Por Victoria Freire. El miércoles 28 fue cerrado en un acto municipal el destacamento policial de Lomas del Mirador, provincia de Buenos Aires, en el que fue visto por última vez Luciano Arruga. Será cedido para un espacio para la memoria.
Luciano Arruga, con sus 16 años, fue secuestrado por la policía el 31 de enero de 2009. Desde entonces está desaparecido. La causa judicial, que aún permanece con la carátula “averiguación de paradero”, no ha dado todavía respuestas concretas sobre los responsables de su desaparición. Sin embargo los rastreos realizados indican con claridad que el Destacamento Policial de Lomas del Mirador es el lugar físico en el cual se realizó el secuestro y la tortura de Luciano. Esta casa de detención ilegal, como la denominaron familiares de Luciano, fue instalada en 2007 a partir de los pedidos de “seguridad” de un puñado de vecinos, VALOMI (Vecinos en Alerta de Lomas del Mirador), con el aval de los poderes municipales y provinciales, y a instancias de la propia policía bonaerense.
El pasado miércoles 28 de diciembre se efectuó el cierre del destacamento en un acto municipal. Fueron numerosas las movilizaciones y los actos en los cuales familiares y amigos de Luciano, junto a organizaciones sociales y de derechos humanos, denunciaron las consecuencias del pedido de mano dura para los sectores más humildes, y especialmente para los más jóvenes, dando cuenta de que la “inseguridad” significa en los barrios el castigo del aparato represivo de estado, la maldita policía que recluta pibes para robar y que luego los asesina con “gatillo fácil”, replicando en democracia lo que aprendió de las peores prácticas de la dictadura. Asimismo han manifestado que la respuesta del Estado no puede y no debe ser la creación de más dependencias policiales y la promoción de la gendarmería en “zonas calientes”, que conlleva la criminalización de los más marginados, los denominados “pibes chorros”, sino la construcción de escuelas, de cultura, de salud para todos. Por eso, una y otra vez se reclamó el cierre del destacamento. Es la lucha en las calles la que logró “hoy el cierre de la primer dependencia policial en democracia por abuso a los derechos humanos” como expresa el comunicado de familiares y amigos, reconociendo el triunfo sobre esta demanda pero también los límites que aún persisten y que son el motor para continuar peleando por todo lo que falta. El predio será cedido por la Municipalidad de la Matanza para construir un centro para la memoria, pero el destacamento fue trasladado a solo 3 cuadras de su domicilio precedente. A su vez, los ocho policías implicados en la causa continúan libres y en funciones, figurando como “testigos” en la investigación que oculta su participación en el secuestro.
La lucha por Luciano Arruga siempre fue para sus protagonistas la lucha por todos los pibes y pibas que desaparecen en democracia, aquellas muertes que son desoídas y silenciadas. Después de 3 años, el gobernador Scioli no sólo nunca recibió a la familia de Arruga sino que continuó, y sigue, desarrollando una política de “seguridad” orientada a la creación de más policías, con proyectos de baja de edad de imputabilidad, con cárceles superpobladas que redundan en más marginalidad y más pibes asesinados en la Provincia de Buenos Aires. El cierre del destacamento es un paso adelante que expresa la “importancia que tuvo la organización y la lucha para lograr tal reivindicación”, tal como manifiesta el comunicado, en una pelea que continua.
El 28 de Enero de 2012, familiares y amigos convocan a una actividad en defensa de los derechos humanos, en la que se inaugurará el espacio para la memoria Luciano Arruga. “Seguiremos denunciando el total desinterés por parte del aparato judicial de resolver esta causa así como también denunciaremos el silencio cómplice del gobernador Daniel Scioli que transcurridos 3 años sigue invisibilizando la desaparición de un joven de 16 años en manos de la policía bonaerense”.