha por la tierra de los pueblos originarios.
Siguiendo la tradición folklórica, el santiagueño Pucho Ruiz queda a cargo de dos chacareras, “Mishkila” y “Chacarera del 2080”, que se suman a la de Luciano Cañete, “Chaca que machaca”, en la que se oye el violín de Néstor Granica. El músico de Lincoln retornará casi sobre el final del Bondi con “Sacha Churi”.
Juan Pablo Ance –como buen tucumano- se luce con la zamba “Luna norteña” y con “Hasta que te encontrara”, mientras que la voz de Javier Caminos se vuelve entrañable en “Por mi tierra” y “De adentro”. Otros dos baluartes de este proyecto, Federico Pecchia y Hernán Bolleta, presentan “Canción de agua” y “Misachico de Cangrejillos” el primero, y “Golondrina cautiva y “Miramar” el segundo. Para terminar a todo trapo, los últimos temas del disco quedaron a cargo de Bruno Arias con “Quebrada de sol y de luna” (de Ricardo Vilca) y el hoy ya emblemático “Kolla en la ciudad”.
Arias enfatiza el carácter independiente y autogestivo del emprendimiento: “todo lo que hago para este disco es a pulmón, esfuerzo de garganta y actuaciones, toda la plata para el proyecto sale de ahí.”. Asimismo, subraya lo que viene: “El Bondi cultural va a ir rescatando artistas de diferentes provincias y va a ir proponiendo cantautores nuevos y músicos que quizás hace más de diez años que la vienen remando y no tienen espacio.”
Por todo esto, no satisfecho con simplemente haber iniciado el camino, El Bondi aprieta el acelerador a fondo y promete nuevo disco en poco tiempo: “Estamos armando El Bondi Cultural 2, con diez cantores y diez cantoras, un disco doble. Lo queremos grabar este año. Va a haber músicos de La Rioja, de Catamarca, de La Pampa, de Mendoza, del sur, de Santa Fe, porque casi siempre la música folklórica se centra en lo que es Buenos Aires, Santiago del Estero, Salta, el litoral y ahora este nuevo movimiento jujeño, pero a las demás provincias se les hace más difícil. Así que queremos difundir eso también.”
Lo esperamos entonces, apostados al costado del camino por el que queremos andar, seguros que este bondi nos va a llevar a un buen lugar. Ojalá muchos se suban a él y anden por este espacio de libertad artística y autonomía comercial.
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