Por Heloisa de Sousa y Luiz Felipe Albuquerque |Brasil de Fato
Un grupo armado invadió un campamento del MST en Parabaia y disparó contra las personas durante la cena. Dos militantes fueron asesinados.
En la noche del sábado, dos militantes del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) fueron asesinados en el interior del campamento Don José Maria Pires, en el municipio de Alhandra, a unos 45 km de João Pessoa, estado de Paraíba. Los relatos de testigos dan cuenta de que los bandidos entraron encapuchados en el campamento y ametrallaron el área donde cenaban los agricultores.
Las víctimas son Rodrigo Celestino y José Bernardo da Silva (conocido como Orlando), ambos coordinadores del campamento, lo que evidencia su carácter de crimen de intimidación en la lucha por la tierra. En el campamento Don José María Pires viven 450 familias, que producen hoy en una tierra que encontraron abandonada, totalmente improductiva, en la que crecía solo bambú.
El campamento se ubica en una antigua hacienda que pertenece al Grupo Santa Tereza y cumplió un año de resistencia en julio de este año. “En el velatorio, vamos a realizar un acto político”, afirmó Cida Ramos, diputada electa [la más votada del estado] y partidaria de los movimientos sociales.
El MST, en comunicado, apela para que haya justicia y castigo a los culpables, asesinos de trabajadores rurales. “En estos tiempos de angustia y de dudas sobre el futuro de Brasil, no podemos dejar que nuestro destino sea conducido por los que tienen el poder político y económico. Por lo tanto, continuamos reafirmando la lucha en defensa de la tierra como central para garantizar dignidad a los trabajadores y trabajadoras del campo y de la ciudad”, declara el Movimiento.
La Fiscalía General de la República (PGR), la Fiscalía Federal de los Derechos del Ciudadano (PFDC) y la Fiscalía Regional de los Derechos del Ciudadano en Paraíba (PRDC / PB), órganos del Ministerio Público Federal, manifestaron solidaridad a los familiares de José Bernardo da Silva y Rodrigo Celestino, brutalmente asesinados en la noche de este sábado (8).
“Ante este cuadro, la PGR, la PFDC y la PRDC / PB reiteran su compromiso con la protección de los derechos humanos de los asentados y harán todos los esfuerzos ante los órganos de investigación para que la autoría del doble asesinato sea esclarecida y los responsables castigados conforme la ley”, afirma la nota, firmada por Raquel Dodge, Fiscal General de la República, Deborah Duprat, Fiscal Federal de los Derechos del Ciudadano y José Godoy, Fiscal Regional de los Derechos del Ciudadano.
Paraíba: luchas y conflictos
La lucha por la tierra en Paraíba es antigua. Las Ligas Campesinas, uno de los movimientos más importantes por la Reforma Agraria estaba intensamente presente en el estado en las décadas de 1950 y 60, principalmente en la región de Mari, en el agreste paraibano. “El campamento Antas está al borde de la carretera desde hace 20 años y está a unos 500 metros de la casa donde vivieron João Pedro y Elisabeth, de las Ligas Campesinas”, dijo el profesor e investigador de la cuestión agraria Marco Antonio Mitidiero Júnior. João Pedro Teixeira fue asesinado en 1962. Décadas más tarde, María Margarida Alves también sería asesinada en Paraíba, en 1983.
De acuerdo con Mitidiero, sin embargo, los conflictos son más intensos en la zona de Mata y brejo [páramo] paraibano. Alhandra, lugar de los asesinatos de este sábado, se encuentra en la zona de Mata y, según el profesor, es un área marcada por la violencia en el campo. El diputado y padre Luiz Couto, del PT (Partido de los Trabajadores), por ejemplo, vive bajo protección de la Policía Federal hace más de 10 años por haber denunciado la acción de pistoleros en el lugar.
“Es una región violenta y muy codiciada por la caña de azúcar y el mineral calcáreo”, afirma el profesor. De acuerdo con él, Alhandra está dentro de la zona de mata, que se inicia en el litoral alagoano y va hasta Rio Grande do Norte. “Hay muchos conflictos y el registro de innumerables incidentes de violencias y amenazas”, explica.
El profesor resalta, sin embargo, que en los últimos años el número de asesinatos ha caído. Antes de las muertes ocurridas ayer, el asesinato más reciente había sido en 2016. En la ocasión, el asentado Ivanildo Francisco da Silva recibió tres tiros dentro de su propia casa. Él era presidente del PT local y apoyaba a la Comisión Pastoral de la Tierra.
En total, 31 personas perdieron la vida por defender los derechos de las trabajadoras y trabajadores rurales entre 1962 y 2018 de acuerdo con el banco de datos de Mitidiero y de la CPT Nacional.