A ocho meses de las elecciones presidenciales 2019 en Bolivia, investigadorxs independientes siguen analizando el informe de la OEA que apresuró el Golpe de Estado. Afirman que “no hay evidencia estadística de fraude”. Al igual que con las Masacres de Sacaba y Senkata, el pueblo no olvidará.
Por Redacción Marcha |
Un nuevo estudio realizado por investigadores independientes de los EEUU, que utilizó datos obtenidos por The New York Times del Órgano Electoral Plurinacional, descubrió que el análisis estadístico sobre las elecciones presidenciales de octubre de 2019 en Bolivia, de la Organización de los Estados Americanos (OEA) era defectuoso. El estudio resalta que no hay evidencia estadística de fraude, que se utilizó un conjunto de datos incorrectos y un método estadístico inapropiado.
“Una mirada cercana a los datos electorales bolivianos sugiere que un análisis inicial de la OEA que planteó cuestiones de manipulación de votos, y ayudó a expulsar a un presidente, fue defectuoso”, inicia el informe que realizaron desde el periódico estadounidense. Según el NY Times, la conclusión de que el voto en favor de Evo Morales saltó inexplicablemente al final de la elección, se basó en datos incorrectos y técnicas estadísticas inapropiadas.
El 23 de octubre de 2019, la Misión Electoral de la OEA emitió un informe preliminar en el que “recomendó”, sin fundamento técnico, la realización de una segunda vuelta electoral como la “mejor opción”. Este acto fue tomado por la derecha política, la élite empresarial boliviana y los grupos fundamentalistas para apresurar el Golpe de Estado, que ya estaba encaminado. El objetivo era claro: en lugar de atenerse a realizar una auditoría electoral técnicamente fundamentada, la OEA elaboró un informe cuestionable para inducir en la opinión pública una deducción falsa.
El secretario general del organismo, Luis Almagro, en la sesión del Consejo Permanente celebrada el 12 de noviembre, se refirió al respecto. Sin embargo, el incremento de la brecha de votos en favor de Evo Morales en el tramo final del conteo, se debió a las características sociopolíticas, geográficas y a las dinámicas de comportamiento del electorado boliviano.
“Examinamos detenidamente la evidencia estadística de la OEA y encontramos problemas con sus métodos”, dijo Francisco Rodríguez, un economista que enseña estudios latinoamericanos en la Universidad de Tulane. “Una vez que corregimos esos problemas, los resultados de la OEA desaparecen, sin dejar evidencia estadística de fraude”. Los autores de esta nueva investigación -que se suma a varias-, señalaron que no pudieron replicar los hallazgos utilizando las mismas técnicas. Esto sugiere que la organización de Estados americanos utilizó un conjunto de datos incorrectos para llegar a su conclusión, dijeron los investigadores. Por su parte quienes participaron del análisis de la OEA, defendieron su trabajo, pero no lo apoyaron con datos.
De esta forma, la OEA, convalidó, en el siglo XXI, la instalación de una dictadura, siendo reponsable de las masacres contra quienes la resisten, la persecución político- ideológica, el encarcelamiento, el exilio y las proscripciones de hecho de las herramientas políticas que benefician a los pueblos. La OEA es el fraude. Y el delito, quitarle la soberanía y la libre determinación al pueblo boliviano.
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