Guilherme Boulos entró en el balotaje y enfrentará al actual intendente Ricardo Nunes, apoyado por Bolsonaro. Tras una campaña fuertemente polarizada con la extrema derecha, el líder del mayor movimiento urbano apuesta llevar un proyecto de justicia social a la ciudad más importante de América Latina. Las candidaturas LGBT+, con registros históricos en varias ciudades.
Por Francis Lopes desde San Pablo, Brasil
A las 19.39 de la tarde, en la sala de prensa del PSOL se escucharon gritos y festejos. El escrutinio estaba en 95,45% en una elección sumamente polarizada, en una campaña que estuvo atravesada por los discursos violentos, misóginos, fake news, hasta golpes entre asesores de prensa y un sillazo que se hizo viral en las redes sociales. ¿La paciencia se acabó o fue un show? Como sea, en la ciudad más importante de América Latina la disputa se dio entre tres candidatos: Guilherme Boulos (PSOL), Ricardo Nunes (actual intendente – MDB) y el coach ontológico Pablo Marçal (PRTB), que en el último mes consiguió una disparada en la intención de votos con una subida de siete puntos.
Desde entonces, todas las encuestas avizoraron un empate técnico entre los tres. Dos de ellos se disputan el electorado del bolsonarismo, pero en el cierre de la noche, Nunes acabó encabezando la partida con 29,48% de los votos y le siguió Boulos, el líder del mayor movimiento urbano que existe en Brasil, con 29,07. A Marçal no le alcanzaron los centésimos: quedó en tercer lugar con 28,14.
“Quiero agradecer a los más de 1 millón 700 mil que votaron por el cambio, que votaron 50. También quiero dialogar con quienes no nos votaron”, afirmó Boulos en su bunker de campaña apenas conocidos los resultados irreversibles. “Nuestro compromiso es que la riqueza no quede en la Avenida Paulista, sino que llegue a todos”, agregó, “esta segunda vuelta va a ser una comparación de trayectorias, nosotros tenemos una lucha comprometida; del otro lado tenemos un candidato apoyado por Bolsonaro”.
Apenas se conoció que era parte de la segunda vuelta electoral para gobernar la ciudad más importante, el referente del MTST, analizó la elección y caracterizó su plan de gobierno: “La gran mayoría votó por el cambio”, declaró, y llamó a votar el próximo 27 de octubre por “por la comida en la mesa” y por “mejorar la seguridad, la salud y el transporte” construyendo un “proyecto de justicia social de una ciudad más humana y solidaria”.
“San Pablo es la ciudad más rica. Nuestra misión es hacer que esa riqueza llegue a todas las personas”, afirmó, “vamos a enfrentar un desafío; no va a ser fácil pero, ¿cuándo fue fácil para el pueblo? Sin embargo, tengo mucha confianza de que en tres semanas, el 27 de octubre, vamos a estar celebrando la victoria de la esperanza, la victoria de San Pablo”.
“De acá a tres semanas vamos a poder decir que San Pablo derrotó un proyecto golpista, a la dictadura militar”, arengó Boulos ante la militancia que lo esperaba después de la conferencia de prensa. Y agregó: “Porque San Pablo no acepta autoritarismo ni negacionismo, le va a decir no a la extrema derecha. Por eso, cuento con ustedes para que en cada esquina, hablando con todes, consigamos más y más votos para hacer que el 27 de octubre la celebración sea en la Avenida Paulista”.
Eran nueve los candidatos en San Pablo: Guilherme Boulos (PSOL), Ricardo Nunes (actual intendente – MDB), Pablo Marçal (PRLB), Tabata Amaral (PSB – partido del vicepresidente Alckmin), José Luiz Datena (PSDB), Maria Helena (Novo), Beto Haddad (DC), Ricardo Senese (UP), João Pimenta (PCO), Altino Prazeres (PSTU).
Al finalizar la jornada, Tabata Amaral declaró que apoyará a Boulos en la segunda vuelta y Bpulps le agradeció ese apoyo. La candidata que enfrentó los embates machistas de Marçal en los todos debates pertenece al Partido Socialista Brasileño (PSB) -al igual que el vicepresidente Gerardo Alkcmin-, que hace parte de la alianza nacional de partidos.
Una elección de importancia nacional y regional
San Pablo es la ciudad más importante de Brasil. Con una población de 11.45 millones de personas, según el censo de 2022. Es la tercera ciudad en términos de presupuesto con 111,8 billones de reales para 2024 y de 120 billones de reales para 2025, después del Estado Nacional y del Estado de San Pablo. Es el epicentro económico del país, la ciudad más importante de América Latina y el Caribe y centro de la disputa electoral entre las fuerzas de izquierda y de extrema derecha.
Pero no sólo eso: estas elecciones permitirán ver el rearmado de los partidos políticos de cara a los comicios de 2026, cuando el electorado brasileño deberá asistir nuevamente a las urnas para elegir: presidente, gobernadores, diputados y senadores estaduales y nacionales. En otras palabras: quiénes pueden llegar a ser los sucesores del presidente, Luiz Inácio Lula da Silva; y del ex presidente Jaie Bolsonaro. En el primer caso, un liderazgo del tamaño del ex líder metalúrgico pareciera no asomar hasta el momento. Diferente sucede con Bolsonaro: el movimiento, el bolsonarismo, superó ya su figura que, además, fue declarado inelegible por la Justicia Electoral en julio del año pasado. El gobernador de San Pablo, Tarcísio Freitas (Republicanos); el de Minas Gerais, Romeu Zema (Novo); o el propio Marçal le disputan el poder al expresidente.
Un dato que aportó CELAG en el entramado de estos comisiones que el conservadurismo es el espacio político que “más creció en términos de candidaturas (entre prefectos, viceprefectos y concejales)”, hasta un 42% más candidaturas que en 2020, en siglas como Novo, PRTB (partido por el que se postuló Marçal) o el PL, del expresidente Bolsonaro que incrementó sus candidaturas en un 33%.
Los grandes partidos de centro -conocidos como centrão- como el MDB -victoriosos en la pasada elección- gobiernan aún en la mayor parte de las ciudades, pero presentaron un 17% menos de candidaturas. Partidos de izquierda, como el PSOL y Rede (Marina Silva, ministra de Medio Ambiente), aumentaron en un 11% sus candidaturas y las del PT cayeron en la misma proporción. Más allá de esas lecturas, en el Gobierno la esperanza es que estas elecciones permitan ampliar la base de los partidos que hacen parte de la alianza nacional: PSOL, PSB, PCdoB y Rede, entre otros.
Vale tener en cuenta que, a diferencia de Argentina, en Brasil las listas son abiertas y las candidaturas uninominales. Eso quiere decir que es posible votar una lista completa (la 50 de Boulos, por ejemplo, lo que beneficiará a les candidates de su partido en el coeficiente final) o votar por separado: intendente y sólo un concejal/a/e.
La elección de les que luchan
Estas elecciones registraron un récord de candidaturas LGBT+: fueron 3.099 en 28 partidos, según el relevamiento de Vote LGBT+ a partir de los datos difundidos por el Tribunal Supremo Electoral. Un registro histórico ya que fue la primera vez que les candidates tuvieron la posibilidad de dar cuenta de su identidad de género y de su orientación sexual.
En el escrutinio propio que llevaron adelante desde la organización en la noche del domingo identificaron, hasta las 20.45: 117 candidatas LGBT+ electas, 115 concejales, 2 intendentes que pertenecen a 19 partidos. Ellos, ellas y elles están en 22 estados y en 104 municipios.
En Río de Janeiro, Monica Benicio fue reelecta como concejala mientras que Benny Briolly, la primera travesti electa en el Estado, fue la mujer más votada de Niteroi. Tainá de Paula también fue reelecta y la más votada de Río. Tres políticas consagradas que seguirán sosteniendo la agenda feminista, LGBT+ y ambiental.
En Natal, Thabatta Pimenta fue electa concejala. Fue la más votada en la ciudad y es histórica, ya que es la primera vez que una travesti es electa llevando además una agenda por los derechos de las personas trans. En Recife, Dani Portela realizó una gran elección a diputada estadual y en San Pablo, Luna Zarattini fue reelecta concejala afirmando la lucha por los Derechos Humanos. En la ciudad más importante, también fue electa concejala con más de 100 mil votos, la candidata travesti Amanda Paschoal, amadrinada por la mejor diputada federal, Erika Hilton. Es además la candidata más votada de la izquierda.
La “bancada feminista” del PSOL, un mandato simbólico que refuerza la importancia de la representación de proyectos colectivos en las legislaturas locales, también fue reelecta en San Pablo. Un proyecto sin precedentes pero con réplicas en varios territorios de la región que visibiliza las demandas populares en temáticas como salud y educación construyendo políticas públicas para la garantía del derecho a la ciudad y por una vida libre de violencias.