Por Francisco Farina.
Joao Pedro Stedile, dirigente del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) fue agredido el martes pasado en un aeropuerto de Fortaleza.
Era martes, a última hora de la noche, cuando el dirigente iba hacia una actividad sobre la Reforma Política y la lucha contra la corrupción y fue agredido por un grupo de 30 personas lideradas por el empresario inmobiliario Paul Angelim, militante del Partido Social Democracia Brasileña-PSDB.
“Este episodio no es un hecho aislado, sino un reflejo del momento político actual que pasa el país, donde vemos crecer cada día el odio de los movimientos populares, los migrantes y la población negra y pobre” explica el comunicado de la Dirección Nacional del MST.
El hecho genero el repudio y la solidaridad de numerosas organizaciones populares a lo largo y ancho del continente.
Con el aval de la derecha mediática
Uno de los gritos de la treintena de personas que agredieron verbalmente a Stedile, fue “MST anda para Cuba”. Así lo resaltó la revista derechista Veja, en una nota firmada por Reinaldo Azevedo en donde lo acusa de “invadir tierras de propietarios indefensos”. De esta manera, se busca criminalizar a uno de los movimientos populares más importantes de América Latina en un contexto de crisis económica y de implementación de un ajuste en Brasil.
En efecto, las grandes corporaciones mediáticas de Brasil han sido una de las mayores presiones para que el gobierno del PT de Dilma Rousseff implemente un fuerte ajuste en el país, lo que ha logrado con éxito.
Un comunicado firmado por distintas fuerzas políticas y movimientos populares de Brasil, aseguraron que fue una agresión reaccionaria y explicaron que no fue una agresión, ni personal, ni exclusiva al MST, sino que es “parte de una ofensiva conservadora de la derecha que busca criminalizar e intimidar a todos/as aquellos/as que luchan por un Brasil justo y soberano”.
Además de expresar su solidaridad se comprometen a “a cerrar filas en defensa de la democracia, la justicia social y la participación popular en la dirección de la nación”. El comunicado está firmado por la Centra Única dos Trabalhadores, Levante Popular da Juventude, Partido Comunista do Brasil –PCdoB y el Partido dos Trabalhadores– PT, entre una gran cantidad de firmas.
Por su parte, la Dirección Nacional del MST responsabiliza a los medios de comunicación de la propagación de estas acciones, como también de una diversidad de actos de violencia y odio contra los sectores populares: “Son estos medios de comunicación al servicio de una derecha fascista y rabiosa los responsables de que se formen estas actitudes criminales y odiosas que alimentan las calles y las redes sociales con los valores más antisociales e inhumanos que puedan existir”, reza el comunicado.
La solidaridad de los movimientos populares no tardó en llegar, y provinieron de distintos puntos del planeta: la Organización de Solidaridad de los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) a través de su Secretaria General, extendió una carta donde “condena de forma enérgica el acto agresivo perpetrado contra el querido dirigente social y digno defensor de las causas justas del pueblo brasileño y de los pueblos Nuestroamericanos”. Desde Argentina, Articulación continental de movimientos sociales hacia el ALBA – Capítulo Argentina y más de 30 organizaciones y movimientos populares firmaron un comunicado donde expresan la relación entre las élites continentales y su ofensiva para con las organizaciones populares. “Es un ataque que se suma a las reiteradas amenazas hacia su persona por diferentes medios. Estas acciones no hacen más que reafirmar el carácter autoritario y golpista de la derecha Brasilera que está cada vez más articulada a nivel continental intentando debilitar las democracias tanto en Brasil como en otros países de la región”.