Elegir presidente, diputados y senadores comprometidos con los intereses de los trabajadores es la principal forma con la cual el pueblo intentará deshacer las medidas que afectaron sus derechos básicos como salud, educación, seguridad, según el análisis de João Pedro Stedile, de la dirección del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).
En una entrevista con Brasil de Fato, considera que anular el voto o votar en blanco interesa a aquellos que desean mantener la actual crisis del país.
¿Cuál es la importancia de las próximas elecciones?
Las elecciones de octubre tienen una importancia histórica para la clase obrera y todo el pueblo. Nunca antes en unas elecciones había ocurrido una situación tan explícita de lucha de clases. De un lado, la burguesía busca elegir su presidente y sus parlamentarios, para legitimar el golpe y, al mismo tiempo, seguir ejecutando su maquiavélico plan, de poner todo el peso de la crisis económica sobre las espaldas de la clase obrera. Así, tienen que seguir quitándoles derechos a los trabajadores, retirando la Consolidación de Leyes del Trabajo (CLT), las Pensiones, apropiándose de los recursos públicos que deberían invertir en vivienda, reforma agraria, salud y educación. También buscan seguir entregando nuestras riquezas naturales a sus aliados: el capital extranjero y el gobierno de Estados Unidos.
De nuestro lado, es justo lo contrario: tenemos que elegir a Fernando Haddad y una fuerte bancada de parlamentarios para derogar las medidas de los golpistas. Por lo tanto, el voto del pueblo tiene que ser un voto por su clase. El pueblo no consiguió movilizarse para defender al gobierno Dilma y ahora, derrotado por el desempleo y por la desigualdad social, no tiene actualmente capacidad de hacer grandes movilizaciones. Entonces, nuestra arma ahora es el voto. Y por eso tiene que ser un voto por la clase. Solo con nuestros representantes podremos empezar un nuevo proyecto de Brasil, a favor del pueblo, con las reformas estructurales necesarias.
¿Qué tipo de reformas?
Necesitamos empezar por la economía, para volver a industrializar el país y garantizar empleo y renta para los trabajadores. Una reforma tributaria, además del control de los bancos y de las tasas de interés. También son necesarias una reforma de los medios de comunicación, una reforma agraria, una reforma de la educación. No podemos olvidar de convocar a medio plazo una asamblea constituyente que haga una profunda reforma política y del poder judicial.
¿Qué deben tener en mente los electores a la hora de escoger diputados y senadores?
Además de elegir a Haddad y de elegir gobernadores estatales comprometidos con los trabajadores, claro debemos estar muy atentos y garantizar la elección de una bancada de parlamentarios, en la Cámara y en el Senado, totalmente comprometidos con la clase trabajadora y con un proyecto de cambio del país. Sé que en todos los estados tenemos candidatos muy buenos, de la clase trabajadora, compañeros y compañeras experimentados, lideres populares, que probaron su compromiso con los trabajadores. Es a ellos a quienes necesitamos elegir. Gente que tenga experiencia en la lucha de clases. Gente comprometida con la clase, y no con sus intereses personales o sus vanidades mediocres. El pueblo debe saber quien estaba con nosotros en las huelgas, en las ocupaciones, en las luchas, en las movilizaciones en la calle. Así, como debemos denunciar a los candidatos que están comprometidos solo con los intereses de la burguesía y con el asalto a las arcas públicas.
¿Cuál es el papel del Congreso Nacional para un gobierno federal que tenga como foco ofrecer salud y educación públicas y de buena calidad?
El próximo congreso deberá estar formado por parlamentarios que estimulen la organización y movilización popular y usen sus mandatos para eso. La disputa de los dos proyectos que relaté será hecha en las calles. El parlamento es apenas espejo de lo que sucederá en la calle. Por eso, necesitamos parlamentarios de lucha, de movilización, con coraje y determinación, para que expliquen al pueblo que la fuerza no está solo en su representación legal, sino en la fuerza de movilización del pueblo.
El Congreso futuro deberá ser un espacio complementario para un gobierno popular. Deberá ayudar a convocar a los plebiscitos populares, para revocar todas las medidas de los golpistas. Debe ayudar a derogar la PEC 55 que limita los gastos públicos en los programas de salud, educación y reforma agraria. Un parlamentario que es elegido con 200 mil votos, y después no consigue movilizar 100 personas para defender nuestros derechos, la Petrobras, la Eletrobras, nuestras tierras y riquezas, ¡no sirve para nada!
¿Cómo puede contribuir la población para un Brasil más justo a partir de 2019?
Debemos explicar a la población la importancia de estas elecciones. Que el proyecto de país para los próximos cuatro años será decidido el 7 de octubre, por eso no podemos vacilar. Todo mundo tiene rabia con los políticos en sentido genérico. Pero eso es porque la mayoría de los políticos representan a los burgueses o ellos mismos son los ricos y privilegiados que se apoderan del poder parlamentario para viabilizar sus intereses de clase. La propia Globo se pasa todo el tiempo hablando mal de los políticos, en sentido genérico, pero no habla de que los culpables son los capitalistas, los burgueses. Justamente para poner confusión en la cabeza del pueblo.
Debemos explicar que los votos nulos y blancos en estas elecciones serán a favor de los golpistas, serían votos de quien no quiere cambiar. Votos alienados, incluso aunque digan que no le creen a nadie.
Tenemos que votar por quien va a cambiar, para el parlamento, para los gobiernos de los estados, y por Haddad, nombrado por Lula, el único capaz de enfrentar y derrotar a los burgueses golpistas.
La población necesita entender que estará votando por el precio del gas, por la distribución de las ganancias de la Petrobras, si van para educación o van para los accionistas americanos. Estará votando por recursos para los hospitales, estará votando por una nueva política de seguridad. La mejor seguridad es empleo, ingreso y educación para todos. Policía y Ejército no resuelven nada. En Rio de Janeiro, las personas están sintiendo en carne propia como la represión es parte de la violencia y no la solución.
La población va a votar si quiere el control social del Poder Judicial, o quiere que ellos continúen ganando 30 mil por mes (US$ 7.236), más subsidio para vivienda, corbata, libro, vacaciones de dos meses, mientras el pueblo no tiene donde caerse muerto.
Por eso estas elecciones no son disputa de partidos o de siglas. Ellos poco representan ahora. La disputa es de clases: quien está a favor del pueblo, de los trabajadores, y quien está a favor de los golpistas, de los burgueses, de los bancos y del capital extranjero.
¿Cuáles son las tareas de la militancia en el próximo período?
Bien, si estamos en medio de la lucha de clases radicalizada, y en medio de una enorme crisis económica, social, ambiental y política, significa que la lucha será larga, para poder salir de la crisis en los próximos años con medidas de protección al pueblo.
Por eso, la militancia debe arremangarse e involucrarse en cuerpo y alma para elegir buenos gobernadores, parlamentarios comprometidos y Haddad.
Después de octubre, debemos seguir movilizados y utilizando la metodología del Congreso del Pueblo, seguir realizando asambleas populares en todos los barrios y en todos los municipios, convocando al pueblo para que discuta un nuevo proyecto para el país. De octubre a diciembre, debemos debatir todos los cambios que deben hacerse, en la economía, en la industria, en la agricultura, en la organización de las ciudades, en salud, educación reforma agraria, etc. Para que el pueblo presente sus propuestas y tenga claro lo que se necesita cambiar primero y pronto. En esos meses debemos hacer una gran minga nacional de debates, en todas las bases.
Y ahí presentar las propuestas para los nuevos electos. Tanto a nivel de los estados como a nivel nacional. Después, a partir de enero de 2019, con Haddad, debemos debatir nuevas formas de participación popular en el gobierno. No necesitamos más de gobiernos para el pueblo, ahora sólo lograremos enfrentar las crisis si fuera un gobierno con el pueblo. Y para eso, necesitamos organizar mecanismos de participación popular en el gobierno, a través de plebiscitos, referendos y consultas populares, consejos sectoriales, y grandes movilizaciones de masas en defensa de los cambios necesarios.
El próximo período será de mucha lucha, mucho debate y mucha movilización. Lo peor ya pasó, con el golpe, ahora tenemos que estimular al pueblo a votar, participar, y construir un nuevo proyecto popular para Brasil.